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Monument hommage au mouvement hippie à Eivissa © Sergey Sivkov - Shutterstock.Com.jpg

Identidad balear y riqueza lingüística

La cuestión de la identidad balear es un tema rico en debates, del mismo modo que en Cataluña o el País Vasco. De hecho, está fuertemente ligada a la lengua. Desde que las Islas Baleares se convirtieron en comunidad autónoma, el catalán ha sido la lengua oficial del archipiélago. Junto con el castellano (español), es de hecho una lengua cooficial, según los términos utilizados en los textos legales. La mayoría de los isleños afirma entender el catalán, pero alrededor del 30% no lo habla. En realidad, el uso del catalán se limita a las instituciones políticas. Se supone que la enseñanza en las escuelas públicas se imparte en ambas lenguas desde la guardería, lo que favorecería una inserción profesional en Cataluña, o una continuación de los estudios universitarios en el continente. Pero, de nuevo, la realidad es otra: en las escuelas, el castellano es la lengua mayoritaria en las aulas, y los dialectos locales(ibicenco en Ibiza) se hablan principalmente en el patio. Estos últimos se han convertido incluso en símbolos de nacionalismo para las generaciones mayores.

Este modelo oficial se vio sin embargo amenazado a partir de 2013 por la reforma del sistema educativo del Gobierno de José Ramón Bauzá (PP), que proponía un sistema trilingüe catalán-castellano-inglés, reduciendo las horas de catalán en favor del inglés. A pesar de su anulación por el Tribunal Supremo en 2014, esta reforma ha sido objeto de numerosos debates. Actualmente, con el Partido Socialista en el Gobierno desde junio de 2015, los ánimos se han calmado y las dos lenguas deberían recuperar el equilibrio dentro de las escuelas. Como consecuencia del alto nivel de turismo, algunas lenguas extranjeras (inglés, alemán, italiano y francés) se hablan con bastante fluidez en algunas zonas de Ibiza (y Mallorca). A escala balear, sin embargo, el catalán sigue siendo la lengua más hablada (en Menorca y Formentera, sobre todo): el 73% de la población sabe hablarlo y casi el 90% lo entiende, lo que convierte al catalán en un verdadero pilar lingüístico. A pesar de este apego a una identidad tradicional acunada por costumbres ancestrales, la población ha cambiado significativamente en los últimos años. Así, Ibiza es especialmente cosmopolita, con un 7% de la población total de residentes extranjeros (¡este porcentaje alcanza 1/3 de la población de Formentera!).

A esta población extranjera instalada de forma permanente en la isla, hay que añadir un buen número de emigrantes que vienen a trabajar a la isla durante la temporada de verano. En 2009, Baleares figuraba como la comunidad autónoma de España con mayor porcentaje de extranjeros, con más de un 20% de inmigrantes. Los habitantes de Ibiza distinguen entre autóctonos y forasteros: este adjetivo se refiere a las familias españolas procedentes de la península. Curiosamente, los turistas son mejor aceptados que los inmigrantes españoles: un madrileño, aunque lleve más de diez años viviendo en Ibiza, siempre será un forastero . Entre las principales nacionalidades representadas en la isla, Italia ocupa el primer lugar (unas 5.000 personas), seguida de Marruecos, Alemania, Francia y los británicos. Desde 2010, Ibiza ha experimentado un fuerte descenso de la inmigración como consecuencia directa de la crisis. Esta tendencia se invirtió en 2017 con un aumento del 33% en el número de inmigrantes extranjeros.

Breve historia del movimiento hippy en Ibiza y Formentera

Aunque Ibiza adquirió fama internacional con la llegada de un gran número de hippies en los años sesenta, la isla ya gozaba de reputación de santuario de la buena vida desde los años treinta. De hecho, muchos intelectuales y artistas europeos de vanguardia, obligados a huir de regímenes autoritarios (sobre todo la Guerra Civil española), encontraron refugio en la Isla Blanca. Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se reconstruyó poco a poco y la creatividad y la libertad cobraron importancia, de modo que muchos artistas ya habituados a la isla empezaron a acudir de nuevo, a los que pronto se unieron jóvenes europeos y estadounidenses, seguidores del naciente movimiento hippy. Para estas almas enamoradas de la libertad y la paz, de una sana relación con la naturaleza, Ibiza -pero también su pequeña vecina Formentera- ofrece todos los ingredientes de la felicidad, hasta el punto de que rápidamente se forman comunidades hippies desde principios de los años sesenta, principalmente en las zonas rurales del centro de la isla.

Aunque San Francisco se considera la cuna del movimiento, Londres y Ámsterdam, por su ambiente cosmopolita y bohemio, son también importantes centros de esta cultura emergente. Nepal y la India, considerados idóneos para la práctica de la meditación, también son destinos de primer orden. Ibiza ofrece a los hippies un contacto directo y sencillo con la naturaleza, un clima suave y una zona que aún no ha sido tocada por el turismo de masas. Los isleños recibieron a esta nueva población con curiosidad y amabilidad, llamándoles "peluts" ("peludos" en catalán) por su pelo desgreñado, y la convivencia fue bastante buena. Durante esta época dorada de los hippies en Ibiza (1965-1975), pensadores, artistas, idealistas y dulces soñadores que regresaban a la tierra ayudaron a popularizar la isla y pronto el turismo empezó a ganar terreno, diluyendo poco a poco el auténtico espíritu hippie de los primeros tiempos...

Aún hoy, sin embargo, puede hacerse una idea de cómo eran aquellos días visitando el mercado dominical de Sant Joan, donde los puestos de artesanos son quizá los más auténticos de la isla. La pequeña cala de Atlantis o Punta Galera son también rincones que aún conservan parte de la magia psicodélica de los años sesenta. También merece la pena ver el encuentro de tamborileros en la playa de Benirràs, todos los domingos de verano, al atardecer. En 2016 se inauguró en la Marina d'Eivissa una escultura de bronce de un hippie y su hijo (inspirada en una famosa fotografía de la época) como homenaje a este episodio fundamental de la historia y la cultura de Ibiza.