La Grande Mosquée de Tirana © RussieseO - Shutterstock.com.jpg
Prière matinale pendant l'Aïd el-Fitr à Tirana © Edvin Rushitaj - Shutterstock.com .jpg
Cathédrale orthodoxe de la Résurrection-du-Christ à Tirana © posztos - Shutterstock.com .jpg

Sunnis

Los musulmanes suníes representan el 55% de la población albanesa, son mayoría en casi todas las regiones y pertenecen a la rama principal del Islam: el 85% de los musulmanes de todo el mundo son suníes. La islamización de Albania comenzó con la llegada de los otomanos en el siglo XVI, al principio de forma marginal con el asentamiento de colonos turcos y la conversión de los jefes tribales, pero las exenciones fiscales, la llegada de misioneros sufíes y mercaderes orientales, seguidas de la represión contra los católicos, favorecieron después la conversión masiva de la población entre los siglos XV y XVII. A partir de entonces, los albaneses suníes actuaron como inestimables relevos del poder otomano, dotando de soldados y mandos políticos a los sultanes, sin embargo, la influencia del sufismo, un cierto grado de tolerancia por parte de los otomanos y la conservación de costumbres ancestrales dieron al islam albanés un carácter original. El mantenimiento de las tradiciones cristianas y el consumo de alcohol dentro de la propia comunidad suní siguen alimentando el debate sobre la sinceridad de las conversiones. Tras la prohibición religiosa de 1967, el Islam siguió practicándose en secreto en el seno de las familias y con la caída de la dictadura, el sunismo albanés adquirió un aspecto moderno, algo que se refleja por ejemplo en el hecho de que las mujeres rara vez llevan velo. La comunidad se benefició de la ayuda de Arabia Saudí y Kuwait, que financiaron la renovación y construcción de mezquitas, la creación de escuelas coránicas y la formación de imanes. Sin embargo, temiendo la influencia del wahabismo de los países del Golfo Pérsico, Estados Unidos presionó a partir de 2001 para reducir esta presencia en favor del islam turco que es ahora muy visible, sobre todo, con la construcción de la Gran Mezquita de Tirana, el mayor lugar de culto suní de los Balcanes, financiado directamente por Ankara. La ayuda turca también ha venido de la mano del movimiento Gülen: religiosamente riguroso y prodemocrático a la vez, cuenta con el apoyo de Washington, pero Ankara lo considera una organización terrorista y tras años de tensiones con Turquía, Albania decidió expulsar finalmente a los gülenistas en 2020. Asímismo, el islam radical sigue siendo marginal: del millar de albaneses que se unieron a las filas de Daesh en Siria, la gran mayoría procedía de Kosovo y el norte de Macedonia, pero empiezan a oírse críticas por el control que ejerce Turquía sobre la comunidad suní albanesa y el dinero que gasta en construir mezquitas en detrimento del desarrollo económico.

Católicos

Los cristianos católicos son el segundo grupo religioso, con entre 280000 y 490000 fieles, que representan entre el 9% y el 17% de la población. Bajo la autoridad del papa, más de la mitad de ellos se concentran en la región de Shkodra y su historia se remonta a la Edad Media: si bien Albania era bizantina y ortodoxa, la separación y posterior ruptura entre las Iglesias de Oriente y Occidente (siglos VI-XI) supuso que la mitad norte del país quedara gradualmente bajo la influencia de los católicos italianos y croatas. La llegada de los angevinos (siglo XIII), seguida de la revuelta de Skanderbeg contra los otomanos (1443-1468), animó a los señores feudales a convertirse al catolicismo, llevándose consigo a la mayoría de los habitantes y convirtiendo el catolicismo en la religión mayoritaria hasta el siglo XVII cuando los otomanos reprimieron las revueltas mediante la acción armada y los incentivos fiscales, lo que tuvo como consecuencia, la conversión en masa de los católicos al Islam. Durante el periodo comunista, el clero católico fue uno de los primeros objetivos de la dictadura, con la confiscación de los bienes de la Iglesia en 1944 y la ejecución de sacerdotes en 1945, esto no impidió que la religión siguiese practicándose en el seno de las familias. La comunidad ha experimentado un verdadero renacimiento desde 1989, fecha de la primera visita de la madre Teresa de Calculta al país, antes incluso de la caída del comunismo. Este movimiento ha crecido con la refundación de un clero, la llegada de misioneros franciscanos y de ONG católicas, que vienen principalmente de Italia, y gracias también a las visitas de los papas Juan Pablo II (1993) y Francisco (2014). La Iglesia católica en Albania está organizada actualmente en 2 provincias eclesiásticas con sede en Shkodra y Tirana: la provincia de Tirana abarca el sur de Albania y cuenta con unos 8000 fieles, la mitad de los cuales pertenecen a la Iglesia grecocatólica albanesa. Esta entidad autónoma con sede en Vlora reconoce la autoridad del papa, pero conserva los mismos ritos bizantinos que los ortodoxos.

