Plaza Dos de Mayo © Page Light Studios - Shutterstock.com.jpg

Los orígenes del movimiento

Esta ola de creatividad y cuestionamiento de los valores tradicionales, tan arraigados en las costumbres españolas (y madrileñas) de la época, encontró rápidamente un nombre y un eslogan. Etimológicamente, "movida" significa "moverse". Pero en realidad la palabra tiene su origen en el argot de los fumadores de hachís. "Movida" viene de la expresión "hacer una movida", que significaba abandonar el centro de la capital para ir a comprar hierba (y todo tipo de drogas, por cierto) a los suburbios de los alrededores de Madrid. A principios de los 80, la movida se extendió rápidamente a los distintos ámbitos culturales que tanto gustaban a la juventud madrileña. La música en particular, bajo la influencia de movimientos musicales ya en boga en Europa, como la new wave y el punk, cuyos sonidos no tardaron en llegar desde Gran Bretaña.

Y fue el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, quien iba a hacer mucho por el desarrollo de la Movida. Elegido en 1976 en las primeras elecciones municipales tras la dictadura, este socialista, que accedió al cargo gracias a una alianza con los comunistas, permaneció al frente de la ciudad hasta su muerte en 1986. Durante su mandato, "el Viejo Profesor", sociólogo de formación, fomentó el crecimiento de esta cultura marginal, y en Madrid surgieron numerosos bares, clubes y sellos independientes. Lejos, muy lejos de los grandes sellos de la época. Aunque la Movida nació en la capital, pronto se extendió a otras grandes ciudades españolas como Málaga, Sevilla, Bilbao o Barcelona.

Una cultura polifacética

La música no fue el único campo que experimentó una gran agitación cultural. Todos los sectores de la producción artística e intelectual de la época tuvieron sus representantes en la Movida madrileña.

La música. Los primeros LP británicos llegaron a Madrid y los riffs de los Clash, los Sex Pistols y otras bandas punk no tardaron en sonar en los altavoces madrileños. Pero fue un gran concierto de primavera, en mayo de 1981, el que lanzó definitivamente el movimiento. ¿El programa? Casi 10 horas de espectáculo, 15.000 espectadores enloquecidos y una sucesión de bandas que prometían dejar huella en los años venideros. Alaska, Fahrenheit 451, Los Secretos y Nacha Pop hicieron historia. Pero los grandes escenarios se olvidaron pronto, y fue en los pequeños bares de Malasaña donde los grupos instaron a la juventud madrileña a liberarse en estos primeros años de democracia. Pronto surgieron otros grupos musicales. Entre ellos, Kaka de luxe, La Unión, Los Zombies, Joaquín Sabina, Radio Futura, Parálisis Permanente, Ramoncín, Leño o Loquillo. Todo un alboroto

Cine. Pero fue en la gran pantalla donde LA gran figura de la Movida, el ya mundialmente famoso cineasta Pedro Almodóvar, dejaría su huella. Su primer largometraje, estrenado en 1980, estaba en plena sintonía con los tiempos. Pepi , Luci, Bom y otraschicas del montón está protagonizada por Pepi (Carmen Maura), una madrileña que cultiva marihuana en su balcón. Confundida por un policía que la chantajea y luego la viola, Pepi decide seducir a la sumisa esposa del policía. Almodóvar ha declarado: "No es una película realista, ni un análisis de la moral, ni un retrato de la sociedad. Aunque sí encaja bien con un cierto tipo de gente desenfadada que te encuentras en Madrid" El escenario estaba preparado, y esta película, rodada en 16 mm, se convirtió rápidamente en un filme de culto en la cultura underground de Madrid y más allá. En 1982, su segunda película, El Laberinto depasiones, que oscilaba entre el surrealismo, el ambiente pop y las escenas inquietantes, cimentó aún más su leyenda. Durante este periodo, este genio polifacético no sólo hacía películas, sino que tambiénlas escribía(Patty Diphusa, Venus de los lavabos y Fuego en las entrañas) y formaba parte del grupo de rock Almodóvar y Macnamara. En definitiva, una leyenda de la Movida y, en general, de la historia de Madrid, que después ha brillado en todo el mundo con sus atípicas películas(Tacones altos, Todo sobre mi madre, Hable con ella o Volver , por citar sólo algunas).

Otras disciplinas también han dejado su huella. En literatura, Jesús Ferrero, amigo íntimo de Almodóvar, coescribió con él la película Matador (1986); en fotografía, Ouka Leele, Alberto García-Alix, Pablo Pérez-Minguez y Miguel Trillo despuntaron en esta época; mientras Ágata Ruiz de la Prada empezaba a divertirse confeccionando su ropa con el estilo pop que la ha hecho famosa desde entonces. Los campos del diseño, la gráfica y el cómic (sobre todo con la publicación periódica El Víbora) también están representados.

Lugares emblemáticos que siguen vivos hoy en día

Con este auge cultural, surgieron nuevos lugares para salir en la capital española. Bares, discotecas, salas de baile y galerías de arte comenzaron a multiplicarse. Malasaña se convirtió en el epicentro de la Movida, en torno a su emblemática Plaza Dos de Mayo y la calle del Pez. El barrio ha conservado este ambiente especial, que ha cultivado con esmero desde finales de los 70, y aún quedan aquí muchos locales simbólicos de la contracultura, como el bar El Palentino, en la calle del Pez, o el bar Pentagrama, más conocido como El Penta, un híbrido de bar clásico, sala de conciertos y discoteca que lleva funcionando desde 1979. También está Vía Láctea, que abrió en el mismo año y ha mantenido su concurrida decoración desde entonces. También fue en 1979 cuando El Sol comenzó a albergar conciertos, y esta discoteca madrileña puede presumir de haber visto a todos los grupos de la Movida. Por último, el emblemático bar Madrid me Mata alberga hoy una exposición permanente sobre la movida.

Hoy en día, Madrid y Malasaña en particular han conservado algunas de las tradiciones de la época, con la apertura de galerías de diseño, largas noches de fiesta y el famoso botellón, la costumbre de beber en la calle. Es un momento para reunirse, hablar alto, rehacer el mundo, y si has encontrado tu ropa en una tienda local de segunda mano, ¡mejor que mejor! La Movida ya pasó, pero algunos de sus míticos locales siguen entre nosotros, manteniendo vivo el espíritu de una época que transformó profundamente la capital española.