Dónde comprar pan pasteles chocolates y helados Route de la soie

Aquí se respira un aire de panadería-pastelería francesa... Y no es de extrañar, porque Giuseppe Solfrizzi, el chef pastelero de Le Levain, es uno de los máximos exponentes de la artesanía francesa en Roma. Aquí encontrará macarrones, éclairs, galettes des rois y bûches, así como una inteligente mezcla de sabores franceses e italianos, como este irresistible croissant con gianduia o la cropizza, ¡a medio camino entre un croissant y una pizza! También podrá degustar pasteles típicos italianos, como el pasticciotto.

Neve di latte es una de nuestras heladerías favoritas de Roma. Los helados son cremosos, los sabores sabrosos y de temporada. Además, la heladería se esfuerza por reducir al mínimo el contenido de azúcar y ofrece alternativas veganas y sin gluten. Recomendamos especialmente los sabores a base de chocolate, que están de muerte, así como los de cacahuete y caramelo salado. También hay muchos sorbetes de frutas. Y, como en todas las heladerías romanas, ¡no olvide pedir panna (nata montada) en su helado!

En la serie gourmet de boutiques monoproducto, he aquí la magdalena. Recuerdos de infancia o no, la magdalena ofrece mucho más que un bocado reconfortante en esta boutique deliciosamente regresiva. El joven chef Antoine Dubois revisita la magdalena en todos los tamaños, hasta el XXL, con auténticos pasteles -e incluso troncos para las fiestas- y en todos los sabores. Elaboradas con ingredientes de calidad, en particular chocolates Valrhona para las "madeleines à coques" (nuestras favoritas...), las magdalenas alcanzan su punto álgido en su versión pastelera con "clásicos" y novedades de forma regular (piña, speculoos...). Otra tienda encantadora en el distrito ⁶.

Entre Brotteaux y Tête d'Or, los dos hermanos Dorner, Maxime, pastelero que ha trabajado en establecimientos con estrellas Michelin, y Gauthier, chef y gestor de viajes, siguen desarrollando su idea gastronómica: revisitar los grandes clásicos de la pastelería y dar rienda suelta a su imaginación con deliciosas creaciones. En este lugar, donde podrá sentarse en un acogedor comedor o en la terraza, los gourmets podrán saborear los postres, que se presentan en todas las formas y tamaños. Espectaculares tartas de frutas, coloridas creaciones, milhojas de vértigo... Brioches y magdalenas gigantes, chocolates y delicias para llevar o compartir en este hermoso espacio de degustación.

Porque su tienda ilumina la rue de la Thibaudière igual que sus helados y pasteles iluminan nuestras meriendas y comidas (y nuestras tardes frente al televisor). Porque Agathe y François son tan adorables como todas las personas que nos acogen en Page. Porque sus helados de leche ecológica y sus sorbetes naturales ofrecen sabores locos, respetando la fruta fresca de temporada (de la huerta si es posible) o el chocolate (¡en helado o sorbete!). Porque los postres helados son el toque final de cualquier comida que se precie. Porque sus pequeñas tartas, incluida la vegana Moon, están entre nuestras favoritas. Por todo esto y mucho más, Page on t'aime.

Cuando se trata de postres, la pavlova es la puerta del cielo. ¿Qué es una pavlova? Es un postre de una ligereza increíble, como la bailarina rusa Anna Pavlova, para quien se creó la receta. Se elabora a partir de una base de merengue, a la vez crujiente y suave, coronada con nata montada y fruta fresca. Así que cuando el maestro pastelero Joël Maier nos ofrece el "postre rey" en un menú de temporada de pavlovas individuales o para compartir, cada una más sublime que la anterior, es una absoluta delicia. Pavlovas para llevar, pero también para disfrutar cada fin de semana con el brunch de la Salle à Manger de la rue Mercière.

Al entrar en esta elegante chocolatería, con su tentador escaparate, le recibirán con una sonrisa, gentileza y amabilidad. La dueña de la tienda estará encantada de explicarle los diferentes chocolates que aquí se venden y de presentarle el resto de dulces que se ofrecen (entre ellos, una exquisita selección de almendras garrapiñadas y marrons glacés de Collobrières). Los bombones que aquí se venden, de gran delicadeza, son obra del chocolatero Philippe Bel. Una experiencia única con sabores dulces o especiados, un virtuosismo poco común. También destacan los bonitos envases, elegantes cajas para todos los bolsillos. Una verdadera dirección que hay que conocer.

Esta cafetería-pastelería ofrece una amplia gama de deliciosos pasteles y galletas preparados de forma tradicional (es decir, muchas calorías). También puede atreverse con la última moda en Estambul: pasteles de colores que imitan objetos, héroes de dibujos animados o juguetes (a veces incluso un bolso de Vuitton). Es un poco kitsch, pero a los niños les encanta. También es posible pedir una exquisita tortilla o unos sabrosos panecillos de eneldo. Nos ha gustado la original decoración y el espacio de este establecimiento con un espíritu de jardín de invierno.

Esta empresa, reconocida por sus productos lácteos, existe desde 1936. El lugar no parece gran cosa: cinco mesas con algunos taburetes y una o dos mesas en el exterior. Pero no se lo tenga en cuenta, porque el kaymak (crema de leche de búfala) y la mantequilla son excepcionales. Las mermeladas son caseras, ofrecen todo tipo de tortillas y los clásicos del kahvaltı (desayuno) turco. Ofrecen algunos postres durante todo el día, acompañados, por supuesto, de kaymak. Los precios son bastante elevados, pero los productos son de la mejor calidad.

