AdobeStock_79783210.jpg

Los inicios del cine malgache

Fue durante la ocupación francesa cuando el cine llegó por primera vez a la isla de Madagascar, a través de operadores Lumière y proyeccionistas. Sin embargo, no fue hasta la década de 1930 cuando apareció la primera película malgache. Este cortometraje de Philippe Raberojo se titula Rasalama Martiora, o Rasalama, la mártir (1937). Parte documental, parte ficción, esta película de 22 minutos relata el martirio de Rasalama, una de las grandes figuras del protestantismo malgache, asesinado en 1837. Philippe Raberojo, director negro de origen malgache, puede considerarse uno de los primeros cineastas africanos, aunque la película se considera hoy perdida. En los años siguientes, el cine malgache se mantuvo en forma de cortometrajes, bajo el férreo control de la Francia metropolitana y del Consortium Cinématographique, encargado de las importaciones. En aquella época, ya había algunos cines bien establecidos en Antananarivo, como el Excelsior, hoy desaparecido. El número de salas seguía creciendo, pero sin gran entusiasmo por parte del público. Al fin y al cabo, las autoridades eclesiásticas locales consideraban el cine una forma de arte negativa.

Desaparición y resurrección del cine malgache

En la segunda mitad del siglo XX, el malestar institucional y luego la revolución paralizaron la ya frágil industria cinematográfica del país. La censura estatal se impuso, lo que llevó a varios cineastas a huir de la isla. Esta tendencia se aceleró aún más tras la revolución de 1975, que coincidió con la llegada de la televisión y luego del vídeo. Como consecuencia, el panorama cinematográfico nacional se hundió, los cines cerraron y se produjeron o emitieron pocas películas malgaches. Hubo algunas excepciones notables: los cineastas Benoît Ramampy(L'Accident, 1973) y Solo Randrasana(Very Remby, 1974) siguieron produciendo cortometrajes que se exhibieron y premiaron en festivales africanos y europeos. L' Accident ganó el premio al mejor cortometraje en el festival FESPACO de Uagadugú, mientras que Le prix de la paix (1989) se proyectó en Montreal. Pero fue con Tabataba, en 1988, cuando el cine malgache alcanzó su plenitud.

Tabataba, y el cine de Raymond Rajaonarivelo

La película, que describe los acontecimientos que condujeron al levantamiento malgache de 1947 y la violenta represión que le siguió, ve la llegada de un malgache urbanita a un pequeño pueblo hasta entonces pacífico. Cuando este hombre empieza a difundir las ideas independentistas que trae consigo de la ciudad, los habitantes se enfrentan a la disyuntiva de la rebelión armada o la reflexión democrática. Pero para todos, la insurrección tendrá el mismo desenlace, una tragedia futura que se cierne como una sombra sobre el pueblo. Seleccionada para la Quincena de Realizadores de Cannes, la película causó un gran revuelo al ganar el Premio del Público, antes de obtener el Premio del Jurado en el Festival de Taormina y el Primer Premio de Largometraje en el Festival de Cartago. Hoy en día se considera una de las películas más influyentes de la industria nacional malgache. Raymond Rajaonarivelo prosigue su carrera entre el documental y la ficción, centrándose en la historia nacional. Con Quand les étoiles rencontrent la mer (1996), el cineasta ancló de nuevo la relación entre la ciudad y el pueblo en la historia de la revolución, al tiempo que ofrecía una ficción sobrecogedora premiada en el Festival de Estambul. En 2005, se asoció con los cineastas francomalgaches Marie-Clémence Paes y César Paes para realizar el documental musical Mahaleo, sobre el grupo musical malgache del mismo nombre que simbolizó e inspiró el levantamiento de 1972. Gran éxito de público, también llegará a los festivales, además de reunir a este trío de cineastas que son la fuerza del cine documental malgache moderno.

Documental malgache con Marie-Clémence y César Paes

Marie-Clémence y César Paes, pareja de cineastas formados en Francia, trabajan juntos desde los años ochenta. Angano Angano (1989), su primera película, te sumerge en leyendas y cuentos malgaches, a través de la tradición oral. A medio camino entre lo real y lo imaginario, la película conquistó tanto a los amantes del documental como a los de los cuentos, y fue premiada en varios certámenes especializados, como los encuentros Cinéma du Réel y el festival Vues d'Afrique. Con su empresa Laterit Production, Marie-Clémence Paes ha producido numerosos cortometrajes y largometrajes, contribuyendo a la diversidad del paisaje cinematográfico de Madagascar. Más recientemente, su primera película en solitario, Fahavalo (2019), le permitió revisitar los acontecimientos de 1947, utilizando una gran cantidad de imágenes de archivo y relatos de testigos presenciales. Un esfuerzo aclamado tanto por el público como por la crítica internacional.

