Venta de vinos y licores Pirineos Orientales

La bodega cooperativa de Côtes d'Agly refleja el sorprendente mosaico de terruños del valle del Agly. Fruto de la fusión de cinco bodegas situadass en el valle (Estagel, Montner, Saint-Paul-de-Fenouillet, Caudiès-de-Fenouillèdes y Lesquerde), la bodega de los viticultores de Côtes d'Agly es ahora una de las principales cooperativas productoras de la denominación Côtes du Roussillon, con más de 250 viticultores. También es conocida como la bodega con siete denominaciones de origen por la diversidad de los vinos que pone a la venta. La oferta es amplia y deliciosa, y la acogida muy amable.

Marc procede de una larga tradición vitivinícola. Continuamente, la brisa marina viene a refrescar las vides y a ofrecerles una preciosa humedad. La unión entre el clima mediterráneo y los suelos muy pedregosos confiere a sus vinos una fuerte tipicidad. Nos encantó el Grande Terre Rouge, elaborado a partir de dos parcelas vecinas de viñas viejas (Syrah y Garnacha Negra). No olvidemos mencionar el nuevo vino «versión original» sin sulfitos: ¡solo fruta en boca! Un vino flexible y goloso, lleno de frescura. ¡Un valor seguro!

Cathy y Philippe le dan la bienvenida a dos casas rurales contiguas a su hogar, una auténtica masía catalana, situada en el corazón de una finca vinícola de cuarenta hectáreas, plantada con vides centenarias, y que se extiende sobre terrazas de guijarros con vistas al mar cercano. Les Vendangeurs puede alojar a nueve personas en una casa independiente y bien amueblada. Les Porteurs, ideal para seis personas, se encuentra en la exuberancia de las buganvillas. Querrá quedarse mucho tiempo por su encanto y fantasía, los tonos cálidos o ácidos y los bonitos materiales que se han utilizado.

La producción de los viñedos de Terrassous, con más del 90% de los viñedos de Aspres clasificados como DOP, es de unos 30.000 hl anuales. Los vinos de Terrassous se distinguen por la riqueza de sus aromas y la finura de sus taninos. Ya sean vinos afrutados o vinos elaborados en barrica, siempre es un placer beberlos. El saber hacer de esta cooperativa es innegable y sus vinos son muy apreciados por los restauradores. Descubra también los míticos vinos de Rivesaltes envejecidos hasta 40 años en barricas de roble. Disfrute de una visita y degustación durante todo el año.

En el Cellier des Arcades se hace hincapié en los vinos de la región y el vino ecológico. De abril a julio, dos sábados al mes, en este hermoso edificio con techo abovedado y muros de piedra vista, Henri organiza interesantes catas en presencia del viticultor para presentar la producción de una bodega. Cuando le pedimos que nombre sus bodegas favoritas, responde: «Imposible responder a eso, me gustan todas». Un buen establecimiento para completar los buenos y deliciosos productos locales escogidos en el famoso mercado de Céret.

Los hermanos Jordi y Dorian practican la agricultura ecológica desde hace diez años en 20 hectáreas de viñas, 3 de olivos y 1 de almendros. «Lo ecológico requiere un trabajo duro», pero están orgullosos de esta filosofía y estarán encantados de explicárselo durante una degustación en la bodega. Y cuando hablen de las viñas, quizá le indiquen el camino a una de ellas que alberga un majestuoso enebro de 1600 años. Así es, una gran aventura familiar y unos viticultores comprometidos.

Olivier y Lionel insisten mucho en los vinos del Rosellón. Es cierto que este hermoso país cuenta con deliciosos caldos, sobre todo de una variedad excepcional. No pida un vino del Rosellón, pida consejo sobre un terruño del Rosellón. La experiencia y el amor a la profesión harán el resto. Lo mismo para productos locales (charcutería) y las frutas y verduras de temporada. Y por último, el Jardin Catalan organiza encuentros con los viticultores, catas, aperitivos... un verdadero abanico de bacanales.

Léia y Eric elaboran vinos que nos sorprenden y deleitan. Sus caldos reflejan las propiedades de este terruño en altura de Fenouillèdes, compuesto por granito y gneis: mineral, un poco salvaje y francamente adictivo. Convertidos ahora a la biodinámica y al cultivo de vinos naturales, esta pareja colecciona premios y elogios de las revistas especializadas. La famosa cosecha de La Compagnie des Papillons es una verdadera genialidad, según los expertos. Una bodega que debe descubrir absolutamente rodeada por un paisaje mágico y hechizante.

