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estado político de la situación

La Guayana Francesa es a la vez una región administrativa y un departamento francés de ultramar (DROM), cuya prefectura es Cayena. Junto con Guadalupe y Martinica, es uno de los tres departamentos franceses de América (DFA). Desde 2015, la Guayana Francesa está dividida en 8 cantones (frente a los 19 anteriores) representados por 51 consejeros territoriales que forman parte de la Collectivité Territoriale de Guyane (CTG), nueva institución resultante de la fusión de los dos antiguos órganos, el Conseil Général y el Conseil Régional. A nivel nacional, dos diputados y dos senadores representan al departamento. Desde el 2 de julio de 2021, Gabriel Serville es Presidente de la Asamblea de Guayana Francesa, sucediendo a Rodolphe Alexandre. Serville sucedió a Rodolphe Alexandre, que logró unir a la izquierda para derrotar a Alexandre por una clara mayoría.

Partidos políticos. Tradicionalmente, las autoridades locales de la Guayana Francesa han sido predominantemente de izquierdas. La izquierda guayanesa está formada por varios partidos más o menos activos. Principalmente lealista, su componente mayoritario es el Partido Socialista Guayanés (PSG), un partido independiente que, a diferencia de la Federación Guayanesa del Partido Socialista, no está afiliado al Partido Socialista metropolitano. El Walwari, vinculado al Partido de la Izquierda Radical, fue creado por Christiane Taubira, ex ministra de Justicia. El partido Forces Démocratiques de Guyane (FDG), AGEG (A Gauche en Guyane) y los Verdes completaron esta izquierda plural. En 2018, Gabriel Serville lanzó su propio partido Péyi Guyane, descaradamente inspirado en el Mouvement en Marche de Emmanuel Macron. No obstante, sigue siendo un partido de izquierda militante.

La derecha guyanesa está formada por la rama local de los Republicanos y varias pequeñas fuerzas centristas. El único líder de la derecha guyanesa, Léon Bertrand, que ocupó un cargo ministerial en los gobiernos de Villepin y Raffarin, fue acusado en 2009 y 2010 de favoritismo y corrupción pasiva. Finalmente fue encarcelado en una prisión de Remire-Montjoly en septiembre de 2018 y condenado a tres años de prisión. Por último, la tercera tendencia política es el movimiento independentista de extrema izquierda, representado por el MDES (Mouvement de Décolonisation et d'Emancipation Sociale).

Una autoridad local única. En quince años, la Guayana Francesa ha pasado de la efervescencia política e institucional a la paraplejia. Ya en 2008 se vio afectada, al igual que otros territorios de ultramar, por bloqueos de carreteras en protesta por el elevado coste de la vida. Esta situación es consecuencia directa de su situación periférica, pero el deseo de independencia parece haberse aplacado en 2010, cuando los votantes rechazaron la autonomía ampliada en casi un 70%. La instauración de la autoridad territorial única, que preveía la fusión del departamento y la región para diciembre de 2015, pretendía brindar la oportunidad de optimizar la gestión del territorio. La Guayana Francesa cuenta ahora con una asamblea, de la que se ha formado una comisión permanente, y un consejo económico, social y medioambiental. En su mayor parte, las disposiciones de derecho común aplicables a los consejos regionales rigen el funcionamiento de estas instituciones. Los principales retos de los últimos años se definen desde 1998 en el "Pacto de Desarrollo de la Guayana Francesa". Este documento político se centra en el desarrollo económico y social, con el objetivo de pasar de una economía basada en transferencias del exterior e impulsada por la contratación pública a una economía endógena, creadora de riqueza y capaz de garantizar el bienestar de sus habitantes, unidos en un destino común.

