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Temas de actualidad

Todo el mundo estará de acuerdo en que Puerto Rico es un territorio con un estatus ambiguo. No es habitual que un país tenga su propio equipo en los Juegos Olímpicos y, al mismo tiempo, asuma la nacionalidad de "otro país". La definición dada por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos es confusa: "Puerto Rico es un territorio, un estado libre y asociado de los Estados Unidos (...). Es un territorio adscrito y perteneciente a Estados Unidos, pero no forma parte de él. En otras palabras, el archipiélago aplica la Constitución estadounidense, pero tiene su propio gobierno y parlamento local. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses, pero no tienen derecho a votar para elegir al presidente que se sienta en la Casa Blanca.

¿Futuro estado 51 de EE.UU.?

Como Estado Libre Asociado de Estados Unidos, Puerto Rico goza de ciertas libertades. San Juan tiene el control de sus asuntos internos. Pero Washington sigue controlando la constitucionalidad de las leyes, una posible declaración de guerra, las relaciones exteriores, la administración de aduanas, el aire, el ejército, la inmigración, los tratados, la radio y la televisión, las carreteras, el correo... De hecho, allí donde la ley estadounidense está ausente, Puerto Rico puede intervenir libremente. Los puertorriqueños no están sujetos a los impuestos federales, sino a los impuestos locales aprobados por el Congreso de Puerto Rico. Este estatus tampoco permite al archipiélago caribeño establecer relaciones comerciales con otros países que no sean Estados Unidos.

Durante décadas, el estatus administrativo de la isla ha estado en el centro de los debates políticos. Ya se han celebrado seis referendos sobre este tema. En 2017, el 97% de los votos fueron a favor de un Estado federal, pero la participación fue muy baja (23%). El último referéndum, celebrado en 2020, obtuvo una mayoría absoluta de votos (52%) a favor de la estadidad, con una participación del 54%. Sin embargo, estos referendos siguen siendo puramente consultivos, y sólo el Congreso de los Estados Unidos tiene la facultad de convertir el territorio en un estado por derecho propio.

Pedro Pierluisi, miembro del Partido Nuevo Progresista (PNP) y gobernador de Puerto Rico desde el 2 de enero de 2021, impulsa la integración total, y que el archipiélago se convierta en el número 51 de Estados Unidos. Con la estadidad, los puertorriqueños tendrían acceso a todos los derechos de los que disfrutan los ciudadanos estadounidenses, al tiempo que preservarían, según él, su cultura, su lengua, su forma de vida. Podrían votar en las elecciones presidenciales y por fin tendrían representación en el Congreso (2 senadores y 4 representantes), para defender los intereses de Puerto Rico. Así, Estados Unidos podría financiar infraestructuras y programas federales en los ámbitos de la salud, la educación y la seguridad.

Quienes deseaban este acercamiento veían como una esperanza la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca en 2021. Se ha designado una delegación parlamentaria para llevar a Washington el debate sobre el estatus territorial de la isla. Pero la mala salud económica de Puerto Rico está retrasando el proceso. Y si, como en Alaska o en Hawai, Pedro Pierluisi sigue convencido del interés de una anexión, algunos siguen luchando por más autonomía. El desprecio total de Donald Trump durante su visita en 2017, tras el paso de María, no hizo más que exacerbar las tensiones y el deseo de independencia. Así pues, el debate sigue abierto y la cuestión de que Puerto Rico se convierta en el 51º estado de EE.UU. sigue siendo ambivalente y muy discutida. Pero también sigue siendo relevante.

Desarrollar el sector agrícola

Aparte de sus pintorescas playas y su clima tropical, Puerto Rico tiene pocos recursos naturales explotables. La tierra cultivable es su principal recurso natural, pero sólo representa el 6% de la superficie de la isla. La agricultura puertorriqueña produce café, caña de azúcar, piñas, plátanos y productos animales (especialmente aves de corral). Pero su potencial sigue estando infraexplotado, sobre todo por el insuficiente número de trabajadores en un sector que sigue siendo poco atractivo. Por ello, aunque la mayor parte de su tierra es fértil, la isla importa alrededor del 85% de sus necesidades alimentarias. La agricultura sólo emplea al 1% de la población activa y representa únicamente el 0,6% del PIB. El rico y fértil suelo de Puerto Rico podría producir mucho más de lo que produce. La pandemia de COVID-19 ha contribuido a fomentar la reflexión sobre cómo reducir esta excesiva dependencia de las importaciones. Para desarrollar la producción local, el gobierno ha tomado cartas en el asunto y ha planificado una expansión del sector agrícola para los próximos años.