Hemos encontrado una verdadera joya, con una gran personalidad. Además de sus vinos, nos encanta la labia de Gilles, su forma especial de hablar de su trabajo, su amor por la tierra y el mundo agrícola. Y cuando llena la copa, sucede realmente algo mágico. Citando a un colega, «sus vinos combinan perfectamente densidad, exquisitez y frescura». Ofrece vinos únicos tremendamente precisos, con una gran presencia, como él mismo. La prensa especializada le tiene un gran aprecio.

Más que una finca de catorce hectáreas ya reconocida y alabada por la prensa especializada, la Coume del Mas es una filosofía en la que la palabra terruño adquiere todo su significado. «De la fusión entre el hombre y su entorno, nace un vino precioso». No le aconsejamos que escoja una cosecha u otra, ya que todo es delicioso y para ser disfrutado, aunque con moderación. Vinos finos y elegantes que hay que descubrir absolutamente, sobre todo porque desde la bodega contigua al Domaine les Tines (y el famoso Mémé Jeanette), la vista sobre las laderas y el mar es impresionante.

La bodega de Vénus es una historia de amistad que se fue forjando para convertirse en un férreo deseo de crear vinos ecológicos de calidad en 34 hectáreas de suelos variados en Fenouillèdes. La mayor parte de los viñedos se encuentran en los alrededores de Saint-Paul, en un terreno en altura. Los vinos de la finca seducen por su frescura y equilibrio, y rompen con los tópicos sobre los vinos del Rosellón. El grupo de amigos ha optado por ofrecer al consumidor vinos «listos para beber», es decir, tras una larga maduración en botella, porque el tiempo hace maravillas con el vino. No se lo pierda.

La familia Pagnon, establecida desde hace 5 generaciones entre el mar y la montaña sobre suelos calcáreos, ha hecho la noble elección de la agricultura ecológica para sus viñedos y de diversificar con la plantación de albaricoqueros y 5 hectáreas de olivos. Disfrutamos de sus vinos tanto como de su zumo de albaricoque, de su zumo de uva moscatel y de su néctar de higo chumbo, y sobre todo de su aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina. En verano, organizan veladas de viticultores, aperitivos y conciertos, y ofrecen la posibilidad de visitar su finca (previa reserva).

Clos Massotte es una pequeña finca de 7 hectáreas situada en medio de los fértiles Aspres. Pierre Olivier es un poeta enamorado de la vida que dirige su viñedo con el máximo respeto por el medio ambiente. Tiene tanto amor por las personas como por sus cepas, a las que mima y acaricia. «La naturaleza me invita cada día a satisfacer sus deseos de crear frutos a su imagen y semejanza», dice. Sus vinos son siempre sorprendentes e inclasificables. Se desmarcan de las botellas tradicionales y exploran formas nuevas e intuitivas.

Una finca muy pequeña, de 4 hectáreas, que va viento en popa. Una pequeña firma que ha optado por producir vino ecológico y natural: ¡sin insumos químicos, solo con elementos naturales! La bodega está en Céret, pero los viñedos están en las estribaciones de la sierra de la Albera (Albères), en suelos arenosos y pedregosos. Hervé, gran defensor de la ecología, mima sus viñedos desde el pie de la vid hasta la copa en su mano. Nos gustan sus vinos porque son reales y libres de cualquier intervención... ¡Están vivos! Nos encantan las etiquetas y los nombres de las añadas, hay poesía en ellos. Un enólogo al que no hay que perder de vista.

Esta gran finca de 130 hectáreas lleva el nombre de la familia del famoso economista Alfred Sauvy, a quien perteneció en su día. Las sesenta hectáreas de viñas crecen en terrazas cuaternarias: suelos de arcilla y grava típicos del Rosellón. Le reciben en el Mas Sauvy casi como en un castillo. Las edificaciones, el parque y su estanque son como sus anfitriones: llenos de encanto y delicadeza. En la bodega de degustación, Suzanne, Maité, Louis y Ludovic estarán encantados de contarle la historia de la propiedad y ayudarle a descubrir toda la gama de vinos.

Laurianne, una «catalana 100 % puro jugo de los Aspres», hace un trabajo minimalista para concentrar la calidad: 2 hectáreas sobre suelos arcillosos-calcáreos, vendimia manual en cajas, triaje meticuloso en la mesa, microvinificaciones y pequeñas cosechas. «Comparto la misma sensibilidad con mi enóloga», me confiesa. Laurianne está orgullosa de sus raíces y sabe que puede contar con el apoyo, los conocimientos y la experiencia de su familia... Esta audacia, esta energía y este amor por la vida que encontramos en sus vinos nos conquistaron.

