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Comienzo de la pintura

El primer pintor puertorriqueño notable fue José Campeche y Jordán (1751-1809). Nacido y muerto en San Juan, este pintor rococó utilizó una paleta inspirada en los paisajes de su isla natal. Su padre, un esclavo liberado, restauró estatuas religiosas. José Campeche aprendió la técnica artística en el taller de Luis Paret y Alcazár, pintor de la corte española de finales del Barroco.

Campeche se distinguió en la pintura religiosa. Sin embargo, se dio a conocer por sus retratos de miembros destacados de la alta sociedad, que apreciaban mucho su talento. Aunque, admitámoslo, a sus modelos les falta un poco de flexibilidad, sigue siendo un pintor rococó reconocido, de ahí el número de escuelas y calles que llevan su nombre.

Arte e historia

A pesar de los importantes acontecimientos que marcaron el siglo XIX, como el Grito de Larès, la revolución independentista de 1868, la abolición de la esclavitud en 1873 o la Autonomía concedida por España en 1897, la pintura histórica está casi ausente de la cultura puertorriqueña. Las raras excepciones merecen ser mencionadas.

El artista barcelonés Manuel Cuyas Agullo, activo en Puerto Rico en la segunda mitad del siglo XIX, pintó El desembarco de los americanos en Ponce el 27 de julio de 1898

.

Por su parte, Manuel E. Jordan (1853-1919) pintó Escena de la Guerra Hispanoamericana (1898). Sin embargo, la escena de la batalla naval parece ser un pretexto para entregarse a la pintura de paisaje. Este género, junto con las naturalezas muertas y los retratos, era muy popular en la época, quizás por la belleza de las islas. Manuel Jordán también pintó el encanto de los pueblos y la costa, como se puede ver en sus óleos sobre madera conservados en el Museo de Arte de Puerto Rico o en Desde la Muralla, que se puede ver en el Instituto de Cultura Puertorriqueña

. Pintor y músico, es el más brillante discípulo de Francisco Oller. Oller (1833-1917), el único pintor latinoamericano que contribuyó significativamente al surgimiento del impresionismo, lo hizo consciente del juego de la luz y los colores del trópico. En el pequeño grupo de pintores que sucedieron a Campeche, Ramón Atiles y Pérez practicaba copiando sus obras. Aclamado como miniaturista, se dio a conocer por sus retratos de intenso realismo.

Modernismo

Una oleada de artistas viajó a Europa. El pintor José R. Oliver, nacido en Arecibo en 1901, abandonó su isla natal para irse a España muy joven con su familia. En Barcelona, estudió química y artes plásticas. A los 35 años, regresó a Puerto Rico, donde abrió un estudio de arte con Oscar Colón Delgado. Se dedicó a la pintura hasta 1955, cuando fue nombrado director de la Escuela de Arte de San Juan. Ocupó este cargo hasta 1975. Oliver creó numerosos frescos. Pintó tanto escenas históricas como paisajes en un estilo geométrico que recuerda al cubismo. Los temas están fragmentados, reorganizados en planos superpuestos dispuestos de forma dramática. Su estilo gráfico es un sutil juego de equilibrio. Oliver expuso en el Museo de Arte e Historia de Arecibo en 2015 y ha sido incluida en la colección permanente del Museo de Arte de Ponce. Este museo, inaugurado en 1965, contiene casi cinco mil obras, entre pinturas, esculturas y fotografías. Es una de las colecciones de arte contemporáneo más interesantes del Caribe.

Vanguardia

Artista feminista, Zilia Sánchez se adelantó a su tiempo. Nacida en 1926 en La Habana (Cuba), Zilia decidió trasladarse a Puerto Rico en la década de 1970. A su llegada, pintó murales para casas y edificios públicos de la capital. Insiste en su homosexualidad que, para ella, define su trabajo. Los títulos de sus exposiciones son evocadores: en el año 2000 se celebró Heroic/Erotic en el Museo de las Américas de San José, Heróicas Eróticas en Nueva

York (2014)... En su juventud, Sánchez vivió en Nueva York. Allí se codeó con los minimalistas Donald Judd, Frank Stella y Carl Andre. Durante este periodo, comenzó a crear obras en relieve, formas abstractas que emergen de un lienzo. Pronto añadió el toque de sensualidad que la hace tan reconocible. Su obra fue aclamada en la Bienal de Venecia de 2017.

El mundo de Villamil

Rafael Villamil (nacido en 1934) creció en Santurce. Fue autodidacta en el dibujo y la pintura. Se estableció como arquitecto en Filadelfia en 1963. Sin embargo, tiene una relación compleja con el continente americano. Sus modelos son pintores realistas mexicanos como Siqueiros y Orozco; también admira a los introspectivos Magritte y Chirico. Esta cualidad se percibe en sus obras, que combinan pintura, collage y lápices de colores. La exposición itinerante "El paraíso no tiene memoria" presentó en 2019 sus obras de gran formato, explosiones de color llenas de detalles enigmáticos.

Arnaldo Roche Rabell

Uno de los mayores representantes del neoexpresionismo, Roche Dabell es un niño de San Juan. Su técnica se basa en una superposición de capas de colores brillantes, cubiertas de negro y luego raspadas con una espátula. Las imágenes texturizadas se revelan así con un efecto dramático. Aunque la política y la identidad nacional son algunos de sus temas favoritos, el acto mismo de pintar tiene una importancia primordial para él. Nacido en 1956, estudió arquitectura en Puerto Rico y luego ingresó en el Instituto de Arte de Chicago. A partir de entonces, se dedicó exclusivamente a la pintura hasta que su enfermedad se lo llevó en 2018.

Sus obras figuran en las colecciones más prestigiosas del mundo, como el Miami Museum of Art, el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de San Juan y el Met de Nueva York.

Arte callejero

El arte callejero se celebra durante el festival Santurce Es Ley en San Juan. En este barrio, antaño descuidado, enormes frescos dan fe de una maestría impresionante. Quedémonos aquí y paseemos por Santurce, que está volviendo a la vida gracias al arte urbano. En un largo muro en la esquina de la calle Cerra y la calle Aurora, Cristóbal Colón aterriza sobre un mar de cadáveres. Es una de las primeras obras de arte público con un mensaje político. Desde que fue creado por el colectivo El Basta en 2014, el número de puestos ocupados ha aumentado. A descubrir a lo largo de Cerra... ¡y en todas partes!