Los mejores restaurantes Dinamarca

Vista ininterrumpida del puerto. Acogedor restaurante familiar frente al mar. Sirven platos tradicionales daneses con un toque moderno. La especialidad: Kong Frederiks livret (ad libitum). Se traduce como «el plato favorito del rey». Filete de ternera con crema picante, patatas, huevos picados, cebolla y remolacha, o stjerneskud, filete de solla frito, gambas, espárragos y salmón ahumado, servido con una vinagreta roja. En verano hay una agradable terraza donde se puede admirar la augusta fachada (en amarillo chick brillante) de este encantador restaurante.

Toda una institución en el puerto deportivo desde 1947. Este restaurante, especializado en pescado fresco, ha reorientado desde entonces parte de su carta hacia platos más internacionales, como el schnitzel vienés y las hamburguesas, conservando un toque de sabor danés (hamburguesa de mar con filete de solla, espárragos y gambas). Para empezar, sirven gambas rosadas en cóctel, dos versiones de arenque y sopa de pescado casera. Filetes de solla, salmonete o salmón para los platos principales. Conciertos en verano.

Restaurante de pescado en el corazón del puerto de Frederikshavn. El rótulo confirma el sesgo náutico del restaurante, con su tridente blanco sobre fondo azul mezclado con las letras del nombre del restaurante. El local está muy bien reformado, la decoración es sencilla (madera pintada de blanco, muebles sencillos, cuadros escoceses para entrar en calor) y, sobre todo, la comida es excelente. Pescado, pero una carta variada con platos de pasta para quienes no les gusten las espinas. Después de todo, ¡sería una pena no aprovechar su gran terraza, con muchas plantas y, sobre todo, soleada!

Un restaurante gourmet en el que sirven auténtica cocina danesa elaborada por un chef francés. En los últimos diez años el restaurante ha sido galardonado con dos estrellas por la Guía Danesa de la Gastronomía ¡Y lo merece con creces! En el menú, fórmulas de hasta siete platos: espárragos blancos, vieiras, guisantes y cebolletas; bogavante o pulpo, cebolla, pimiento y chorizo; espárragos verdes, jamón skagen, huevo y estragón; ternera danesa a la parrilla y tartar, cebolla y brócoli; y carrito de quesos franceses de Mons. Todo elegantemente presentado en el plato.

El restaurante Fjørukrógvin está situado en el centro turístico de Vestmanna. Sirve una gran variedad de platos elaborados principalmente con ingredientes feroeses, como pescado y cordero.

En verano, el restaurante ofrece un almuerzo bufé para quienes realizan la excursión en barco a los acantilados, ya sea a la vuelta de la excursión matinal o antes de la excursión de las 14.15 h.

Un restaurante familiar con servilletas de cuadros rojos que te traslada al otro lado de Europa, donde te servirán una excelente cocina italiana. Podrá degustar un delicioso filete de merluza, una suculenta langosta gratinada o la clásica lasaña. Carta de vinos italianos y franceses. El servicio es profesional y la bienvenida muy cálida.

Es el bar-restaurante del hotel Tórshavn, situado justo enfrente de Tinganes y del puerto. El Hvonn sirve cocina internacional con una tendencia a los sabores del Sudeste Asiático: bao, pad, nasi goreng, yum pla con salmón fresco ligeramente especiado, fideos, woks... ¡Una buena ocasión para cambiar sus hábitos alimenticios y descubrir una cocina inusual! Además, los adultos apreciarán el ambiente lounge de los sábados por la noche. Es un lugar ideal para pasar una agradable velada, con opción para comer en el sitio o para llevar.

Una honorable casa regentada por una familia muy acogedora, recientemente restaurada y situada frente al puerto. Aquí podrá disfrutar de una excelente cocina danesa: albóndigas de pescado, anguilas ahumadas, arenques marinados, pescado fresco (solla) y una gran variedad de smørrebrøds. Y el contundente plato local que se puede compartir: svendborgsundgryde (filete de cerdo, pechuga de pavo, salchichas de cóctel, beicon, pimientos, champiñones y cebollas en salsa de crema de pimentón, todo ello servido con pequeñas patatas asadas al horno). Agradable terraza para tomar una copa.

