Parques nacionales
Albania tiene la mayor concentración de parques nacionales del mundo en relación a su superficie: los doce que posee cubren el 11% del país. Pero no espere maravillas. Aquí, la calificación de «parque nacional» es totalmente teórica: los recursos financieros destinados a proteger estas zonas son irrisorios. Y como apenas hay guardias para vigilarlos, padecen mil y un problemas: deforestación ilegal, caza furtiva, contaminación, exceso de turismo, etc.
Parque Nacional de los Alpes de Albanian. Creado en 2022, ocupa una superficie de 828 km2 en el norte del país y abarca la totalidad de los Alpes albaneses, alrededor de los valles de Vermosh, Theth y Valbona. Incluye los antiguos parques nacionales de Theth y del valle de Valbona, así como la reserva natural de Gashi, parcialmente inscrita como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Dispone de numerosas rutas de senderismo, incluidas las transfronterizas con Montenegro y Kosovo.
Parque Nacional del monte Dajti. Creado en 2006, este parque ocupa 285 km2 justo a las afueras de Tirana. Se puede acceder en coche o teleférico, y es sobre todo una vasta zona de pícnic para los habitantes de la capital.
Parque Nacional de los abetos de Hotova-Dangëll. Creado en 2008, este parque situado cerca de Përmet se extiende por 346 km2. Debe su nombre al abeto de Bulgaria (Abies borisii-regis) y puede alcanzar los 25-30 m de altura. Es conocido localmente como el «abeto de Hotova». Encontrará cuevas, manantiales y rutas de senderismo.
Parque Nacional de Vjosa. Creado en 2023, este parque abarca 127 km2 cerca de Përmet. Se trata del último río salvaje de Europa (exceptuando Rusia) y fue catalogado como parque nacional gracias a los esfuerzos de residentes locales y activistas medioambientales, ya que el Gobierno quería construir presas y explotar las ricas reservas de petróleo del río.
Parque Nacional Marino de Karaburun-Sazan. Creado en 2010, este parque se extiende sobre 124 km2 en la bahía de Vlora. Comprende la isla de Sazan y la península de Karaburun, y solo es accesible en barco. Se pueden realizar excursiones estivales desde el puerto de Vlora.
Parque Nacional de Lura. Creado en 1966, ocupa 193 km2 al este del país, cerca de Peshkopi. Aunque alberga algunos hermosos lagos glaciares, ha sido devastado por la deforestación.
Parque Nacional del Monte Tomor. Catalogado en 2012, este parque de 292 km2 se encuentra al sur de Berat. Relativamente bien conservado, acoge cada agosto la mayor peregrinación musulmana de Europa, organizada por los bektashis.
Parque Nacional de Shebenik. Fundado en 2008, este parque abarca 345 km2 en las montañas del este del país, cerca de la ciudad de Librazhd y a lo largo de la frontera con Macedonia del Norte. Alberga lagos glaciares y en su logotipo aparece el lince de los Balcanes, felino en peligro de extinción por culpa la caza furtiva.
Parque Nacional de Llogara. Creado en 1966, se extiende a lo largo de 17 km2 en el magnífico puerto de Llogara que marca el inicio de la «Riviera albanesa», al sur de Vlora. Hermosos pinos esculpidos por el viento e impresionantes vistas del mar Jónico.
Parque Nacional de Divjaka-Karavasta. Creado en 2007, este parque de 224 km2 se extiende entre la ciudad de Divjaka y la laguna de Karavasta, cerca de Fier, en la costa adriática. Cuenta con numerosas especies de aves. Fue clasificado como humedal de importancia internacional por el Convenio de Ramsar.
Parque Nacional de Prespa. Creado en 2013, se extiende sobre 276 km2 alrededor de las partes albanesas de los dos lagos de Prespa, cerca de Korça, a lo largo de las fronteras de Grecia y Macedonia del Norte. En él también observaremos muchas especies de aves. Clasificado, asimismo, como humedal de importancia internacional por el Convenio de Ramsar.
Parque Nacional de Butrinto. Creado en 2000, este parque de 86 km2 cerca de Saranda incluye el yacimiento arqueológico de Butrinto, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Marismas, lagos, colinas y bosques a orillas del mar Jónico y frente a la isla griega de Corfú.
Peligros naturales
Albania corre el riesgo de sufrir terremotos. Está situada en la confluencia de las placas tectónicas africana y euroasiática, así como de la microplaca adriática. Esto provoca terremotos como el de noviembre de 2019, que causó 51 muertos y más de 3000 heridos en la conurbación Tirana-Durrës. El peligro se agrava por el incumplimiento de las normas de construcción antisísmica y la ausencia de planificación urbanística. El país también ha tenido que hacer frente a inundaciones cada vez más graves desde la década de 2010. Gravedad acentuada por la actividad humana: deforestación, extracción de la arena de los ríos, presión del desarrollo inmobiliario en la costa… por no mencionar los efectos del calentamiento global. La falta de mantenimiento del litoral desde el final de la dictadura comunista hace que el avance del mar sea ahora apreciado a simple vista en muchas zonas.
La fiebre del oro blanco
Junto con Paraguay, Albania es uno de los escasos países del mundo que produce toda su electricidad a partir de centrales hidroeléctricas. Aunque es cierto que esta energía no emite carbono y es renovable, también es verdad que la construcción de presas amenaza la biodiversidad y el modo de vida de muchos habitantes del país. Varios grupos abogan por un desarrollo más sostenible basado en actividades como el turismo verde. La ONG EcoAlbania promueve como alternativa diversificar el mix energético del país con otras energías renovables y mejorar el sistema de distribución, que genera un 30% de pérdidas.
Residuos voluminosos
Uno de los retos medioambientales más importantes es la gestión de residuos. Están los que se ven por casi todas partes, a lo largo de las carreteras, las playas, los cursos de agua... y los que se esconden, mucho más preocupantes. Y es que Albania autoriza la importación de residuos de otros países, principalmente de Italia, cuya gestión se confía a menudo a organizaciones mafiosas. Además, solo se recicla el 20% de los residuos domésticos. En 2022, solo seis municipios (de 61) disponían de contenedores para reciclar plásticos y papel, entre ellos Himara y Saranda, en la «Riviera albanesa». Se calcula que hay unos sesenta vertederos no autorizados, donde un comercio no regularizado de residuos proporciona unos pequeños ingresos a los traperos romaníes. Otro problema delicado y creciente es la contaminación atmosférica, que se debe en gran parte a un parque automovilístico arcaico y emisor de finas partículas de gasóleo. Durante la época comunista, solo se contabilizan 3000 coches, pero ahora el tráfico asfixia las ciudades, lo que provoca el aumento de las enfermedades respiratorias. En Tirana, el ayuntamiento ha abordado el problema aumentando la superficie de los espacios verdes, mejorando las infraestructuras viarias e introduciendo carriles bici.