Viñedo de montaña, en terrazas junto al mar Mediterráneo, Pic Joan cuenta con algo más de 7 hectáreas de viñas, todas ellas de más de 60 años. En los tres colores y como vino dulce, los caldos de esta finca son una auténtica delicia, que podrá degustar en la bodega o en el punto de venta-restaurante. Todas las noches, entre junio y octubre, los vinos de la finca se sirven engalanados con la servilleta al cuello en la mesa vitícola. Vinos minerales y aromáticos en perfecta armonía con platos cuidadosamente seleccionados. Una finca y una familia que debe visitar.

Es difícil encontrar algo más natural que los vinos de France: etiqueta ecológica, prácticas biodinámicas y cero sulfitos o colados. Ella misma lo dice con seguridad: «¡Quiero vinos libres, vivos y vibrantes!». Una decena de hectáreas de gneis y granito de las Haut-Fenouillèdes que producen vinos atípicos: afrutados como los vinos naturales, pero también finos y elegantes. Nos encanta esta dinámica enóloga que cultiva la diferencia y la libertad. France sabe lo que quiere, y llegará lejos.

En un suelo arcilloso-calcáreo se plantan variedades de uva y de olivos tradicionales del Rosellón. «Estamos atentos al impacto que podemos causar al medio ambiente y a la biodiversidad», insisten los viticultores cuando hacen referencia a su etiqueta de Alto Valor Medioambiental (HVE, por sus siglas en francés). Los vinos de esta finca son más bien afrutados, con una cierta complejidad en boca para los blancos y rosados, y una buena estructura para los tintos. Pocas añadas y solo los tres colores, pero es realmente exquisito.

En Opoul, un pequeño pueblo catalán situado en las últimas estribaciones calcáreas de las Corbières y dominado por el castillo de Perillos, que vigila la llanura del Rosellón, Sophie y Cyril dirigen un pequeño viñedo ecológico de 5 hectáreas. El suelo es pedregoso, y el clima seco y duro, por no hablar de la tramontana, un viento que sopla fuerte. El respeto por la tierra y el trabajo meticuloso son la elección de Sophie y Cyril para producir vinos muy aromáticos y concentrados. Mucha frescura y delicadeza en un país donde el agua es tan escasa que tiene su propio festival.

En las primeras estribaciones de las Corbières, en medio de terrenos rocosos, garrigas y bosques de pinos, las parcelas (50 hectáreas en total) de la finca siguen la fisonomía natural del lugar: colinas, laderas empinadas y llanuras. Preocupado por la salud de la tierra que da vida a sus viñedos, Laurent ha optado por gestionar su finca de forma biodinámica como algo natural. Sus vinos, llenos de sol y con acentos de garriga, son ricos y sabrosos, la viva imagen de este joven que no se cansa de abogar por una viticultura sana y responsable.

Antes de que surgieran pequeñas cervecerías por todas partes, en la región había dos cervezas locales: Cap d'Ona y la Alzina. Esta última se elabora en una cervecería tradicional de Bouleternère, en la frontera entre los Aspres y el Conflent. Desde 2009, la Alzina intenta revivir esa tradición ancestral en la que las plantas aromáticas, las frutas, las especias y el lúpulo cuidadosamente seleccionado permitían la elaboración de bebidas fuera de lo común. Las cervezas se presentan en cuatro colores: rubia, blanca, ámbar y negra. ¡Nos encantan las cervezas únicas!

Mantet, un pueblo de altura rodeado de montañas que nos encanta porque es tranquilo (de hecho muy tranquilo), acaba de abrir una cervecería artesanal. Senglar es una cerveza bastante lupulada nacida en 2016, que se presenta en tres colores: rubia, negra o ámbar. Se trata de una cerveza diferente, un tanto atípica y deliciosa, ya que se elabora con agua del manantial de Mantet y hierbas locales. Una pequeña cervecería en la planta baja de la casa familiar para un pequeño pueblo, pero con una gran devoción y amor por el trabajo bien hecho. Para tomar fresquita después de una buena caminata.

Solenn y Dominique ponen en práctica una idea diferente de la viticultura. Él es enólogo y agrónomo, ella es sumiller, y su filosofía está atrayendo la atención de los grandes expertos y los críticos, los premios empiezan a llegar. Sus vinos se caracterizan por sus aromas clásicos y ofrecen una mayor finura gracias a la frescura de la región y a los taninos pulverulentos. A los amantes de los vinos vivos y crujientes les encantarán. Profesionalidad y artesanía (o mejor orfebrería) son los epítetos que mejor se adaptan a esta pareja apasionada y entrañable.

