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Salud

Puerto Rico tiene un sistema sanitario decente, siempre que se pueda acceder a él. Al igual que en Estados Unidos, la cobertura no es universal para todos los cuidados. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad o lesión, el paciente debe pagar el coste de la atención por sí mismo, a menos que tenga un seguro privado o esté cubierto por su empresa.

Sin embargo, los puertorriqueños viven relativamente mucho tiempo, 76,7 años para los hombres y 83,6 años para las mujeres. Uno de los principales problemas de salud pública es la obesidad: el 23% de los puertorriqueños la padecen y el 66,2% de la población tiene sobrepeso, según la OMS.

El archipiélago tiene su propia política sanitaria, independiente de la de Washington. Esto es, sin duda, lo que le permitió gestionar la crisis sanitaria en 2020. Acostumbrados a las catástrofes y las emergencias, los puertorriqueños estaban, en cierto modo, preparados para la llegada de la pandemia. Las campañas de vacunación y las decisiones de contención no fueron controvertidas. No hubo resistencia por parte de la población tradicionalmente amiga de las vacunas. La tasa de mortalidad por Covid-19 ha sido mucho más baja que en Estados Unidos (103 por cada 100.000 habitantes en 2021, frente a 239 por cada 100.000 en el continente) y, en mayo de 2022, el 83,3% de la población estaba totalmente vacunada.

Familia

En Puerto Rico, como en muchos países latinoamericanos, la familia es sagrada. Aunque muchas tiendas abren el domingo, este día está dedicado a los seres queridos. Como la isla es relativamente pequeña, los miembros de la familia pueden reunirse con frecuencia y facilidad. No es raro verlos pasar el domingo junto al mar con una buena barbacoa. Las numerosas instalaciones creadas en los hoteles de toda la isla para alojar a los niños son un testimonio del amor de los puertorriqueños por sus familias.

Lugar para las mujeres

A las mujeres puertorriqueñas no hay que decirles que viven en una sociedad machista. Dirán que si ese es el caso, sólo pueden culparse a sí mismos. Ahora tienen tantos derechos como los hombres, aunque siguen existiendo algunas desigualdades, como las relacionadas con los salarios. La puertorriqueña no es de las que se quejan de su estatus. Se siente lo suficientemente libre para tomar las decisiones que sean necesarias y, sobre todo, para asumir las consecuencias. Atrás quedaron los días en que se la estigmatizaba por divorciarse o criar a los hijos sola. Además de las artistas, muchas mujeres han alcanzado puestos destacados en la sociedad puertorriqueña, incluido el cargo de gobernadora, aunque todavía no hay tantos ejemplos como en el caso de los hombres.

Violencia doméstica

Muchas feministas están denunciando los actos sexistas perpetrados contra las mujeres, especialmente el impacto de la música reggaetón en las nuevas generaciones. Las letras de las canciones y los videoclips que las acompañan presentan a las mujeres como objetos sexuales. Pero el tema que más preocupa a las feministas de Puerto Rico es la violencia contra las mujeres, especialmente la violencia doméstica. En 2021 se registraron oficialmente casi 8.000 casos de violencia doméstica, siendo el 85% de las víctimas mujeres, siendo el feminicidio la "manifestación más grave de discriminación y violencia contra la mujer".

En 2021 se registraron 53 feminicidios, según el Observatorio Nacional de Equidad de Género de Puerto Rico, frente a los 60 de 2020. Una cifra que las asociaciones consideran inferior a la realidad, ya que no siempre tiene en cuenta los "transfeminicidas". Todo el mundo en Puerto Rico recuerda el asesinato de Angie Noemí González Santos, enfermera y madre de tres hijos, estrangulada por su pareja en enero de 2021. A raíz de este incidente, el recién elegido gobernador, Pedro Pierluisi, declaró el estado de emergencia contra la violencia de género (en vigor hasta el 30 de julio de 2022). Se desarrollaron acciones para prevenir y combatir este tipo de violencia, incluyendo la reclasificación de algunos homicidios contra una persona transgénero como feminicidio.

LGBTIQ+

Como destino gay-friendly, la isla atrae cada vez más turistas LGBTIQ+, especialmente en San Juan. La ciudad ofrece una gran variedad de alojamientos, restaurantes, bares y discotecas que atienden a esta comunidad; se distinguen por su pequeña bandera arco iris expuesta en la fachada. Aunque no está reconocido oficialmente como el barrio gay de San Juan, Condado cuenta con un buen número de establecimientos que atienden a la comunidad gay y lesbiana. Libre de contraer matrimonio desde 2015, la comunidad gay ha crecido y se considera la más acogedora del Caribe. Sin embargo, en los últimos años, a pesar de las leyes que prohíben la discriminación por motivos de orientación sexual, en Puerto Rico se ha producido un aumento de los casos de violencia, sobre todo por motivos de género. En julio de 2019, conmocionados por la revelación de intercambios LGTBfóbicos, misóginos y sexistas entre miembros del gobierno en la mensajería Telegram, 600.000 personas salieron a la calle, echando al gobernador Ricardo Rosselló.