Trogon, oiseau emblématique du pays © Tarpan - Shutterstock.com.jpg
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Animales del cielo y de la tierra

Cuba alberga una fauna muy variada, empezando por su avifauna. Hay más de 400 especies de aves (388 para ser exactos), que van desde el ave más pequeña del mundo -el esmeralda de Ricord(Chlorostilbon ricordii), conocido coloquialmente como el "zunzún" por los cubanos- hasta el caballero de Italia, un flamenco rosa de 1,5 metros de altura. Entre las especies más destacadas están el impresionante sijus, capaz de girar la cabeza 360º, y el pájaro carpintero de marfil (el segundo más grande de su especie), que ha reaparecido recientemente en Cuba. Sin embargo, el ave más emblemática es la que los cubanos han elegido como emblema nacional: el trogón o tocoroco, que vive en los bosques de la isla. Su sorprendente llamada y su deslumbrante plumaje -una combinación de negro, rojo, blanco y verde intenso- son únicos. Otras aves tropicales que son fáciles de ver en el campo cubano, a menudo cerca de las casas, son el coco negro, el coco blanco y la cotorra verde, que cohabitan con grullas, golondrinas, palomas y tórtolas. Hay muchas aves acuáticas. Las principales aves marinas son la gaviota, el pelícano y la gaviota. La garza azul, la perdiz y la yaguaza son las aves que se pueden encontrar cerca de las reservas de agua dulce.

En la categoría de los mamíferos, es interesante señalar que cuando Colón llegó a Cuba, sólo encontró dos cuadrúpedos. El primero era un perro sin voz, el segundo una especie de mapache que los nativos llamaban "guaquinagi". Cuando los españoles se asentaron en la isla, trajeron consigo animales domésticos -caballos, cabras, cerdos, gatos y perros- que acabaron volviendo a la naturaleza. Así, una misma especie de perro fue cambiando de tal manera que dio lugar a dos especies radicalmente distintas: el pequeño spaniel habanero y su versión grande, una especie de moloso que en su día fue adiestrado para rastrear esclavos fugitivos. El ganado y los caballos han seguido una evolución bastante lineal. Como los jabalíes escasean en Cuba, se han importado gamos para satisfacer a los cazadores... En el lado de Baracoa, prosperan algunos "almiquís", mamíferos insectívoros endémicos e inofensivos, así como algunos cocodrilos, esta vez en la península de Zapata. A los caimanes les gusta tomar el sol del Caribe en las granjas de la península.

En cuanto a lafamilia de los reptiles, le damos una buena noticia: ¡las serpientes no son venenosas en Cuba! Sin embargo, pueden tener un tamaño imponente. Es el caso del majá de Santa María, cuya envergadura puede alcanzar los 4 metros. Más modestamente, en la familia de los reptiles y anfibios, destacamos la abundante presencia de iguanas, camaleones y lagartos (sobre todo lagartos verdes y lagartos de arena). Aunque a menudo son invisibles, las ranas (la rana bananera es diminuta) y otros sapos de búfalo son vocales en la noche cuando dan una serenata. Además de las especies más imponentes, los murciélagos más comunes en Cuba son más bien pequeños y tienen nombres de lo más poéticos: ¡el murciélago mariposa y el murciélago flor gobiernan la noche! En la familia de los insectos, cabe destacar las innumerables -y enormes- mariposas cubanas multicolores. Uno de los más suntuosos es el cristal de Mariposa, que es un gran amante de las flores de buddleia. Entre los insectos a los que hay que prestar atención, además del infatigable mosquito, hay que evitar la picadura del escorpión italiano

¿Y en el agua?

En el mar de la costa, el primer lugar en el que hay que fijarse es en las reservas de manatíes (llamados aquí "manatís"), imponentes mamíferos que en su día fueron comparados con sirenas por los marineros que, aficionados a su carne, diezmaron en gran medida la población. Un verdadero fósil viviente, el manjuarí, un pez de forma alargada y de movimiento muy lento, se dice... 270 millones de años Convive con otras 900 especies, repartidas entre el mar y el agua dulce. Los habitantes submarinos más famosos de Cuba son, sin duda, el marlín, la barracuda, el atún, la raya, el bonito, la caballa, el tiburón y el delfín (algunas ballenas se alejan ocasionalmente de la costa atlántica de la isla). Aunque la gran mayoría de estos peces tropicales, con sus espléndidos colores y variadas formas, son inofensivos, mantenga las distancias con los peces dragón, las rayas y las barracudas en sus viajes de buceo. A gusto en las cálidas aguas del litoral cubano, las medusas son legión. También en este caso, ¡estén atentos! Como ocurre con los erizos de mar, que tienden a instalarse en el mismo lugar donde los bañistas se meten en el agua Por lo demás, las tortugas y otros pulpos no deberían causarle ningún problema cuando explore las profundas aguas cubiertas de coral negro. Las playas están repletas de increíbles conchas, estrellas de mar y los famosos dólares de arena.

