Supporters du Real Madrid lors d_un match ©Marcos Mesa Sam Wordley - Shutterstock.com.jpg
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El Real Madrid, el club más grande del mundo

El templo del fútbol. Al igual que su eterno rival, el Barcelona, el Real Madrid es algo más que un club de fútbol: es una auténtica institución. El Real Madrid es también un prestigioso club de baloncesto, un canal privado de televisión y una empresa que cotiza en bolsa. Y cuando uno se adentra en las gradas del Estadio Santiago-Bernabéu (81.044 localidades), no sólo ve a un montón de caras estrellas del fútbol correteando por el terreno de juego, sino que tiene la sensación de estar descubriendo una parte de la historia del deporte rey, una catedral mítica donde han jugado algunos de los mejores futbolistas de la historia, un público especial que sólo tolera la excelencia. Emoción y escalofríos garantizados Sobre todo en las noches de Liga de Campeones, el clásico contra el Barça o el derbi contra el Atlético, cuando las gradas se visten de blanco y los socios cantan el poderoso himno del club: Hala Madrid y Nada Más. El blanco, color de la realeza, es por supuesto también el color del club, que ha sido bautizado como "La Casa Blanca". Considerado el equipo de las clases pudientes de la ciudad, su estadio Bernabéu está situado en el norte de Madrid, en pleno corazón de Chamartín, un barrio chic de la capital. Y aunque la generalización de la sociología de sus aficionados no es del todo cierta, es frecuente ver a ejecutivos con traje y corbata que acaban de salir de una reunión agolpándose en los alrededores del estadio unos minutos antes del saque inicial. Los socios también tienen un poder real dentro del club, ya que son... accionistas y votan para elegir a su presidente. Un dirigente que debe llevar a cabo una verdadera campaña electoral, prometiendo, si es posible, nombres de renombre para reforzar la plantilla. Un público que, a diferencia de cualquier otro, posee una pequeña parte del club y que ha ido suscribiendo de padres a hijos durante más de 120 años.

Una historia centenaria. El club tiene una rica historia desde su fundación en 1902, aunque no se convirtió realmente en Real hasta 1920, cuando el trono español (el rey Alfonso XII) se "apropió" del club otorgándole el título de Real. Once años más tarde, los merengues ganaron su primer título de liga, ¡y sin perder ningún partido!

El 15 de septiembre de 1943, Santiago Bernabéu, antiguo jugador del club, fue elegido presidente por unanimidad. Inmediatamente se puso manos a la obra para construir un nuevo estadio en el distrito de Chamartín, que llevaría su nombre y se inauguraría en diciembre de 1947. El presidente Bernabéu era ambicioso: quería hacer del Real Madrid el mejor club de Europa. Para conseguirlo, fichó a Alfredo Di Stéfano, un genial mediapunta y goleador nacido en Argentina. El éxito no tardó en llegar: el Real ganó la primera Copa de Europa de la historia en 1956 (contra el Stade de Reims) y las cuatro ediciones siguientes. Jugadores de la talla de Puskas, Gento y Kopa se convirtieron en nombres conocidos, y la popularidad del club se disparó. En la década de 1950, el Real Madrid ya era el club más grande del mundo. Di Stéfano dejó el Real Madrid en 1967, tras catorce años de lealtad. En 1978 falleció el legendario presidente del Bernabéu, y le sucedieron Luis de Carlos (1978-1985) y luego Ramón Mendoza (1985-1995). Aunque este periodo fue menos próspero, el Real Madrid siguió engrosando su palmarés: 5 Ligas y 2 Copas de la UEFA. Es la época de Emilio Butragueño, conocido como El Buitre, y su famosa Quinta, formada por jugadores formados en el club como Héctor Camacho, Manuel Sanchís, Fernando Hierro, Pardeza o Martín Vázquez. El reinado de Lorenzo Sanz (presidente de 1995 a 2000) fue más turbulento: a pesar de ganar nuevos trofeos, el Real se endeudó y se hundió en la crisis. Sanz se vio obligado a convocar elecciones anticipadas, que perdió frente a Florentino Pérez, rico empresario y madrileño de nacimiento.

¡Larga vida a los Galácticos! En 1997, el Real Madrid fue elegido por la FIFA mejor club de fútbol de la historia por su extraordinario palmarés, y Pérez se propuso revitalizar el club con una política repleta de estrellas. En 2001, realizó el mayor traspaso de la historia del fútbol al fichar a Zinedine Zidane, procedente del Juventus, por la friolera de 75 millones de euros. El equipo, apodado los Galácticos, estaba entonces formado por Roberto Carlos, David Beckham, Luis Figo, Raúl y Ronaldo. Juntos, ganaron la Liga de Campeones del Madrid en 2002 contra el Bayer Leverkusen (2-1) y dos ligas españolas (2001 y 2003). Criticado por favorecer el aspecto de marketing del equipo, a veces en detrimento del juego, Pérez dimitió en 2006 y fue sucedido por Ramón Calderón en 2009. A pesar de ganar dos ligas más, el Real Madrid no se dejó ver en la escena europea, y su segundo puesto por detrás de su eterno rival, el Barcelona, en 2009 resultó fatal. Pérez regresó al timón del club y no tardó en atraer a nuevas superestrellas a la capital. Era la hora de los Galácticos II. Tras el fichaje del brasileño Kaká (65 millones de euros), atrajo al portugués Cristiano Ronaldo por la asombrosa cifra de 94 millones de euros en 2009, y luego al galés Gareth Bale en 2013 por 101 millones de euros. Durante este periodo, sobre todo bajo el carismático José Mourinho, el Real Madrid tuvo que hacer frente a la dura competencia del Barcelona y de su genio argentino Lionel Messi. A pesar de ganar el título de liga, Carlo Ancelotti tomó el relevo de Mourinho. Y aunque el3er puesto en la liga fue un resultado bastante mediocre en su primera temporada al frente del equipo (sobre todo teniendo en cuenta que el campeón era... el Atlético de Madrid), la conquista de la famosa "décima", el 10º título de la Liga de Campeones conquistado por el club merengue en mayo de 2014, llenó de alegría a todos los socios. El aperitivo antes del festín que ofreció la primera etapa de la leyenda Zinedine Zidane como entrenador. Entre el invierno de 2015 y el verano de 2018, el palmarés del astro francés fue excepcional, con tres Ligas de Campeones y un título de Liga. Pero eso no impidió que el marsellés Zidane hiciera las maletas con una sensación de logro. A su marcha le siguió rápidamente la de la superestrella Cristiano Ronaldo a la Juventus. El final de un sueño. A pesar de un regreso entre marzo de 2019 y mayo de 2021, marcado por otro título de liga en 2020, Zidane acabó dejando paso a otro retornado: Carlo Ancelotti, que se puso manos a la obra para reconstruir el equipo en torno a Karim Benzema y logró su decimocuarta Liga de Campeones en 2022 en el Stade de France. El delantero francés acabó abandonando el club en el verano de 2023 para instalarse en Arabia Saudí, dejando las llaves del equipo a Vinicius Jr, Rodrygo y el nuevo fichaje Jude Bellingham.

