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Población local

Según el Estado, el 95% de la población es de origen albanés, sin embargo, Albania es como el resto de países balcánicos: un mosaico de pueblos en el que las minorías representan entre el 20 y el 30% de la población.

Albaneses. Se llaman a sí mismos Shqiptarë (una palabra cuya raíz significa «peñasco» o «águila») y afirman ser descendientes de los ilirios, un pueblo que se asentó en los Balcanes hacia el primer milenio antes de Cristo. No fue hasta el siglo XIII cuando Shqipëria («tierra de águilas») adoptó el nombre latino de Albania, heredado de la tribu iliria de los albanoi. Como resultado del mestizaje con los pueblos vecinos y los invasores, los albaneses pertenecen al islam (alrededor del 60% de la población) o al cristianismo, siendo el albanés el factor unificador: una lengua indoeuropea aislada y derivada probablemente del ilirio. Sin embargo, los albaneses están divididos en grupos, cada uno con su propio dialecto. Los dos grupos principales son los toscos y los guegos. Los primeros se asientan al sur del río Shkumbin, tienen una significativa herencia bizantina y otomana y su dialecto es la base del albanés estándar; mientras que los guegos viven en el norte de Albania y conservan importantes tradiciones católicas, aunque son predominantemente musulmanes.

Chams. Étnicamente albaneses, se calcula que hay entre 80000 y 200000 en el país. Hablan un dialecto cercano al tosco y son originarios del Epiro (o Chameria), una región a caballo entre Grecia y Albania. Tras la Segunda Guerra Mundial, gran parte de los chams musulmanes de Grecia fueron expulsados bajo el pretexto de colaborar con los nazis, y luego con el activismo comunista. Los chams reclaman el derecho a regresar y establecerse en Grecia.

Griegos. Son más de 200000, sobre todo de Vlora a Korça, en el sur. El gobierno les quita peso diciendo que son 25000, pero les concede el estatus de minoría, con enseñanza en griego en algunas localidades. Descendientes de antiguos colonos y griegos ortodoxos, son mayoría en varios pueblos de la riviera albanesa, con Himara como baluarte. Aunque las relaciones entre griegos y albaneses son bastante pacíficas, políticamente es la región transfronteriza del Epiro la que es objeto de conflicto entre Atenas y Tirana desde 1912.

Eslavos. Las estimaciones varían de unos pocos miles para el Estado a 150000 según algunas ONG. Los eslavos de Albania llegaron a partir del siglo VI y se dividieron en varias entidades distintas, pero solo un grupo está reconocido oficialmente: los «macedonios». Hablan eslavo-macedonio y descienden de los búlgaros, que son el principal grupo étnico del norte de Macedonia. Más musulmanes en el noreste y ortodoxos en el sureste, se calcula que oscilan entre las 4000 y las 15000 personas repartidas alrededor de los lagos Prespa y Ohrid. En la misma región viven también los pomacos, búlgaros islamizados, que Tirana estima en unos centenares, aunque según Sofía superan los 50000. Los serbios y los montenegrinos, contabilizados juntos son unos 2000, viven cerca de Shkodra, son ortodoxos y hablan serbocroata. También están los bosnios, que hablan la misma lengua, pero son musulmanes y se contabilizan unos mil en la región de Durrës. Por último, los goranis son unos mil en Shishtavec, cerca de Kosovo; al igual que los pomacos, son musulmanes y originarios de Bulgaria, pero su lengua, el goranski (o našinski), los distingue de los pomacos.

Arrumanos. También conocidos como valacos, este pueblo latino está diseminado por el sur de los Balcanes. En Albania están reconocidos como minoría y se calcula que son unos 100000, sobre todo en el sur, de los que aproximadamente la mitad hablan todavía el arrumano. La hipótesis más probable es que descienden de colonos romanos o de poblaciones griegas romanizadas, pero Bucarest los considera «rumanos», aunque no hablen rumano. Los arrumanos de Albania establecieron importantes rutas comerciales, haciendo de Moscopole (cerca de Korça) la ciudad más rica de la región en el siglo XVIII. Los arrumanos se sienten cercanos a los griegos: son ortodoxos y suelen hablar griego.

Gitanos. Son entre 100000 y 150000 en Albania, pero estas cifras deben matizarse ya que los romaníes rara vez están inscritos en el registro civil, y también se les confunde a menudo con otros grupos étnicos. Llegaron de la India, se cree que se asentaron en la llanura de Myzeqe en el siglo XV, y aunque islamizados, los romaníes siguen hablando romaní. En la década de 1960 fueron obligados a asentarse, pero se beneficiaron poco del sistema educativo comunista. Tras la caída del régimen, fueron las principales víctimas del cambio al capitalismo, con tasas de analfabetismo y desempleo superiores al 60%. Los gitanos suelen vivir en chabolas y son, según las ONG, las principales víctimas del tráfico de humanos en Albania.

