Música y danza tradicional

¿Hay algo más tirolés que el yodel? Esta forma de cantar, que consiste en alternar rápidamente el tono grave y la voz de pecho con el tono agudo de falsete, tiene una larga historia en la tradición rural europea y sigue siendo parte esencial de la música folclórica de la región. Concretamente, es gracias a una técnica gutural en la que se suceden sílabas onomatopéyicas intercaladas con sonidos agudos, que los cantantes producen el famoso «yodela-hihou». Este canto tiene probablemente su origen en la necesidad de los pastores de comunicarse a distancia, de una montaña o un valle a otro, por lo que encadenan una sucesión de sílabas en diferentes tonos para poder ser oídas según los vientos.

La música típica del Tirol suele ir acompañada por un acordeón; es una música que continúa viva hasta hoy, ya sea en festivales folclóricos, en los escenarios o incluso en la televisión austriaca. Los cantos tiroleses suelen ser interpretados por grupos con trajes típicos, acompañados por los Schuhplattlers, que son bailarines disfrazados que marcan el ritmo golpeando las piernas y los zapatos y contribuyendo generosamente a la imagen estereotipada de Tirol. ¿Quiere escuchar yodel? Por todo el Tirol es común escucharlo y algunos establecimientos, como el Alpenhotel Fernau (en el valle de Stubai), lo ofrecen incluso durante las comidas. Curiosamente, el yodel hace tiempo que ha traspasado las fronteras del Tirol, e históricamente, entre los más grandes intérpretes del yodel se encuentra un estadounidense, el cantante de country Jimmy Rodgers en los años 1920, y un japonés, Takeo Ishii, que sigue activo (y con éxito).

Además del canto del yodel, la región está llena de danzas emblemáticas o las folkloretänze (danzas populares). Empezando por el Ländler, la danza folclórica más popular de la región, que se ejecuta tradicionalmente en círculo y se asocia con el canto del yodel. Especialmente alegre, ha seducido a muchos compositores, como Beethoven, Schubert, Bruckner y Mahler, que la incluyeron en algunas de sus obras. Originario del Tirol, existe también un derivado del vals, el Zwiefacher, un baile de pareja con movimientos rápidos y precisos. Menos conocido, pero igual de auténtico y pintoresco es el Watschentanz, un baile masculino en el que hombres vestidos con bermudas y tirantes realizan justas simulando una pelea. El Schuhplattler, mencionado anteriormente, es otra danza masculina muy popular en el Tirol, en la que los hombres forman un círculo. Se caracteriza por los golpes fuertes y rápidos en los zapatos; los hombres forman figuras acrobáticas para impresionar a las mujeres, en una especie de desfile amoroso colectivo en el que cada individuo debe distinguirse por su destreza. Estos bailarines suelen ir acompañados de orquestas folclóricas que incluyen acordeonistas, así como intérpretes de cítara y el hackbrett (un instrumento de cuerda típico del mundo germánico). La región también es conocida por la trompa alpina, aunque este se relaciona más con el folklore suizo. Estos enormes y alargados instrumentos, con la punta en el suelo, producen potentes sonidos que también pueden utilizarse para comunicarse a distancia. En los conciertos suelen interpretarse en una orquesta, con al menos cuatro coristas tocando juntos, lo que produce un volumen vocal impresionante. Estas largas trompas se suelen tallar a partir de un solo bloque de troncos de abeto y luego se enrollan. Miden entre 3,60 y 4 metros de longitud, ¡y algunas llegan a superar los 15 metros! Por supuesto, cuanto más larga es la trompa, más aliento necesita para producir un sonido, y es más potente.

El Tirol es una región festiva y ofrece muchas oportunidades para vivir su folclore. El mejor momento es durante el carnaval, llamado Fasnacht, un conjunto de fiestas muy agradables que incluyen desfiles de disfraces y máscaras estrafalarias talladas en madera, algunas de las cuales son muy antiguas, sin duda un auténtico disfrute. Por lo demás, en Zell am Ziller se celebra cada primer fin de semana de mayo uno de los más importantes festivales del Tirol, la Gauderfest, que puede traducirse como 'Fiesta de la gente buena'. Es una fiesta puramente folclórica que celebra la llegada de la primavera, una auténtica fiesta de trajes tradicionales con bailes tiroleses y competiciones de ranggeln («lucha tradicional»). Con el mismo espíritu, el Pitztaler Schneefest («Festival de la Nieve de Pitztal») es otro colorido festival folclórico tirolés con un gran desfile de música tradicional. En el Tirol italiano, y más concretamente en los Dolomitas, destaca el trabajo del grupo Calicanto y de la Orquesta Folclórica de los Dolomitas, ambos con una ambición similar: producir obras destinadas a preservar y revitalizar el repertorio folclórico local.

Música clásica

Para cualquier amante de la música clásica, Austria es una tierra sagrada. Una cuna para el género que ha visto nacer y crecer a algunos de sus mayores genios (no nos andemos con rodeos). La edad de oro musical del país corresponde al apogeo de la civilización austriaca; es decir, al periodo que abarca los reinados de Carlos VI (1711-1740), María Teresa (1740-1780) y José I (1780-1790). Encrucijada de influencias y encarnación del humanismo, Austria era entonces el caldo de cultivo ideal para la gran música.

El Tirol, un país que ama la música hasta la médula, también alberga una serie de magníficos eventos dedicados a ella. Entre ellos, el Tiroler Festspiele, un festival de música clásica que se celebra en Erl (región de Kufstein), en un teatro de ópera al aire libre frente a verdes praderas y picos inaccesibles, o el Festival de Música Antigua de Innsbruck, dedicado a obras maestras de los siglos XVI y XVII, algunas de las cuales se interpretan en el espléndido castillo de Ambras.