Las complejas relaciones con la Metrópoli

Características locales específicas que hay que tener en cuenta. En cuanto a las opciones económicas y sociales, para algunos lo más importante sería modificar la relación existente entre la Guayana Francesa y el "continente colonial". Pero la cuestión es compleja, sobre todo en el plano jurídico: ¿qué hacer en el futuro con ese "derecho laboral de otro lugar" cuya aplicación reclaman ahora los sindicatos? ¿Hay que adaptar el derecho laboral a las realidades de la Guayana Francesa? ¿Una legislación más ligera que la francesa? El vínculo con la Francia metropolitana afecta al desarrollo económico local en todas partes: las fronteras europeas y sus corolarios sociales aíslan a la Guayana Francesa del resto del continente americano y perturban las condiciones de aparición de actividades económicas. Mientras unos reclaman una política igualitaria, otros insisten en la necesidad de adaptar la política francesa a un territorio sudamericano. Sin embargo, la esperanza de un nuevo día se hizo sentir durante las elecciones presidenciales de 2007. Los habitantes de la Guayana Francesa se pronunciaron en favor de Nicolas Sarkozy, con un resultado casi idéntico al nacional. La tendencia se mantuvo a la derecha en las elecciones regionales de 2010. La Guayana Francesa esperaba resultados reales en materia de seguridad e inmigración, los principales temas de la campaña.

Huelga contra el alto coste de la vida En noviembre de 2008, una huelga movilizó al territorio durante más de dos semanas: los guyaneses exigían una reducción de 50 céntimos por litro en el precio del combustible. Las barricadas bloquearon las carreteras e impidieron la circulación de personas y mercancías. Finalmente se negoció la reducción por un periodo temporal, y el bloqueo terminó. Sin embargo, unas semanas después, el movimiento "contra el alto coste de la vida" se extendió a Guadalupe y Martinica, y se intensificó. Se reanudaron las negociaciones con el gobierno, que esta vez duraron 44 días. Esta situación de crisis llevó al Gobierno a crear los "Etats généraux d'outre-mer", para restablecer el diálogo y la escucha, en aras de un mejor entendimiento mutuo. Durante las elecciones presidenciales de 2012, la Guayana Francesa expresó su descontento con las promesas realizadas, incluso más que el resto de la población francesa. Dio a François Hollande una amplia ventaja en la primera vuelta, con más del 42% de los votos, y le eligió con el 62% en la segunda. Las elecciones legislativas del mes siguiente confirmaron este posicionamiento de izquierdas.

Un nuevo movimiento social, esta vez sin precedentes, comenzó el 20 de marzo de 2017 en Kourou y se extendió por todo el país. Una huelga general que duró un mes: los guyaneses protestaron contra la falta de seguridad, la debilidad del servicio sanitario y de las infraestructuras, la extracción de oro y la inmigración incontrolada. Se cerraron escuelas, comercios, aeropuertos y las principales zonas de vida de la Guayana Francesa, y los cohetes no despegaron. El 28 de marzo estalló en las calles de Cayena y Saint-Laurent-du-Maroni una gran revuelta en la que participaron casi 11.000 personas. Al día siguiente, el ministro del Interior y el ministro de Ultramar viajan a Guayana e intentan las primeras negociaciones. El 21 de abril, el Gobierno de Cazeneuve firmó el Acuerdo de Guayana, que liberaría más de 1.000 millones de euros para financiar los proyectos. Seis meses más tarde, en octubre de 2017, la visita del presidente Macron fue recibida con una concentración en Cayena para pedir que se respetaran los acuerdos. Un año después del inicio del movimiento, en la primavera de 2018, según Annick Girardin, ministra de Ultramar, se había puesto en marcha casi el 80% de las medidas de emergencia establecidas en el acuerdo de Guayana. Sin embargo, las tensiones nunca se calmaron realmente, con la reanudación de numerosas protestas durante la crisis de Covid-19, en particular ante la escasez cada vez más flagrante de personal sanitario en la Guayana Francesa.