La producción de caña de azúcar dominó la economía puertorriqueña durante mucho tiempo, hasta finales de los años 40, antes de que Estados Unidos decidiera desarrollar el sector industrial. Entre 1942 y 1977, cerraron 42 plantas de producción. Las demás cerraron en los años siguientes. Hoy, la industria azucarera representa una parte insignificante de la economía puertorriqueña. Por otro lado, como la caña de azúcar también se utiliza para la producción de ron, se ha producido un resurgimiento del interés por las plantaciones por parte de los productores locales, que han comenzado a destilar ron agrícola (Destiladores Artesanales de San Juan, por ejemplo), y se están distanciando de los gigantes del ron que llevan décadas en el negocio (Bacardí, Don Q, Ron del Barrilito,...). La industria del ron de Puerto Rico genera más de 300 millones de dólares anuales, crea más de 700 empleos directos y 4.500 indirectos, según el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio.

El caso de la industria farmacéutica

La economía de Puerto Rico se basa principalmente en las industrias farmacéutica, química, textil, petroquímica y electrónica. Este sector se mantiene estable, a pesar de la reducción de la demanda en 2020 y 2021. Representa el 51,1% del PIB y emplea al 15,2% de la población activa. El territorio alberga 12 de las 20 empresas farmacéuticas más rentables del mundo y 13 de los medicamentos más vendidos del mundo se producen en Puerto Rico. La crisis de la década de 2000 provocó un colapso de la actividad. Pero la industria farmacéutica sigue representando el 2% del producto interior bruto. De hecho, casi el 20% de la producción farmacéutica de Estados Unidos se realiza en Puerto Rico. Aunque el huracán María debilitó el sector (se tardó casi un año en restablecer el suministro de electricidad y agua), la pandemia ha supuesto un importante impulso para las grandes empresas farmacéuticas. Puerto Rico espera ver un crecimiento más rápido en este sector en los próximos años, posicionándose como una alternativa viable a Asia para los fabricantes de medicamentos que sirven a las Américas.

"Vive Borricua": impulsar el sector turístico

En cuanto a la industria de los servicios (turismo, finanzas, seguros, comercio, inmobiliario, transporte), el sector ocupa el segundo lugar, con el 48,8% del PIB y el 83,7% de la población activa. Aunque se vio afectado por el paso del huracán María en 2017, el sector turístico se recuperó muy rápidamente con 1,9 millones de cruceristas para la temporada 2018/2019, un récord para el puerto de San Juan. Pero la pandemia de Covid-19 volvió a barajar la baraja, ya que tuvo un impacto en el turismo tres veces mayor que el de María. Por no hablar del terremoto de 6,4 grados que afectó a Puerto Rico en enero de 2020. Sin embargo, el sector ha conseguido adaptarse y recuperarse de nuevo en 2021, de forma ejemplar. Para apoyar esta recuperación, el gobierno sigue esforzándose y vuelve a apostar por el turismo internacional, esperando atraer a los visitantes europeos en particular. Para ello, se ha llegado a un acuerdo con la compañía aérea Iberia, que desde abril de 2022 opera cinco vuelos semanales directos entre Madrid y San Juan. La Oficina de Turismo de Puerto Rico(www.discoverpuertorico.com) también está llevando a cabo una mayor labor de comunicación, con una nueva campaña de 2022 titulada "Live Boricua", que hace hincapié en las experiencias y la cultura puertorriqueñas. Se invita a los viajeros a compartir sus propias experiencias con el hashtag #LiveBoricua.

¿Salir por fin de la quiebra?

Este es el quid de la cuestión. Salir del estado de quiebra. Desde finales de la década de 2000, el gobierno de Puerto Rico ha acumulado una colosal deuda pública de 73.000 millones de dólares, el equivalente al 90% de su PIB para 3,5 millones de habitantes. En 2006, el fin de los privilegios fiscales provocó una huida masiva de inversores, la isla se hundió en la crisis y se declaró en quiebra en mayo de 2016. A esto le siguieron drásticas medidas de austeridad, y la población pagó las consecuencias a través de una serie de recortes en los presupuestos de los servicios públicos, aumentos de diversos impuestos y reducciones en las pensiones, el salario mínimo y las prestaciones de jubilación. La educación se vio afectada por el cierre de 180 escuelas y la reducción del presupuesto. el 42% de la población vive ahora por debajo del umbral de la pobreza. La pandemia no ha hecho más que agravar la crisis económica y social del país, ya debilitada por el huracán María en 2017, con daños estimados en 90.000 millones de dólares.

A pesar de este sombrío panorama, con un crecimiento negativo previsto para 2022 y 2023, se espera que la economía continúe su recuperación gradual. La buena noticia llegó el 18 de enero de 2022, cuando un juez federal aprobó un plan de reestructuración de la deuda pública de Puerto Rico. Esta decisión debería permitir a la isla salir finalmente de la quiebra. La olvidada tesorería estadounidense podría entonces beneficiarse de una nueva oportunidad.