El restaurador David Levy Nielsen inauguró Kong Volmer en el encantador Brandts Passage en 2008. Por aquel entonces, este tipo de restaurantes especializados en smørrebrød solo existían en Kongens, en Copenhague. Con este pequeño restaurante de estilo bistró cumplió el sueño de abrir su propio local, donde el tradicional «bocadillo abierto» pudiera recuperar su antiguo esplendor. Es el lugar ideal para probar una combinación de estos bocadillos típicamente daneses de tierra y mar (ternera ahumada, arenque, salmón, etc.). La comida es refinada y los precios bajos. En el mismo local o para llevar.

Un local gastronómico que ha hecho de la carne de vacuno su especialidad. Pero no cualquier carne: ¡ganado criado en pastos y carne madurada! Desde hace varios años la casa madura su carne en seco. La maduración es un proceso de secado que confiere a la carne una gran ternura y sabor. El restaurante ofrece un servicio impecable en un entorno cálido de madera y cobre con vistas a las cocinas. Los platos se piden con una pequeña tarjeta y se utiliza la servilleta a cuadros que cuelga bajo la mesa. Bufé de entrantes a elegir.

El concepto de comida callejera se puede encontrar prácticamente en cualquier lugar de Dinamarca. En este caso consiste en un gran hangar (antiguamente utilizado para los autobuses DSB) donde varios restauradores se instalan alrededor de grandes mesas. Hay veinticuatro opciones: italiana, mexicana, china, india o también danesa, en el interior o al aire libre, en mesas hechas con palés y madera recuperada. Es una gran oportunidad para probar nuevas cocinas.

Los Blues Brothers le dan la bienvenida a este restaurante de decoración moderna. Está situado orillas del canal, en la calle de bares y restaurantes donde estudiantes y profesionales se reúnen para el afterwork. La cocina se inspira en los clásicos europeos y transatlánticos, con especial atención a las especialidades danesas. Hay para todos los gustos. Los veganos también estarán encantados. El servicio es atento y profesional. Y los platos son de la mejor calidad. Uno de nuestros favoritos por la presentación, la cantidad y el sabor. Un establecimiento que no hay que perderse.

En CPH coffee Lab el café es una ciencia, pero una ciencia ética. Fundada en 2013, la empresa se ha desarrollado en torno a especialidades de café de alta calidad. ¡Un mayorista pero también con baristas que crean! ¡Los pasteles están para morirse! Para un almuerzo rápido, el pan de centeno tradicional danés es uno de los clásicos. Está hecho con masa madre, tiene una estructura densa y un buen sabor ácido que recuerda a los bocadillos de antaño con un trozo de queso.

En la más parisina de las calles de la capital danesa, ¡esta tienda de quesos y embutidos también tiene un aire parisino! ¿Qué le apetece? Aproveche sus secciones de delicatessen y charcutería para hacer una pequeña pausa para comer ¡y comer mucho! En el escaparate, le encantará la hermosa variedad de panes integrales. Los bocadillos se preparan en el momento, después de hacer el pedido.¡El alm con queso, pesto, ensalada y embutido es realmente delicioso! Los viernes, ofrecen una variante a base de un gran bol ¡con mucha guarnición!

En el lado par de Nyhavn, un restaurante en la gran tradición danesa: sirve fricadelles, parrilladas y, por supuesto, pescado en homenaje al puerto de Gilleleje, a 50 kilómetros, en el norte de Seeland. La gente viene aquí por el ambiente, el marco típico de las ciudades portuarias y los refugios de marineros. El servicio es impecable (manteles blancos y servilletas de tela) y el smørrebrød delicioso. Todo ello acompañado de una amplia selección de cervezas de barril. Un gran momento y autenticidad por un precio más que decente.

La clientela del «pequeño» Café Oscar es una encantadora mezcla de estudiantes, residentes de este barrio de lujo y turistas de paso. Pero a todos les encanta sentarse en el comedor de estilo bistró. Sándwiches variados, smørrebrød, ensaladas mixtas, hamburguesas con patatas fritas crujientes... Hay para todos los gustos. Se puede comer dentro o pedir para llevar. Hay una pequeña terraza en la acera, aunque la calle puede estar concurrida, pero el local es animado y acogedor.

Kate es un local que encanta a veganos y vegetarianos. Es un restaurante de colores cálidos, sin florituras y con un toque funky. Sentados en taburetes, se puede disfrutar de platos de casi cualquier lugar, siempre que sean picantes: un verdadero viaje culinario alrededor de las plantas, desde el Caribe hasta África pasando por Indonesia. En el exterior, una bonita terraza para tomar el sol y comer tranquilamente. Para comer en casa o para llevar. También ofrecen cervezas ecológicas y vinos naturales. Si tiene un presupuesto ajustado, le encantará.