Ortodoxo

Los cristianos ortodoxos se diferencian de los católicos por su fidelidad a las reglas establecidas en los primeros siglos de la Iglesia. Aunque eran la inmensa mayoría en Albania a principios de la Edad Media, hoy solo representan entre el 6 y el 10% de la población, este declive es el resultado de varios factores: las conversiones al catolicismo, luego al islam, y sobre todo de la inmigración masiva a Estados Unidos y Grecia desde el siglo XIX, sin olvidar la represión antirreligiosa del régimen comunista. Hoy, la comunidad tiene un nuevo problema: su identidad albanesa se cuestiona regularmente ya que la mayoría de los ortodoxos del país pertenece a las etnias griega, aromana y eslava. Se encuentran principalmente en el sur del país, en las fronteras con Grecia y Macedonia del Norte. Además, desde la caída de la dictadura, la comunidad ha sido apoyada en gran medida por la Iglesia Ortodoxa Griega, que financió la construcción de la enorme metrópoli (catedral) de la Resurrección de Cristo en Tirana. Aunque la Iglesia Ortodoxa de Albania fue reconocida como autocéfala (independiente) por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en 1932, desde 1992 está dirigida por Anastasios Yannoulatos, un arzobispo griego que habla muy poco albanés e impone la lengua griega en las liturgias (misas) que dirige. Esto ha causado revuelo incluso dentro de la comunidad ortodoxa, y parte del clero se ha resistido creando la «Iglesia Autocéfala de Santa María» en Elbasan, que se opone a la influencia griega. Además, la falta de financiación pública para renovar las antiguas iglesias bizantinas y la destrucción de nuevas iglesias construidas sin permiso también están provocando tensiones con el Estado.

Bektashis y otros sufíes

Los musulmanes sufíes, presentes sobre todo en el sur del país, representan el 4% de la población. La mayoría pertenece al bektashismo, considerado por el Estado albanés como una religión por derecho propio, y cuya sede mundial está en Tirana. Aunque comparten el Corán y muchas creencias con los suníes, los sufíes son más cercanos a los chiíes e incluso se llaman a sí mismos chiíes. El chiísmo es la forma más antigua del Islam, es originaria de la antigua Persia, actual Irán y nació en el siglo VII a raíz de la disputa que siguió a la muerte de Mahoma: los chiíes seguían las enseñanzas de Alí, yerno y primo del profeta, mientras que los suníes rechazaban la idea de un sucesor. El movimiento sufí surgió en Persia y la India a partir del siglo XI y se caracteriza por su fuerte espiritualidad y su enfoque esotérico y místico de la fe, a veces con una interpretación original del Corán, sobre todo en lo que respecta al papel de la mujer y el consumo de alcohol. La enseñanza implica una iniciación llamada tariqa («método» en árabe) y no tiene lugar en una mezquita, sino en un tekké(teqeja en albanés): el término tariqa (pl.: turuq) también se refiere a las hermandades místicas a las que pertenecen los sufíes, reunidos en torno a un jeque(baba en albanés). La tariqa más famosa es la de los mevlevís, conocidos como los derviches giróvagos y que están principalmente en Turquía. Los sufíes florecieron en el Imperio Otomano (de confesión suní) y acompañaron sus conquistas, eran considerados más tolerantes y cercanos al cristianismo que los suníes y desempeñaron un papel en la islamización de parte de los Balcanes a partir del siglo XIII. Varios turuq siguen activos, desde la Tracia griega hasta Bosnia-Herzegovina. En Albania, además de los bektashis, existen las cofradías Rifai, Qadiriyya, Halveti y Tijaniyya que fueron prohibidas en 1967 y reaparecieron gradualmente a partir de 1991. Tras haber contribuido a la independencia del país en 1912, los bektashis también se han beneficiado del apoyo oficioso de las nuevas autoridades democráticas de Tirana, gracias en particular a Illir Meta, político y miembro de la cofradía que fue nombrado presidente de Albania en 2017. Aunque el peso demográfico de los sufíes es bajo, su influencia en la sociedad albanesa sigue siendo muy fuerte, lo que no deja de provocar tensiones con los líderes de la comunidad suní, que pretenden gobernar a todos los musulmanes del país; la línea divisoria entre sunismo y sufismo es bastante difusa, y algunas familias pertenecen a ambos movimientos. Las cofradías también han contribuido al acercamiento diplomático con Irán y Turquía, a pesar de que en los últimos años Albania ha optado por otras opciones, favoreciendo el islamismo suní de Ankara y oponiéndose al régimen chií de Teherán. No obstante, los lazos con el chiísmo iraní siguen siendo estrechos, ya que en 2003 Albania se convirtió en la principal base de la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI), movimiento de resistencia armada apoyado por Estados Unidos y como consecuencia, una comunidad de 3000 iraníes chiíes se ha instalado en Manëz, cerca de Durrës.