A pesar de ello,las grandes desigualdades entre la Guayana Francesa y la Francia continental siguen siendo uno de los temas más delicados de la Guayana Francesa. Casi la mitad de la población de Guayana Francesa tiene menos de 25 años, y los jóvenes se enfrentan a un mayor riesgo de pobreza que en la Francia continental. Sólo el 12% de los jóvenes de 15 a 24 años tienen bachillerato, el 40% están en paro (el doble que en la Francia continental) y más del 25% de los jóvenes tienen dificultades de lectura (frente al 4% en la Francia continental). El PIB per cápita de Guayana es la mitad del de Francia continental, y la pobreza se ve agravada por un coste de la vida un 12% superior al de Francia continental. Los mayores problemas de inseguridad también han propiciado la aparición del colectivo "500 Hermanos", que ha puesto de relieve los problemas de violencia en Guayana Francesa. Guayana es el departamento más mortífero de Francia. A esto se añaden los problemas relacionados con el lavado ilegal de oro y la inmigración incontrolada, que son específicos de la Guayana Francesa, que, recordémoslo, es el único territorio francés de ultramar que no es una isla. Por último, el tercer problema está relacionado con el sistema sanitario. Existen grandes disparidades con la Francia continental: se dice que la tasa de mortalidad es más baja en Guayana que en la Francia continental, y la tasa de mortalidad infantil es también mucho más alta. El acceso a la atención sanitaria cotidiana es también mucho más complejo, con el doble de médicos de cabecera en la Francia continental que en Guayana, y cuatro veces más especialistas. Esto resultó aún más problemático durante la pandemia de Covid-19, a pesar de que la Guayana Francesa no se vio inmediatamente afectada. Sin embargo, al compartir una frontera común con Brasil, el segundo país más afectado por esta enfermedad, el empeoramiento de la situación sanitaria en la Guayana Francesa procedió efectivamente de su vecino a partir de mayo de 2020, y de nuevo en marzo de 2021, a pesar del cierre de sus fronteras decidido por las autoridades nacionales. Esto condujo a un cuestionamiento de las competencias de los servicios del Estado, tanto por una parte de la población como de la clase política, así como a una cierta estigmatización de la población de origen brasileño. La dificultad de conseguir la aceptación de la vacunación en este territorio también puso de manifiesto las contradicciones que atraviesan la sociedad guyanesa ante esta pandemia, entre la denuncia de una protección insuficiente o, por el contrario, considerándola colonial, y el deseo de liberalización en nombre de la cultura y la identidad guyanesas.

Sectores económicos tradicionales de Guyana

En primer lugar, latala : la selva guayanesa ocupa unos 8 millones de hectáreas. La Amazonia francesa es mucho más frágil de lo que parece, debido a la pobreza del suelo laterítico, que permanecería prácticamente intacto si el bosque no pudiera renovar el humus del que vive. Tanto es así que, desde 1965, la ONF intenta racionalizar la explotación forestal en la Guayana Francesa, tanto para hacer más rentable la actividad como para proteger el patrimonio. En la actualidad, la economía forestal se basa principalmente en la explotación forestal, la primera transformación (madera aserrada en bruto) y la segunda transformación (ebanistería, carpintería, etc.), y representa el tercer sector económico del departamento. En el acuerdo de Guayana firmado tras la crisis de 2017 se incluyeron varias medidas forestales. Entre ellas, la introducción de ayudas para absorber los costes adicionales de la industria maderera en Guayana, ayudas nacionales para apoyar la inversión en el sector forestal y la obligación de utilizar madera en los edificios públicos.

La pesca. Debido a la considerable riqueza de recursos pesqueros, marinos y fluviales de la Guayana Francesa, la pesca es un sector productivo que genera una gran proporción de las exportaciones de la Guayana Francesa (es el primer sector exportador fuera del espacio). Es una parte importante de la economía local, ya que emplea a casi 500 marineros y genera más de 1.500 empleos indirectos. Actualmente, el sector atraviesa dificultades debido en parte a su falta de organización y al envejecimiento de la flota, lo que hace que las condiciones de trabajo de los pescadores sean muy precarias.

La agricultura fue inicialmente una actividad de subsistencia practicada por los amerindios. Los colonos franceses hicieron varios intentos de establecer una agricultura variada y rentable, pero las particularidades del suelo y la susceptibilidad del país a los parásitos echaron por tierra a menudo estas ambiciones. Si se quiere comprender la estructura de la sociedad agrícola de la Guayana Francesa, el mejor lugar donde buscar es, sin duda, el mercado de frutas y verduras de Cayena. Salvo algunas excepciones, la mayoría de los puestos están regentados por hmong, surinameses y algunos lugareños. En la actualidad, las comunidades hmong de Cacao y Javouhey son los principales proveedores de frutas y verduras de los mercados guyaneses.

