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Un mosaico de paisajes

La superficie total del departamento es de 4116 km². Su punto más alto no es el Canigó, a pesar de su imponente y vertiginosa base, sino el pico Carlit, en la Cerdanya (2921 m). Los bosques cubren 106000 hectáreas del territorio y se pueden encontrar especies arbóreas como el roble, el haya y todo tipo de coníferas en lo alto. Pero la belleza paisajística de los Pirineos Orientales es aún más impactante desde el mar, desde el escenario de este anfiteatro que ofrece el espectáculo de los cultivos hortícolas que ocupan la llanura y el litoral, de los huertos que florecen en los valles y, finalmente, de las vides que suben por las terrazas y se aferran a las escalones de este majestuoso circo lleno de luz. Este mosaico o marquetería de paisajes y cultivos es un verdadero museo al aire libre que puede interpretarse a la luz de una geología atormentada.

Clima

En general, se trata de un clima mediterráneo, modificado en la parte alta por la influencia de las montañas, que se vuelven preponderantes hacia el oeste del departamento. Este clima, uno de los más suaves de Francia, es una gran ventaja. Debido a la extrema diversidad de la geografía, se refleja en el mapa meteorológico con un tiempo cálido, seco y soleado en verano y suave en invierno. Esto supone unos trescientos días de sol al año, o 2578 horas de sol. Por supuesto que a veces llueve. La precipitación media anual se sitúa entre 515 mm y 1500 mm. En primavera y otoño, la región del Rosellón experimenta a veces tormentas torrenciales. El departamento debe sus intensos cielos azules en parte a la tramontana, el viento que, según los antiguos, vuelve loca a la gente. En ciertas épocas del año, puede soplar hasta 110 km/h, y a veces durante dos semanas enteras, con picos de 140 km/h e incluso más de 190 km/h hacia el cabo Bear.

Temperaturas: en las llanuras, los veranos son calurosos y secos y los inviernos suelen ser suaves, con solo algunos días raros de heladas en la costa. Las temperaturas de los Pirineos Orientales se encuentran entre las más suaves de Francia. Sin embargo, en las zonas montañosas, estas son relativamente bajas en invierno, mientras que los veranos siguen siendo bastante calurosos. Mientras que la media de días con heladas es de solo doce en Perpiñán, el Capcir y la Cerdaña están nevados durante cuatro o cinco meses al año. Las temperaturas diurnas medias en el departamento oscilan entre 5°C y 12°C de diciembre a marzo, tras lo cual suben rápidamente y se mantienen por encima de los 20°C de junio a septiembre, con picos de 38°C o más en julio y agosto.

Sol: el departamento tuvo 2578 horas de sol en 2019, frente a una media nacional de 2037. Datos que se deben revisar al alza debido al cambio climático global. Los Pirineos Orientales están bien situados en la clasificación de los departamentos más soleados de Francia.

Viento: en el departamento, los vientos dominantes son la tramontana, un viento del noroeste que alcanza con frecuencia velocidades superiores a los 100 km/h, y el xaloc o marinada (S/E), que aporta cielos grises y lluvia, a los que hay que añadir el gregal o narbonès (N/E), el levante que, como su nombre indica, viene del este, el mijorn, equivalente al siroco (del sur), el garbi o viento español (N/A) y finalmente el canigonec, que como su nombre indica viene del Canigó (W).

Precipitaciones: el departamento de Pirineos Orientales experimentó 515 mm de lluvia en 2019, frente a una media nacional de 827 mm. No se espera que estas cifras varíen en el futuro debido a las fuertes lluvias de primavera. Las lluvias, que a menudo caen en forma de intensas tormentas, se concentran principalmente en otoño y primavera, con un periodo seco en verano.

Fenómenos naturales: el departamento está sometido a intensos episodios de lluvia que pueden provocar la crecida de los ríos. En verano, las sequías son frecuentes y el mayor riesgo sigue siendo el de los incendios; la vegetación privada de agua es especialmente vulnerable. Los Pirineos Orientales están sometidos a una importante actividad sísmica; el último temblor significativo se registró en 1996 con una magnitud de 5,2 en la escala de Richter.

Una geología turbulenta

Seiscientos millones de años separan los granitos de la Albera de los depósitos cuaternarios de la costa. De forma global y simplificada, la distribución geológica de las rocas se agrupa en tres grandes sectores naturales:

Al sur y al oeste del departamento, la alta cadena pirenaica que incluye el macizo del Canigó, la Albera y el Capcir. Está formada por macizos antiguos (era paleozoica) de granito o esquisto que están separados por corredores de fallas (valles del Têt y del Tech).

Al norte, las Fenouillèdes y las Corbières constituyen una zona de piedemonte de relieves degradados donde encontramos calizas jurásicas y cretácicas fuertemente plegadas (era mezozoica).

Al este, la llanura del Rosellón y el litoral son una cuenca de relleno y sellado de la edad pliocena (era cenozoica) y de la edad cuaternaria compuesta por sedimentos marinos y aluviones continentales (erosión de los relieves acentuada por los ríos que fluyen de oeste a este). La geología del departamento está fuertemente ligada a la historia de la cadena pirenaica, a la secuencia de dos historias superpuestas de los Pirineos viejos y jóvenes. Tres etapas geológicas distintas marcan su formación:

la historia hercínica: una antigua cadena montañosa se extiende por gran parte de Europa (entre 380 y 280 millones de años) y constituye la base de las rocas de la era primaria.

la historia alpina de los Pirineos (de -240 millones de años a -65 MA) corresponde a la elevación de nuevas montañas como los Alpes y a la creación de una vasta cadena montañosa que se extiende desde Galicia hasta la Provenza y que incluye el golfo de León.

La historia mediterránea (del -30 MA a -1,65 MA) vio la apertura de la cuenca mediterránea y el nacimiento del golfo de León. La erosión fue retirando poco a poco considerables cantidades de material de los macizos y rellenó el golfo de Rosellón. Por último, la alternancia de periodos glaciares y cálidos configuró la hidrografía de la región mediante fases de excavación de ríos y acumulación de gravas.