Generación joven en formato corto y largo

Desde principios de la década de 2000, una nueva generación de cineastas se está desarrollando en Madagascar, impulsada en particular por los Rencontres du film court, el único festival de cine de la isla creado en 2006. Entre estos cortometrajes, el de animación es el que mejor funciona, impulsado por el éxito de Sur les murs de la ville, el primer cortometraje de animación de Madagascar, estrenado en 2004 y seleccionado para competir en el festival de Annecy. Más allá de estos formatos, otros cineastas como Haminiaina Ratovoarivony(Malagasy Mankany, 2012), Lova Nantenaina(Ady Gasy, 2014) y Marie Camille(Les panthères de l'île rouge, 2015) figuran también entre los directores independientes que perpetúan el cine malgache en las pantallas nacionales e internacionales, a pesar de la falta de apoyo financiero del Estado en la actualidad. ¿Quiere descubrir estas películas, pero no sabe por dónde empezar? Eche un vistazo a las dos joyas de Alexander Abela, Makibefo (2002) y Souli (2004). Adaptaciones, respectivamente, de Hamlet y Otelo de Shakespeare, estas dos películas se rodaron en el pueblo de Faux Cap con los lugareños y son experiencias muy especiales que le animamos a descubrir. Un ejemplo de la inventiva que pueden demostrar los cineastas malgaches, con pocos medios pero una energía impresionante.

Lugares de rodaje famosos en la isla

Sin una industria cinematográfica nacional bien desarrollada, la isla de Madagascar ha tenido dificultades para atraer grandes producciones internacionales. Así que es en los documentales donde se encuentran algunas de las mejores imágenes cinematográficas de la región. Y más concretamente en los documentales de (y narrados por) David Attenborough, Life on Earth (1979) o más recientemente Life (2009) y Madagascar (2011). Estas series de la BBC, de construcción e imágenes grandiosas, te sumergen en los paisajes de los parques de Tsingy, Morondova e Isalo. Las voces del actor británico y de la estadounidense Oprah Winfrey te llevarán por estos impresionantes paisajes. Claude Nuridsany y Marie Pérennou, los realizadores de Microcosmos (2002), son otros talentosos documentalistas que han posado sus cámaras en los ecosistemas de la isla. En 2004 estrenaron Génesis. De las Galápagos a Islandia, pasando por Francia y Madagascar, la película recorre la aparición de la vida en la Tierra, una película en la que los animales y los seres vivos en su conjunto son los únicos actores. En el lado humano, el fotógrafo Yann Arthus-Bertrand capta la diversidad de la isla en su documental Human (2015), una colección de historias de todo el mundo. Pero más allá de estas obras, los pocos dramas anteriores y posteriores a la independencia rodados in situ tienen poco interés. La única excepción es la escena inicial de la película Fuerza mayor (1989), protagonizada por François Cluzet y Patrick Bruel, que supuestamente se rodó en Madagascar. ¿Cuándo habrá verdaderos rodajes internacionales en la isla? Continuará.

¿Se pueden ver películas en Madagascar?

Desde la revolución de 1975, cada vez es más difícil ver películas en los cines de Madagascar. Sin embargo, gracias a la apertura de Cinepax en 2018, Antananarivo puede volver a recibirte frente a una pantalla de cine. Situado en el corazón del centro comercial Tana Water Front, Cinepax es EL cine de la ciudad. Totalmente nuevo, cuenta con cuatro cómodas salas equipadas con la última tecnología de proyección, 3D, y un cine-café. La programación es de alto nivel, con versiones original y francesa según la película. Al mismo tiempo, se están poniendo en marcha regularmente varios proyectos de cine itinerante que llevan el cine a los pueblos y a un público más amplio y popular. Pero aún estamos lejos del apogeo de los cines de la isla, como el Rex, el Edén, el Valiton o el Metro, fundados en la primera mitad del siglo XX y desaparecidos desde entonces. En cuanto a eventos cinematográficos, desde 2006 se celebran en Antananarivo los Rencontres du film court o Madagascourts, que muestran la diversidad de los cortometrajes nacionales e internacionales. En 2023, la 18ª edición le dará la bienvenida a la capital en diciembre. Totalmente gratuitas, se proyectarán más de 350 películas para deleite de los cinéfilos malgaches. Actualmente es el único evento de este tipo en la isla, a pesar de que en 2014 se intentó crear un festival de largometrajes en la ciudad. Durante su estancia, infórmese en el Instituto Francés, bastante activo en la isla, y en otras asociaciones culturales locales. Quién sabe, tal vez descubras una pepita de película malgache en la gran pantalla