El cultivo del arroz, por su parte, es una actividad muy localizada en torno al pueblo de Mana, donde las condiciones naturales de esta llanura aluvial eran muy favorables. Los surinameses iniciaron la producción a gran escala a principios de los años ochenta. Apoyada por los poderes públicos y racionalizada, la producción ha resultado muy rentable y de excelente calidad.

La minería. Desde el descubrimiento de oro en Guayana en 1854, la minería ha sido un recurso económico importante para el departamento. Hoy en día, el oro es el primer producto de exportación de Guayana Francesa, con un valor de 45 millones de euros. Este fuerte aumento de la producción puede atribuirse a varios factores: aumento considerable del precio mundial de este metal en los últimos años, cambios en las técnicas de recuperación utilizadas, profesionalización y llegada de nuevos operadores, etc. El panorama actual de la minería del oro es el siguiente: unas pocas empresas medianas, bien estructuradas en multitud de microempresas, a menudo clandestinas e ilegales, y empresas mineras de categoría mundial. Oficialmente existen unas sesenta empresas. En los últimos años, la Guayana Francesa ha sido escenario de un gran debate en torno a la construcción de una de las mayores minas de oro jamás construidas en territorio francés: la Montagne d'Or. Sin embargo, el impacto medioambiental de este megaproyecto fue denunciado por el presidente Macron en mayo de 2019, por lo que su finalización es incierta. En febrero de 2022, el Consejo Constitucional francés también rechazó la prórroga de la concesión minera, con lo que el proyecto quedó paralizado.

Actividad espacial, administración y turismo en la Guayana Francesa

Actividades espaciales. La decisión de crear el Centro Espacial Guayanés en Kourou en 1964 no suscitó gran optimismo ni preocupación. La Guayana Francesa acogió el Centro Espacial con auténtica indiferencia. Probablemente fue en ese momento cuando se perdió el encuentro entre las autoridades del centro y la población. Inicialmente, la creación del CSG iba acompañada de un plan de desarrollo económico para toda la región. Las grandes obras generadas por esta instalación beneficiaron evidentemente a las empresas locales, en particular a las del sector de la construcción. Aunque se han hecho muchos esfuerzos para reequilibrar los beneficios de la actividad espacial guayanesa - contratación prioritaria de guyaneses para determinados empleos, participación en actividades culturales, una importante dotación presupuestaria, apoyo a la formación - el resentimiento de la población hacia el centro espacial sigue siendo el mismo. Hará falta algún tiempo para que esto cambie. Aunque el centro espacial ha desarrollado considerablemente su política de comunicación, seguimos lamentando que algunas personas sólo conozcan la Guayana Francesa por el cohete Ariane. ¿Es realmente culpa suya? Hay que reconocer que los éxitos de Ariane contribuyen a la promoción de la Guayana Francesa. Pero, ¿debe depender la actividad económica de Guayana de una sola industria? Desde un punto de vista económico, mientras que el sector espacial representaba el 30% del PIB en los años 90, ahora sólo representa el 15%.

Administración. Aunque la Guayana Francesa sufre una verdadera escasez de artesanos y empresarios privados, también cuenta con un número muy elevado de funcionarios y empleados adscritos a empresas públicas. Se dice incluso que hay más funcionarios en Cayena que en París Las razones de esta situación son tanto históricas como políticas. En primer lugar, sabemos que, tradicionalmente, los departamentos franceses de ultramar ocupan más puestos de funcionarios de los que las circunstancias requerirían. El objetivo de esta práctica, políticamente deliberada, era limitar el desempleo para calmar el clima social y, en consecuencia, sofocar en cierta medida las aspiraciones independentistas. En la Guayana Francesa, sin embargo, el trasfondo histórico es al menos tan importante como la voluntad política. Aquí, el trabajo manual fue durante mucho tiempo mal visto, porque la gente lo asociaba con el trabajo forzado de los presidiarios. Pero esta escasez de artesanos, aunque perjudicial para la vida cotidiana de la Guayana Francesa, no es la consecuencia más grave de la excesiva importancia de la administración. El principal problema reside en la falta de espíritu empresarial. Los jóvenes ven la creación de una empresa como una aventura arriesgada (fuerte inversión, falta de experiencia, etc.), por lo que se desaniman o tienen miedo al fracaso. Por ello, la Guayana Francesa quiere salir de su aislamiento y busca desarrollar relaciones comerciales con su vecino brasileño. El reto es diversificar una economía dominada por el espacio y las transferencias públicas.