Ashkalíes y egipcios balcánicos. Estos dos pueblos, que suman unos 3500 en Albania, suelen equipararse a los romaníes o denominarse «jevgs». Están presentes también en Kosovo, Montenegro, Serbia y Macedonia del Norte y han adoptado en todas partes el islam y la lengua local mayoritaria. Los egipcios balcánicos afirman proceder del antiguo Egipto, mientras que los ashkalíes podrían descender de persas llegados en la antigüedad a través del puerto palestino de Ashkelon. La cuestión de su identidad se ha complicado por su «albanización», pero también por el término «ashkalí», utilizado por los otomanos para designar a los pueblos nómadas de los Balcanes. Aunque son todavía poco conocidos, algunos investigadores creen que estos dos grupos étnicos forman una sola entidad.

Judíos. En la actualidad solo son un centenar, pero Albania es un caso especial en la historia de la Shoah: los primeros vestigios del judaísmo aparecieron en Saranda en el siglo V. En el siglo XII, los sefardíes se establecieron en Berat, Durrës, Vlora y Elbasan. La comunidad se expandió en 1492, cuando el Imperio otomano acogió a los judíos expulsados de España y a partir de los años 1930, Albania se convirtió en un refugio para los asquenazíes, al principio bajo el impulso del rey Zog, que concedió visados a los judíos alemanes. Después, los italianos se negaron a entregarle a Hitler los judíos presentes en los territorios de habla albanesa bajo su control y tras la caída de Mussolini, los nazis entraron en Albania. En abril de 1944, unos cuatrocientos judíos alemanes y austriacos fueron detenidos en Durrës y Tirana y enviados a los campos de exterminio, el resto de la comunidad se salvó gracias a la solidaridad de la población. Unos 2000 judíos sobrevivieron en Albania, el único país de la Europa ocupada que vio crecer su población judía durante la guerra. Una gran parte de la comunidad emigró a finales de 1944, mientras que los demás se quedaron atrapados en Albania por la dictadura de Enver Hoxha. En 1992 se trasladaron a Israel, aunque algunos regresaron a Albania en los años posteriores.

Turcos e italianos. El Imperio otomano y la Italia fascista establecieron asentamientos en Albania y, aunque sigue habiendo turcos en Kosovo y Grecia, aquí parecen haberse mimetizado con los albaneses. En cuanto a los colonos italianos, pasaron a formar parte de la población albanesa tras la Segunda Guerra Mundial, pero sus descendientes abandonaron Albania en 1992. Hoy, los vínculos con las dos antiguas potencias ocupantes siguen siendo fuertes y hay una importante afluencia de inversores turcos e italianos.

Extranjeros. Históricamente, apenas ha habido extranjeros. Desde 1992, Albania acoge sobre todo a diplomáticos, cooperantes, miembros de ONG y misioneros religiosos, que suman en total unas 15000 personas, muy pocas de las cuales se han instalado allí de forma permanente (los españoles residentes en Albania no llegan a los 100). Además, mientras que el resto de los Balcanes acoge a un gran número de refugiados desde la «crisis de los migrantes» de 2015, Albania se ha mantenido al margen de este flujo de población. Sin embargo, se está produciendo un nuevo fenómeno con los trabajadores extranjeros que se instalan en Tirana: solo hay unos cientos de ellos, actualmente, procedentes de Sri Lanka y Nigeria, Pero esta tendencia va a acelerarse, ya que el éxodo masivo de albaneses desde 1991 ha dejado al país falto de mano de obra cualificada, sobre todo en el sector de las tecnologías de la información.

Albaneses fuera de Albania

Hay más de diez millones de albanoparlantes fuera de Albania, lo que, en relación con la población del país, constituye una de las mayores diásporas del mundo. Además de grandes comunidades en Turquía y Grecia, dos países vecinos también tienen el albanés como lengua oficial: Kosovo y Macedonia del Norte.

Kosovo. Esta antigua provincia serbia es la nación con mayor proporción de albaneses: actualmente representan el 90% de los 1,8 millones de habitantes del país. La situación es complicada, ya que el Estado más joven de Europa nació en 2008 fruto de una guerra (1998-1999) y solo es reconocido por una parte de la comunidad internacional. Kosovo, el corazón histórico de la nación serbia, está poblado mayoritariamente por albaneses desde finales del siglo XIX, cuando fueron expulsados del norte de Serbia al retirarse los otomanos. Los albanokosovares son guegos, tradicionalmente musulmanes (95%), con una minoría de católicos (3%), y como en Albania, el albanés estándar es la lengua oficial junto con el serbocroata. En la actualidad, los serbios de Kosovo solo representan el 5% de la población, por lo que Pristina y Tirana estudian la creación de un Estado conjunto aunque, los albaneses de ambos países rara vez se mezclan, salvo en verano, cuando los kosovares invaden las playas albanesas.