La finca Giocanti se extiende por 5 hectáreas y es gestionada de manera ecológica desde 20 años, dando preferencia a los rendimientos bajos. Obtener la máxima expresión de tierras variadas y composiciones diferentes (caliza, esquisto, gneis) es una cuestión de trabajo, por supuesto, también de amor, pero sobre todo del hecho de tener las viñas repartidas en el triángulo de oro que conforman Estagel, Latour y Montner. Una pequeña finca, gente sencilla y conmovedora que hace un trabajo correcto siguiendo los cánones. Y nos encanta la personalidad de Manuel, el hijo, que está tomando el relevo.

En el valle del Agly, en un terreno montañoso de esquisto marrón, Vincent produce vinos intensos y aromáticos. En esta familia, el oficio de viticultor se ha transmitido de padre a hijo, por lo que la experiencia de sus antepasados, combinada con un poco de audacia y un espíritu aventurero, ha permitido a este joven producir vinos notables. En la finca, hay que probar los tres colores y también los dulces naturales, y con una copa en la mano en el fresquito de la bodega, escuchar a Vincent contar la historia de la finca, que empezó hace más de 200 años ¡con una mujer viticultora!

Aquí, en la finca de trece hectáreas de suelo de arena de granito, al pie de la sierra de la Albera, toda la familia se pone manos a la cuba: José, Karine, Marion, Nicolas y Paul. Además, uno de ellos le dará la bienvenida cuando llegue al dominio para una degustación. Pocas añadas (es solo el principio) y nos emocionamos con Léona y Margaux. Los Causadias están llenos de ideas, quieren desarrollar nuevas cosechas para los próximos años, se están volcando en el enoturismo y están organizando tardes de tapas para que la gente descubra sus vinos. Una aventura que comienza para esta familia entrañable.

La piedra proporciona el material para los castillos, estructura el suelo y genera sabores. Al principio, el entorno aislado y mineral te atrapa. Entonces, poco a poco, se va descubriendo la riqueza del lugar. Un viñedo gestionado con respeto por el medio ambiente, bajos rendimientos y una drástica selección de las mejores uvas. Los vinos de Mas Janeil son la expresión sin artificios de la magnífica tierra del valle del Agly. Por último, también ofrecen excursiones enológicas para conocer mejor la originalidad de esta tierra. Y una casa rural maravillosa. Un buen descubrimiento.

«Siempre me han intrigado y apasionado los seres vivos, especialmente lo que la tierra nos da a cambio de la atención que le prestamos». La pasión de David es el campo infinito de todas las interacciones frágiles e indispensables entre los seres vivos. Por eso dirige su viñedo según los preceptos de la agricultura ecológica y la biodinámica. La verdadera personalidad de los vinos de la bodega Mascareil se descubre paseando por los viñedos o degustándolos en la propia bodega. Vinos que debe descubrir sin ninguna duda y degustar sin moderación.

La profesionalidad de Guillaume es una referencia en el mundo del vino desde hace varios años. Al haber pasado por todas las etapas, desde la producción hasta la venta durante quince años, sabe de lo que habla. De hecho, organiza catas para ayudarle a apreciar los vinos de diferentes lugares de Francia, con especial énfasis en los vinos del Rosellón. Este amante del «zumo divino» le llevará a descubrir las regiones que componen su rico patrimonio cultural. Las bodegas Maillol crecen y se diversifican constantemente, lo que nos encanta.

Vincoeur Catalan es una empresa familiar, cuyos conocimientos se transmiten de padres a hijos. Los vinos y productos locales se seleccionan en toda la región del Rosellón, gracias a un trabajo preciso y serio sobre los terruños y fincas de la región catalana. En la gran tienda de Perpiñán (la otra está en Elne), también encontrará licores franceses finos cuidadosamente seleccionados y una buena selección de cervezas artesanales. En cuanto a los consejos, son precisos y completos, con una sonrisa y buen humor... Baco no era un hombre triste.

Domaine Vents du Sud es una visita obligada para los amantes de los vinos naturales. La finca ofrece una amplia gama de vinos naturales sin sulfitos que harán las delicias de los paladares más exigentes. Además, podrá disfrutar de las actividades enológicas que se ofrecen en el lugar, así como de las casas rurales con cocina totalmente equipada y piscina, para que disfrute de sus vacaciones.