El turismo. Aunque existe la voluntad política de hacer del sector turístico uno de los motores de la economía guyanesa, los esfuerzos necesarios para lograrlo son colosales, pero los profesionales están comprometidos y dispuestos. El desconocimiento de la región (contexto geopolítico, población, recursos, etc.) debido a una serie de factores, y una red de transporte aéreo muy cara que llega a pocos destinos son factores que han contribuido a que el número de turistas que visitan la Guayana Francesa sea insatisfactorio. A excepción de una importante clientela de negocios (50%), el 38% de los visitantes son familiares o amigos. Sin embargo, las agencias de viajes locales están recibiendo un número creciente de solicitudes de personas que desean visitar la Guayana Francesa, pero que no tienen contactos locales. Un turismo centrado esencialmente en la naturaleza El departamento cuenta con una riqueza incomparable de flora y fauna, pulmón verde del planeta, lo que lo convierte en un destino importante para el turismo verde. La Amazonia francesa aún tiene camino por recorrer para acoger a un número creciente de turistas.

La emisión de oro

Hoy en día, elnegocio del oro se divide entre la minería de yacimientos aluviales y la investigación. Casi todo el oro procede de la minería aluvial con técnicas gravimétricas. Una docena de pequeñas y medianas empresas estructuradas representan más del 80% de la producción del departamento. Los principales centros mineros se dividen en siete sectores geográficos: Montagne Française y Montagne de l'Espérance, Paul-Isnard, Saint-Elie, Boulanger-Changement, Approuague, Yaou-Dorlin y Alikéné. El sector empleaba oficialmente a 500 personas en 2012, según la Fédération des orpailleurs miniers de Guyane (FEDOMG), en un departamento de casi 300.000 habitantes en la actualidad, donde el desempleo afecta a cerca del 17% de la población. Las empresas mineras llevan a cabo actividades de investigación, con el fin de identificar yacimientos que les permitan seguir explotando minas a largo plazo. Numerosas empresas internacionales han emprendido importantes programas de exploración primaria de oro. Un ejemplo es la compañía minera Montagne d'Or -respaldada por el consorcio ruso-canadiense Nordgold-Columbus Gold-, que eligió Guayana Francesa en 2016 como ubicación para el mayor proyecto aurífero jamás propuesto en Francia.

Lavado ilegal de oro. Uno de los mayores problemas de la Guayana Francesa, en términos de desarrollo económico, turismo y medio ambiente, es el lavado ilegal de oro. Desde el año 2000, este departamento, uno de los más ricos del mundo en biodiversidad, se ha visto muy afectado por una nueva fiebre del oro caracterizada por prácticas incontroladas. Hoy en día, la cantidad de oro que se extrae oficialmente de Guayana oscila entre 1 y 1,5 toneladas al año, de las 2.500 toneladas que se producen en todo el mundo. Esto sitúa a la Guayana Francesa en torno al puesto 55 del mundo en términos de producción oficial. Pero estas cifras enmascaran el hecho de que la extracción ilegal es la gran mayoría en Guayana Francesa, ascendiendo a unas 10 toneladas al año, ¡casi 10 veces la producción legal! Y eso a pesar de que las fuerzas del orden, en sus operaciones de destrucción de los lavaderos ilegales de oro, sólo consiguen incautarse de unos pocos kilos al año... La casi totalidad de la producción ilegal acaba entrando, por tanto, en los canales oficiales de transformación y distribución, gracias a la falta generalizada de trazabilidad en la industria del oro, sobre todo en los países vecinos. La minería ilegal es practicada casi exclusivamente por buscadores de oro de los estados del norte de Brasil, conocidos como garimpeiros. Se calcula que entre 10.000 y 15.000 garimpeiros trabajan diariamente en el interior de la Guayana Francesa. Las personas especialmente pobres que suministran la mano de obra para el lavado ilegal de oro en la Guayana Francesa son a menudo las primeras en salir perdiendo, sufriendo explotación, deudas y condiciones de trabajo peligrosas. No se pueden ignorar los peligros y riesgos de la extracción ilegal de oro para el medio ambiente y la salud de las personas. El mercurio, utilizado para aglomerar el oro, es la principal causa de contaminación de los ríos. Por no hablar del brote de malaria debido a la gran población ilegal en la selva. Por desgracia, las poblaciones más afectadas son también las más vulnerables: los amerindios wayana, teko y wayampi, que viven en el Haut Maroni y en la comuna de Camopi.

