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Un destino de buceo

El archipiélago es muy popular entre los submarinistas, y encontrará centros de buceo por toda la costa.

Mallorca. Los puntos de inmersión más destacados se encuentran en las tres bahías de la isla: Palma, Alcúdia y Pollença. La flora y la fauna submarinas son magníficas, y la claridad del agua hace que el buceo sea inolvidable.

Ibiza. Hay varios lugares que merecen una visita. El primero es la Cova de Ses Llegostes, en Cala Gració. Aquí se desciende a una asombrosa cueva natural de piedra caliza marina. El agua del mar penetra en la cueva, creando una especie de lago interior que alberga numerosas especies de peces. Otros lugares para visitar son el pecio Don Pedro, frente a la costa del puerto de Ibiza, El Caballo y sus dos arcos superpuestos a 25 metros con meros, morenas y corvinas, y el islote Llado Sud, una pequeña isla rocosa. Santa Eulàlia presume de hermosos desniveles con numerosas cuevas, abundante fauna e incluso el pecio de un barco holandés. En la isla Tagomago, las fallas albergan morenas, congrios y meros. Por último, hay que llevar las aletas al noroeste de la isla de Es Vedrà, al Sec de la Bota, una montaña submarina que se eleva 2 m de la superficie y tiene una base a 35 m bajo la superficie. Los peñascos albergan meros, meros, congrios, morenas y barracudas. Como el lugar está mar adentro, es popular entre los atunes y otras especies pelágicas.

Menorca. Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, Menorca es la isla más septentrional del archipiélago. Expuesta a los rigores del tiempo, ha sido moldeada por los elementos. El resultado es una orografía submarina muy particular (cuevas, cavidades, laberintos...) que también forma una tumba que alberga centenares de barcos de todas las épocas, todos ellos innumerables tesoros arqueológicos que los buceadores pueden observar: ánforas, cañones, anclas... Un mundo submarino excepcional que combina arrecifes rocosos, desniveles verticales y praderas de posidonia. Le esperan grandes inmersiones

Formentera. Formentera es un destino ideal para buceadores principiantes, gracias a sus aguas tranquilas perfectas para aprender a bucear. Puede realizar su primera inmersión directamente en el mar, por ejemplo en la Reserva Marina de Es Freus. Esta reserva natural se creó para preservar el entorno natural de la zona. Aquí encontrará los puntos de inmersión más interesantes de la isla.

Las aguas cristalinas de Formentera también albergan una excepcional pradera de posidonia oceánica en el Parque Natural de Ses Salines d'Eivissa i Formentera. Con 100.000 años de antigüedad, es la pradera de posidonia más grande y antigua de todo el Mediterráneo. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Deportes acuáticos para todos los gustos

Las Islas Baleares son un paraíso para los amantes de los deportes náuticos. Tanto si busca un subidón de adrenalina como un paseo tranquilo por las aguas cristalinas del archipiélago, hay mucho que hacer: vela, esquí acuático, wakeboard, motos acuáticas, kayak, paddleboard, parasailing y mucho más. Las islas también cuentan con numerosos puertos deportivos. Y prácticamente todas las escuelas y centros náuticos ofrecen cursos de iniciación (individuales o para grupos), alquiler, excursiones guiadas e incluso paquetes semanales para sus múltiples actividades.

Un paraíso para los golfistas

Estar en Baleares sin jugar al golf es como pasar un invierno en los Alpes sin esquiar: en los últimos años, Mallorca se ha consolidado como la isla con más campos de golf en relación a su superficie. Las condiciones geográficas naturales combinadas con el clima la han convertido en un paraíso para los golfistas. Nada menos que una veintena de campos de renombre internacional permiten a los aficionados locales y a los grandes extranjeros disfrutar de su tiempo en estos remansos de paz. Entre ellos, los campos de Andratx y Son Antem, cerca de la bahía de Palma, en Mallorca; los del noreste de la isla, como Canyamel y Capdepera; Golf Ibiza, en Ibiza; y Golf Son Parc, en Menorca.

Disfrutar del interior del país

Senderismo. Los inviernos suaves son perfectos para caminar y montar en bicicleta. Menorca y la pequeña isla de Formentera han comprendido perfectamente el atractivo de este deporte, ofreciendo a los visitantes una flota de bicicletas durante todo el año. Formentera se puede recorrer en bicicleta con seguridad de punta a punta. En cuanto a Menorca, se puede recorrer haciendo el Camí de Cavalls (Camino de Caballos), una forma de entrar en contacto con esta naturaleza salvaje y virgen. Pero Ibiza y Mallorca (especialmente el montañoso noroeste) no son una excepción a la tendencia, y las rutas de senderismo son legión en ambas islas. Hay magníficos senderos para recorrer a pie, en bicicleta o en BTT.

Ciclismo. Muchos aficionados al ciclismo aprovechan la primavera y el otoño para recorrer los senderos de Mallorca. Desde carreteras llanas por el campo hasta desafiantes rutas por la Tramuntana, las opciones son numerosas. Los aficionados al ciclismo de todos los niveles en Mallorca no deberían perderse una visita a la página web Cycling Friendly (www.cycling-friendly.com). Es el lugar ideal para planificar unas vacaciones 100% ciclistas, con alojamientos, servicios e itinerarios.

Paseos a caballo. A pesar del impacto del turismo, las Islas Baleares aún conservan muchos lugares que no han sido tocados por el tiempo: montañas, espacios naturales, parques naturales y pueblos con encanto. El esplendor de estos parajes, entre mar y montaña, se puede descubrir a caballo. La tradición ecuestre es muy fuerte en Baleares, y prácticamente todas las localidades costeras cuentan con un centro ecuestre donde disfrutar de un paseo a caballo adaptado a su nivel. Esta tradición es especialmente fuerte en Menorca, donde los caballos son los protagonistas de las principales fiestas populares. Es el caso no sólo de las famosas fiestas de Sant Joan, sino también de las fiestas de los pueblos, con numerosos desfiles de caballos jaleados en medio de la multitud.