Si el mar tiene una buena población, también es el caso de las aguas dulces cubanas. Puede lanzar su sedal al río con la seguridad de pescar un pez Además de peces de agua dulce, se han registrado pequeñas colonias de tortugas marinas y de agua dulce. En cuanto a los crustáceos, abundan las ostras, las caracolas y los cangrejos de río, además de los gigantescos mejillones del manglar Los amantes de las langostas, los cangrejos y los camarones deben saber que la mayoría de estos crustáceos se reservan para la exportación comercial: varios centenares de barcos y numerosos criaderos se dedican a este singular comercio. Sin embargo, es fácil encontrarlos en los platos de los mejores hoteles y restaurantes de prestigio de la isla. La langosta, en particular, puede disfrutarse en casi cualquier lugar, incluso en las casas particulares, aunque su venta no sea legal para los particulares. Pero ¡cuidado! En Cuba está prohibido pescar con arpón, recoger corales o conchas vivas. Los cubanos son bastante estrictos en este punto.

La flora cubana

Árboles y flores. Aunque Cuba no tiene una flora tan exuberante como la de Centroamérica, sí cuenta con una importante profusión tropical. La palmera, el árbol nacional, es sin duda el más extendido: hay más de 70 millones de ellas en todo el país, divididas en unas sesenta especies. Esto es un regalo del cielo si se tiene en cuenta que absolutamente todo en la palmera es útil: las palmas se utilizan para hacer techos, sombreros y cestas; la corteza, que es resistente a la putrefacción, es perfecta para tabiques y paredes; el tronco se utiliza para construir armazones y vallas; el fruto se utiliza para alimentar a los cerdos; y el corazón -llamado palmito- es una delicia cuando se cocina

Entre las especies arbóreas que existían antes de la llegada de los conquistadores y de las que hoy no queda casi nada, abundaban las maderas preciosas. La teca, el ébano, el guayaco, la caoba, el cedro y el palo de hierro se utilizaron para la construcción de lujosos palacios, elaborados muebles y los barcos de la flota española. Igualmente valiosos son la vijaguara de fuego, la majagua azul, el hueso de tortuga y el bambú, todos ellos específicamente cubanos y hoy casi extinguidos.

Sin embargo, muchas otras especies de árboles siguen prosperando en Cuba, como el pino, el coco y el eucalipto. Los cultivos de coníferas también se están probando en la región occidental. La yagruma, con sus anchas hojas verdes y su dorso blanco, es un rival de la palmera, pero también hay laureles, aguacates, mangos, higos, tamarindos, algarrobos, frangipanes, jocumas yalmácigos por todo el país. También son numerosos los árboles flamígeros, que alegran las calles de las ciudades con sus brillantes flores en junio. De hecho, la delicada y colorida vegetación a lo largo de la orilla del mar o cerca de los estanques hizo que Cristóbal Colón escribiera en su cuaderno de bitácora: "El verdor se extiende casi hasta el agua; a lo largo del río crecen hermosos árboles verdes con flores, diversos frutos, innumerables pajarillos con su melodioso canto. Las flores son realmente numerosas y espléndidas: junto a la mariposa -la flor nacional con aire de ala de mariposa- florecen el anturio, la poinsettia, la buganvilla, el tulipán, el jazmín, el gladiolo, el hibisco, así como deslumbrantes orquídeas.

Especias, frutas y verduras. Además de los bosques tropicales y otras zonas de repoblación forestal, Cuba también cuenta con algunas zonas áridas, sobre todo en Guantánamo, erizadas de cactus y arbustos espinosos. Pero los cubanos también son hábiles jardineros: mientras que los bordes de las carreteras y los espacios públicos están llenos de vegetación, muchos jardines albergan huertos donde se cultivan frutas, especias y hierbas. Las hierbas más comunes son el orégano, la salvia, el perejil y, por supuesto, la hierba buena, un ingrediente esencial en cualquier mojito que se precie. Las especias se importaban principalmente de África Occidental y Sudamérica, siendo las más comunes el jengibre, la pimienta, la mostaza, el pimentón, el chile (pimienta, utilizada para las salsas), el cardamomo, la nuez moscada, el cilantro y el comino. También se han introducido, esta vez por sus propiedades medicinales, la altea, el vetiver y el sándalo.

En cuanto a las hortalizas, de nuevo África y Sudamérica son las principales fuentes de importación: zanahorias, patatas, remolachas, berenjenas, aguacates, mandioca, judías negras, plátanos y chayotes crecen fácilmente en el rico suelo cubano. El arroz también se cultiva en abundancia. Pero Cuba se distingue de sus vecinos caribeños sobre todo por la cantidad y diversidad de sus cultivos frutales. La naranja, el limón, la mandarina, el pomelo, pero también la papaya, el mango (el bizcochuelo es la variedad más popular), la guayaba, la piña y la fresa hacen felices a los golosos. La guayaba, en particular, es muy popular entre los cubanos: se puede comer cruda o en zumo, jalea o mermelada. Su hermana pequeña en la costa oeste, la guayabita, se cultiva para hacer Guayabita del Pinar, una especie de aguardiente local. Sea cual sea la fruta tropical -níspero, mamey, caimito, maranón, anón o zapote-, todas se consumen en zumo o crudas.