Desde febrero de 2008, a raíz de una declaración de Nicolas Sarkozy, la gendarmería y las fuerzas armadas de Guayana trabajan sin descanso en pos del objetivo común de reducir el lavado ilegal de oro: la operación Harpie. El informe Harpie 2012 revela que los garimpeiros son cada vez más violentos ante las operaciones llevadas a cabo para contrarrestar sus actividades ilegales en Guayana Francesa. También muestra un descenso en las incautaciones de oro y mercurio. El informe de 2014 muestra un descenso en el número de lugares de trabajo ilegales, a lo que contribuyó la caída del precio del oro y el aumento de las redadas. En 2017, sin embargo, los disturbios sociales en la Guayana Francesa y el redespliegue de las fuerzas militares para supervisar las huelgas provocaron un nuevo aumento del número de sitios de excavación ilegal de oro... Y, por desgracia, la fiebre del oro sigue en marcha, exacerbada por la subida de los precios con el telón de fondo de la guerra en Ucrania.

La Montaña de Oro. Otra cara del problema del oro en Guayana es la Montaña de Oro. La compañía minera Montagne d'Or, una empresa conjunta de la rusa Nordgold y la canadiense Columbus Gold, proyecta una gigantesca mina industrial a cielo abierto, cuya puesta en marcha está prevista para 2022. Todavía lejos de convertirse en realidad, a pesar del apoyo incondicional de Emmanuel Macron en su momento en 2018, el proyecto minero está siendo ferozmente contestado por asociaciones ecologistas, científicos y las poblaciones indígenas que viven en los alrededores de Saint-Laurent-du-Maroni. Además de la promesa de un repunte económico, algunos hablan de un auténtico desastre ecológico. Enclavada entre dos estrictas reservas biológicas en el corazón de la selva amazónica, cerca de la frontera con Surinam, la mina podría requerir la deforestación del equivalente a 32 veces el tamaño del Stade de France. El proyecto también es criticado por utilizar 10 toneladas de cianuro y 18 toneladas de explosivos al día, productos altamente tóxicos y contaminantes que, además, aumentan el riesgo de accidentes. En enero de 2019, el diputado guayanés Gabriel Serville, seguido por unos sesenta diputados más, pidió la prohibición total del uso de cianuro en las minas francesas. Un adoquín en el estanque que relanza el debate sobre Gold Mountain. Ese mismo mes, el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial también intervino en el debate, pidiendo a Francia que escuchara las quejas y reivindicaciones de las poblaciones indígenas. El 70% de los guyaneses se oponían al proyecto, a pesar de los beneficios económicos prometidos. Luego, el 6 de mayo de 2019, todo llegó a un punto crítico: mientras el presidente Macron anunciaba una serie de medidas para proteger el medio ambiente en un intento de reverdecer la imagen de su partido de cara a las elecciones europeas, anunció que el proyecto Montagne d'Or no era compatible con sus ambiciones ecológicas, comprometiendo así seriamente su ejecución. En febrero de 2022, el Consejo Constitucional rechazó finalmente la prórroga de la concesión minera a raíz de una consulta del Conseil d'Etat, y esta decisión podría poner fin definitivamente al proyecto minero de Montagne d'or.