El Atlético Madrid, de eterno subcampeón a grande de Europa

La burguesía de los distritos del norte de Madrid contrasta con los barrios obreros del sur. Aquí, junto al río Manzanares, la densidad de población es mucho mayor y la renta media per cápita mucho menor. Y aunque el club se trasladó al flamante Estadio Cívitas Metropolitano en 2017, forjó su leyenda en el destartalado Vicente Calderón, a orillas del río. Aquello distaba mucho del ambiente chic y de clase media del Bernabéu, gracias a una furia muy sudamericana. Bombas de humo, rollos de papel higiénico cayendo desde las gradas y cánticos gritados desde los tejados acompañaban a los Colchoneros en cada salida. ¿Colchoneros? Colchoneros es el apodo con el que se conoce a los jugadores del Atlético desde sus inicios. Aunque los colores fueron elegidos inicialmente por los fundadores como homenaje a los de Bilbao, la leyenda proviene de los artesanos locales. A principios del siglo XX, los colchoneros de Madrid utilizaban telas rojas y blancas para confeccionar sus colchones. Y en el barrio, era fácil encontrar retales de esta tela al salir de los talleres. Las camisetas rojiblancas que componían la historia del club eran un regalo del cielo. Una historia que comenzó en 1903 y que durante mucho tiempo se ha visto eclipsada por su voluminoso vecino. Mientras el Real coleccionaba trofeos, el Atlético luchó durante décadas por existir en la sombra. A pesar de algunos títulos y cambios de nombre por el camino, no fue hasta los años 50 cuando el club del sur de la capital empezó a dejar su impronta en el fútbol español. Ya campeón en 1940 y 1941 bajo el nombre de Athletic Aviación (pasó a llamarse Club Atlético de Madrid en 1946), el Atléti lo volvió a hacer en 1950 y 1951 (liderado por el francés Larbi Benbarek) y fue en 1958 cuando los colchoneros lucharon por primera vez en la Copa de Europa. Pero no fueron rival para sus vecinos del norte de la capital, hasta que a finales de los 80 llegó el caprichoso Jesús Gil y Gil, empresario inmobiliario y alcalde de Marbella, para presidir la suerte del club. Una semifinal de la Recopa en 1993 y, sobre todo, el doblete de Liga y Copa en 1996, gracias en buena medida al esforzado centrocampista Diego Simeone, sonaban como el preludio de un futuro mejor. Tras un descenso a Segunda División, la llegada de Quique Sánchez Flores al banquillo en 2009 marcó el inicio del ascenso de los rojiblancos. Ganador de la Europa League en 2010 (tras deshacerse del Liverpool en semifinales), el segundo club de la capital se prepara para la revolución de su ex centrocampista argentino Diego Simeone. Cuando se hizo cargo del club en 2011, aportó un toque sudamericano al equipo. Tras otro triunfo en la Europa League gracias a un doblete del colombiano Radamel Falcao (2012), los colchoneros llegaron a la final de la competición de clubes más prestigiosa, la Liga de Campeones, en 2014 contra... el Real Madrid. Una final legendaria en la que los modestos del sur de la capital iban ganando 1-0 hasta... el minuto 93. Por desgracia, un empate del capitán del Real, Sergio Ramos, y la prórroga hicieron que los colchoneros doblaran la rodilla ante su eterno rival (4-1). Aquella decepción quedó atrás más tarde, gracias al título de liga conquistado por Real y Barça y al fichaje del mediapunta francés Antoine Griezmann. Pero el Atlético volvería a perder en la final de la Liga de Campeones en 2016 ante... el Real Madrid. Una maldición y una rivalidad sin precedentes en la historia del fútbol moderno. Un año después, los colchoneros van a tener que hacer un cambio. De eternos subcampeones a la sombra del gigante del norte de la ciudad, el inoxidable club de Simeone debe digerir su nueva condición de uno de los grandes de Europa y abandonar su vetusto y ruidoso estadio Vicente Calderón para enfundarse la camiseta en el flamante Wanda Metropolitano, reconstruido sobre los escombros del estadio Olímpico. Lejos del este de la ciudad, con las botas bien plantadas en el negocio del fútbol, el equipo tendrá que reinventarse. Una transformación que, obviamente, se producirá bajo la batuta de Simeone, y que les llevará a conquistar el título de liga en 2021.