Admitámoslo, no hay muchos sitios para comer en Dragør, así que da igual que esté en el puerto viejo. Blink es una cafetería muy sencilla pero llena de encanto (como el pueblo) y, sobre todo, especialmente acogedora. Bocadillos, ensaladas y algunas pizzas son servidos por un personal muy amable. Súper brunch, copioso y sabroso: huevos revueltos, bacón, chorizo, jamón de Parma, salchichas, yogur griego con miel, melón, piña, crêpe, cruasán y pan de centeno. Es aún mejor si se sienta en la estupenda terraza bajo las grandes sombrillas.

Pequeño café sin pretensiones, idealmente situado frente al puerto, en el que se puede disfrutar plenamente de la vida portuaria desde su bonita terraza, muy agradable cuando hace buen tiempo. La carta propone platos de marisco sencillos y familiares: arenques preparados según recetas variadas, salmón y lenguado de la zona, gambas, etc. Dos agradables comedores situados en grandes verandas, totalmente acristaladas como invernaderos, ofrecen un espacio muy luminoso y acogedor, más aún cuando se acerca un chaparrón o cuando el viento se autoinvita a su mesa.

Situado en el KIB, el centro cultural del barrio de Amager, es un local de moda especialmente concurrido los fines de semana. Perfecto para tomar el brunch con unas impresionantes vistas de los edificios de cristal de Kalvedod Brygge y sus reflejos en las aguas del puerto. Aquí encontrará la terraza más bonita y espaciosa de Copenhague. Elegante arquitectura contemporánea. El interior es igual de agradable, con enormes ventanales que dejan entrar la luz a raudales. Los platos son sencillos pero muy buenos.

Ubicado en el Museo de los Trabajadores, este café "a la antigua", que existe desde 1892, sirve un excelente smørrebrød, bellamente dispuesto en forma de bufé, y especialidades danesas como el tradicional crumble de ruibarbo con nata montada(rabarberkage). Es aún mejor si se acompaña con una cerveza local de la fábrica Braunstein Todo ello en un ambiente de fin de siglo. Cuando hace buen tiempo, vuelve a funcionar una furgoneta de smørrebrød, muy popular en la ciudad en los años veinte y treinta. ¡Tome asiento en las mesas de los carpinteros!

En una calle residencial de Østerbrogade, esta carnicería y charcutería hace las veces de restaurante. Su especialidad es la carne roja: turnedós, entrecots, costillas de ternera, etc. La carne es 100% danesa y ecológica. Cada pieza de ternera se sirve con verduras de temporada y una salsa cremosa. Para su información, Gourmandiet fue reconocido en 2015 como uno de los cinco mejores carniceros del mundo por el Wall Street Journal. Los vegetarianos también pueden disfrutar del bufé vegetariano en un local con una decoración muy original.

Una microcervecería muy agradable situada a dos pasos del Barrio Latino, en la plaza Rådhuspladsen, en un bello edificio del siglo XVII. Ha surgido un nuevo concepto: «la nueva cocina cervecera danesa». ¡Un aplauso! Se trata de sabrosa cerveza elaborada en el propio local y gastronomía tradicional. Empezamos con una visita a las instalaciones y luego pasamos a la mesa. En el menú: ostras, salchichas a la parrilla, ternera madurada... No han olvidado a los vegetarianos, con un menú especialmente confeccionado para ellos. Disfrute de una cocina de temporada magníficamente elaborada.

Quizás los bocadillos más baratos de Copenhague: de hecho, siempre hay una larga cola frente esta pequeña tienda cerca de Huset/Use-it. Ofrecen una veintena de sándwiches clásicos o vegetarianos preparados cada día en un santiamén. El concepto nació hace veinte años tras un viaje a Italia para darse un festín de paninis. Los dos amigos pensaron entonces: ¿por qué no elaborar en Dinamarca bocadillos frescos, sabrosos y caseros? Abrieron un segundo local en Torvegade 29, en el barrio de Christiania, por si quiere comer algo en esa zona.