En el nuevo barrio bohemio de Karaköy, este espacio combina la gastronomía turca con la cocina moderna. A resguardo de las miradas y protegido del sol por un muro de vegetación, en un ambiente relajado, se puede comer una ensalada o tomar un café turco, un momento para olvidarse de todo. En Pim, las ensaladas son generosas y excelentes, al igual que los köftes o los falafels, presentados siempre con elegancia y originalidad. El único inconveniente es que el volumen de la música a veces es muy alto en el interior. Mejor vaya a la terraza, que es mucho más agradable en los días soleados.

En funcionamiento desde hace más de treinta años, este café-restaurante cuenta con una decoración acogedora, estilo bistró elegante, y es un lugar ideal para el desayuno, para hacer una pausa o para un almuerzo rápido. Los cafés especiales son interesantes, pero la parte gastronómica no es una cosa del otro mundo. Lo mismo ocurre con la repostería: se queda en lo más clásico. El principal interés del lugar es su terraza en la azotea, con unas vistas impresionantes del Cuerno de Oro, el barrio de Sultanahmet, la pequeña plaza de Tünel y la torre de Gálata. Después de contemplarla desde ahí, casi no es necesario subir a la torre de Gálata.

La Maison Antoine ya no está en el Quai Saint-Antoine, pero sigue firmemente asentada en esta esquina de la rue de la Charité. Un hermoso escaparate gastronómico lleno de luz natural, con grandes ventanales y una pequeña terraza a dos pasos de la plaza Bellecour para una pausa gourmet. Una Maison Antoine que rompe con los códigos del salón de té tradicional para ofrecer una gama de sabrosos tentempiés, desde sándwiches hasta poke bowls. Pastelería que combina sabor y belleza con clásicos sutilmente revisitados, algunas de las mejores pastas vienesas de la ciudad, panes elaborados con harinas regionales. Desde desayunos gourmet hasta tentempiés para compartir.

En esta categoría, es difícil clasificar una dirección como panadería y no como pastelería, ¡sobre todo cuando merece estar en las dos! Alena y Geoffroy Terrasson, con sede en el barrio de Ainay y una nueva tienda en Sainte-Foy, dirigen un establecimiento gastronómico que destaca tanto por sus panes como por sus viennoiseries (¡también maravillosas!), pasteles, tartas y galettes des rois (una de nuestras favoritas...). En cuanto al pan, hay masas madre 100% naturales, fermentaciones largas, harinas ecológicas, algunos "clásicos" y otros más sorprendentes, una tarta de centeno para morirse... Y no se olvide de los patés croûtes de una casa gourmet.

Polo Pastanesi es tanto una pastelería como un restaurante. Por lo tanto, es adecuado para satisfacer los antojos tanto dulces como salados. El establecimiento se distribuye en tres plantas. Los pasteles y dulces se muestran en el escaparate en la entrada. Los platos más consistentes se indican en la carta. La cocina es refinada y sabrosa. Por lo que respecta a los platos, recomendamos el filete al roquefort y la ensalada de salmón. Y para el postre, o como merienda, opte por una crema de chocolate o un sütlaç (arroz con leche). Los pasteles en forma de animales harán felices a los niños.

La bonita historia es la de Maël y Roxana, diplomados de la escuela Alain Ducasse de Yssingeaux, que tras vender sus productos en los mercados de la Croix-Rousse se hicieron cargo de una histórica pastelería y chocolatería (Galland desde hace 40 años) en el barrio de Jean Macé. Lalibela es un tesoro gastronómico dirigido por artesanos del gusto que comparten su saber hacer y su creatividad y ponen mucho amor en todo lo que hacen. Viennoiseries, brioches - babka con praliné rosa... -pasteles, tartas pequeñas y grandes, una magnífica tarta de limón y merengue, un delicioso tiramisú con café etíope biológico y chocolate Valrhona... Un salón de té donde saborear el placer de estar en Lalibela.

En Avlabari, no se pierda, un poco después del teatro armenio, al otro lado de la calle, la tienda Ararat, que vende los mejores coñacs y pasteles armenios, traídos directamente de Ereván. Los pasteles Gran Candy son deliciosos, y no deje pasar la oportunidad de probar los loukoums.

Tras descubrir el pequeño laboratorio de la rue Sainte, caímos rendidos ante el encanto de la hermosa pastelería-salón de té abierto en la place Daviel, entre el Hôtel-Dieu y la montée des Accoules. Una fachada elegante y unas pocas mesas, un interior moderno en el que destacan las creaciones dulces y saladas. Sin gluten y sin lactosa, a veces veganos, pero siempre 100% ecológicos. Es estéticamente bonito y sabroso. Una buena manera de contrarrestar las ideas preconcebidas sobre la repostería alternativa. Nuevo salón de té para 2023: 122 rue Sainte, frente al laboratorio, ¡qué éxito, bravo!

Al-Baba es una marca insignia de la pastelería libanesa, creada en 1943 por Mohammed Bachir EL Baba en Saida, en el sur del país. Hoy en día, la familia Al-Baba sigue administrando sus pastelerías y, con siete tiendas en todo el Líbano, el éxito de sus creaciones ya no se puede demostrar. Su tienda en Koreytem da la bienvenida a sus clientes en un ambiente elegante, donde se exhiben impresionantes pirámides de baklavas y kefne. Al-Baba también hace helados y buenos pasteles franceses, como muy buenos macarrones.