Protestantes

En Albania hay unas 10000 personas que pertenecen a 190 iglesias y movimientos evangélicos protestantes. La presencia de cristianos reformados en el país se remonta a mediados del siglo XIX con la llegada de misioneros británicos y la fundación de la primera iglesia evangélica en Korça en 1890. El protestantismo desapareció durante el periodo comunista y se restableció con la llegada de nuevos misioneros estadounidenses; las conversiones se vieron favorecidas por iniciativas educativas y una cierta cercanía al Islam, en particular con la condena a las imágenes sagradas y la importancia de darle al libro sagrado un papel central dentro de la religión. Las distintas organizaciones protestantes funcionan de forma independiente y la mayoría se ha agrupado, desde 1892, en el seno de la Alianza Evangélica Albanesa (VUSH). Desde 2011, es la quinta entidad religiosa reconocida por el Estado albanés.

Baha's

El bahaísmo es una religión monoteísta que cuenta con unos 7000 fieles en Albania (el 0,25% de la población). No son muchos, pero es una de las comunidades más numerosas de Europa, ya que en el mundo hay un total de 7 millones de fieles, el 50% de ellos está en la India y, en España por ejemplo, solo hay 5000 bahaíes. El bahaísmo fue fundado en Irán en 1863 y es fruto de una separación con el sufismo persa; se basa en textos comunes al judaísmo, el cristianismo y el islam, tiene puntos en común con el misticismo de los bektashis y su sede está en Israel. Esta religión se estableció en Korça a partir de 1931 bajo el impulso del político Refo Çapari, un albanés procedente de Grecia que se convirtió en Estados Unidos. El bahaísmo prácticamente desapareció de Albania durante el periodo comunista, pero desde 1989 se ha restablecido en el país con la ayuda de los bahaíes italianos.

Testigos de Jehová

Este movimiento milenario cercano al cristianismo, se estableció en Albania en el decenio de 1920 y experimentó un fuerte resurgimiento tras el fin de la era comunista. Pero desde la década de los 2000, el efecto mediático de varios suicidios de adolescentes de familias convertidas ha puesto fin a esta expansión y se dice que el movimiento tiene ahora alrededor de 5000 fieles en el país.

Mormones

Su nombre completo es «Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días», este movimiento cristiano nació en Estados Unidos en 1830 y afirma tener 3000 fieles en Albania. Los mormones se establecieron en el país en 1992 con unos 20 misioneros americanos.

Judíos

Han estado presentes en Albania desde la época romana, pero ahora solo hay un centenar que está principalmente en Tirana. La capital alberga desde 2010 la única sinagoga activa del país.

Ateos y agnósticos

Entre 1967 y 1992, toda la población era oficialmente atea. La política antirreligiosa de la dictadura comunista ha dejado su huella: entre el 3 y el 9% de los albaneses se declaran ateos; entre el 16 y el 30% no pertenece a ninguna religión, y más del 60% dice ser creyente pero no practican su religión: una proporción superior a la del resto de los Balcanes. En general, declararse ateo, agnóstico o no practicante está bien tolerado en Albania.

Supersticiones: mal de ojo y

Aunque no son muy religiosos, los albaneses son muy supersticiosos. Como en Turquía y Grecia, existe el miedo al mal de ojo, conocido aquí como syri i keq o mësysh. Los habitantes de todas las creencias protegen sus hogares con multitud de símbolos: ajos trenzados, un colgante de cristal con forma de ojo azul(nazar), una cruz negra dibujada con el humo de una vela, un cuerno de animal, una bandera, una imagen de San Jorge... Pero el amuleto más común es el dordolec, que puede traducirse como «espantapájaros» y suele ser un peluche o un muñeco(kukull) que se cuelga, a veces durante años, delante de una casa. Un flotador o figurita con forma de pato también puede servir. Aunque la creencia en el mal de ojo está presente desde Irán hasta Brasil, el dordolec es un desfile típicamente albanés y ha seguido a la diáspora por todo el mundo. Sin embargo, esta costumbre, que se remonta a los ilirios, es menos seguida por la comunidad católica del norte de Albania.