Macedonia del Norte. Los albaneses representan alrededor de un tercio de los 2,1 millones de habitantes de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, que cambió su nombre por el de Macedonia del Norte en 2019. En esta ocasión, tras años de tensiones, incluida una pequeña guerra civil en 2001, se reconoció el albanés estándar como lengua oficial junto al eslavomacedonio. Los macedonios o eslavomacedonios, de origen búlgaro, constituyen alrededor del 60% de la población. La minoría albanesa vive principalmente en Skopje y las regiones cercanas a Albania, Kosovo y Serbia. Las relaciones entre Tirana y Skopje son cordiales, pero los albaneses de ambos países se conocen poco.

Grecia. Más de un millón de albaneses viven en Grecia, lo que representa casi el 10% de la población. Hay dos comunidades diferenciadas: el grupo más numeroso, los albaneses, llegó en masa a partir de 1991. Al principio mal aceptados, esta población predominantemente musulmana se ha integrado bien. Además, estos exiliados no solo han contribuido al auge económico de Grecia, sino sobre todo a su estabilidad demográfica; los niños albaneses nacidos en Grecia tienen ahora la nacionalidad griega. La otra comunidad albanesa en Grecia es mucho más antigua: está formada por arbanitas y chams. Los arbanitas son ortodoxos que empezaron a asentarse en el siglo XIII y constituían la mayoría de la población de algunas ciudades, como Atenas a principios del siglo XIX. Su participación en la Guerra de la Independencia (1821-1832) les valió la plena ciudadanía griega y hoy son unos 200000, aunque solo una minoría habla arbanita, un dialecto próximo al tosco. También hay 40000 chams ortodoxos que no fueron expulsados del sur del Epiro. Oficialmente, Tirana y Atenas están en guerra desde que Mussolini intentó invadir Grecia en 1940; sin embargo, ambos países mantienen relaciones casi normales, ocasionalmente alteradas por las reivindicaciones de los griegos y los chams de Albania.

Serbia. Unos 50000 albaneses viven en el sur de Serbia desde la antigüedad. La mayoría son musulmanes y piden formar parte de Kosovo. Aunque en Albania existe un fuerte sentimiento antiserbio, Tirana y Belgrado acercan posturas desde 2014, con la creación de un mercado común con Macedonia del Norte en 2021.

Montenegro. Esta comunidad de unas 30000 personas (5% de la población) se asienta principalmente en torno a la ciudad costera de Ulcinj (Ulqin en albanés), cerca de Shkodra. Esta dividida entre musulmanes (73%) y católicos (26%) y forma el cuarto grupo étnico del país, por detrás de montenegrinos, serbios y bosnios. Tienen escuelas públicas y mantienen estrechos vínculos con Albania.

Italia. En el sur de Italia viven 260000 arbëresh (italo-albaneses) descendientes de albaneses católicos de Grecia y Albania que huyeron del Imperio otomano en el siglo XV. Conservan sus tradiciones y su lengua, un albanés antiguo que no se ha visto influido por el turco. En la década de 1990, Italia fue el segundo país de acogida de albaneses después de Grecia, con la llegada de unos 400000.

Turquía. Heredera del Imperio otomano, Turquía alberga la mayor comunidad albanesa: entre 1,5 y 4 millones de personas hablan aún esta lengua. Sus antepasados eran musulmanes albaneses que abandonaron los Balcanes en el siglo XIX. Considerada en su día la provincia más leal a los otomanos, Albania mantiene estrechos lazos con Ankara.

Egipto. En El Cairo y Alejandría viven 10000 albaneses. Son principalmente descendientes de los jenízaros del siglo XVIII, el cuerpo de élite del ejército otomano. La mayoría ortodoxa se ha mezclado con la diáspora griega en Egipto, mientras que los albaneses musulmanes parecen haberse integrado en la población árabe. Además, fue Mehemet Ali, un albanés de Kavala (Grecia), quien fundó el Egipto moderno en el siglo XIX.

Otros países. Presentes en los Balcanes desde la antigüedad, los albaneses son hoy 10000 en Bosnia y Herzegovina y Rumanía, unos 4000 en Croacia y Eslovenia y menos de 500 en Bulgaria. En Occidente, la diáspora asciende a un millón en Estados Unidos, 350000 en Alemania y 250000 en Canadá. En España viven unos 5000 albaneses.