Antiguo bar de ostras cuando el mercado de pescado estaba en pleno apogeo en la plaza, este restaurante de pescado y marisco se fundó en 1910. Está ubicado en una magnífica casa del siglo XVIII, decorada con grandes espejos y murales pintados en 1880 por un tal Valdemar Andersen. Una dirección chic y atemporal donde degustar ostras y marisco, sopa de pescado o bogavante, lenguado o rape, salmón ahumado... en un ambiente refinado. Excelente bodega y servicio impecable sobre manteles blancos iluminados por velas. Un restaurante romántico.

Hace mucho tiempo que la «Pequeña Farmacia» de 1720 se convirtió en un café-restaurante, cuyo encanto se debe en parte a la decoración original que se ha conservado. Antaño, numerosas personas frecuentaban la sala del sótano, apenas iluminada por pequeñas ventanas emplomadas y venerables quinqués. Entre los asiduos ilustres estaba Andersen, que venía aquí cada día en 1854. ¡Se dice que escribió El patito feo mientras disfrutaba de su arenque con alcaparras! Y, por supuesto, la cocina es típicamente danesa y se basa en el pescado.

Amantes de la carne, aquí tenéis vuestro restaurante: la cadena danesa de la buena carne a precios asequibles. Desde hace casi treinta años, estos restaurantes ofrecen un entorno cálido inspirado en la arquitectura tradicional, donde a los daneses les encanta reunirse para grandes y pequeñas ocasiones. Aquí, la carne de vacuno es el rey, asada a la parrilla y preparada con una selección de salsas, incluida, por supuesto, la siempre popular bøf béarnaise. A tener en cuenta: la salsa bearnesa que se elabora aquí es curiosamente dulce. Servicio profesional, diligente y sonriente.

¿Busca aire fresco y un ambiente animado? El Café Caramel es conocido por su amplia terraza, donde podrá disfrutar de un café o una copa al sol. Para los más golosos, el café ofrece a sus clientes un menú para el brunch en verano, pero también una serie de platos contundentes y variados. Ensaladas, carnes, pastas, hamburguesas y verduras a la sartén satisfarán a un amplio abanico de clientes, incluidos los vegetarianos. Debido a la gran afluencia de público, puede esperar un poco a pesar de la diligencia del personal: no dude en reservar.

A un tiro de piedra del puerto, Ø-Cafeen es un establecimiento que no hay que perderse. En el menú hay una amplia selección de perritos calientes daneses generosamente adornados, o el smørrebrød casero de Ingelise. Otras especialidades de la carta son los platos calientes al estilo kebab, algunos con carne de ave, y la ternera servida con patatas. Si está lloviznando, la sala es acogedora gracias a sus grandes ventanales. Cuando hace buen tiempo, puede sentarse bajo una sombrilla en la terraza, protegida del mar por un cortavientos. Para comer in situ o para llevar.

Krambúðin es un lugar híbrido donde se puede encontrar hermosa ropa de lana y artesanía. También puedes disfrutar de una taza de café y un pastelito.

Un antiguo hotel balneario reconvertido en restaurante, o más bien en posada. Es el tipo de lugar que nos encanta, con un ambiente auténtico, suave, sereno y un poco fuera de tiempo. En un entorno rural, junto a un lago, con una largo pontón de madera que se adentra en el agua. Atractivo edificio blanco y habitación con techo bajo. Para comer, cenar o simplemente tomar un café por la tarde junto al agua. Cocina danesa sencilla y gustosa, muy bien presentada en el plato.

Lo de este pequeño restaurante, que funciona más bien como el comedor de una casa de huéspedes, fue amor a primera vista. Está ubicado en una bonita casa de madera blanca a orillas del lago Esrum, al que se accede por un largo pontón de madera. La terraza también da al agua, donde chapotean los cisnes... Idílico y muy escandinavo: manteles blancos, velas, ramos de flores silvestres. La cocina es a la vez sencilla y refinada, y la acogida cálida. El pequeño extra es el relajante paseo por la orilla del agua. No se pierda el cobertizo para botes.

El hotel dispone de treinta habitaciones. Los precios incluyen el desayuno. Hay aparcamiento gratuito. El hotel tiene dos restaurantes, populares entre los marineros, con vistas al puerto. No hay ascensor, pero hay habitaciones en la planta baja.

Muy cerca del fiordo, en el centro de la ciudad, hay un pub tan típico que es prácticamente una institución. En cualquier caso, el Roykstovan existe desde 1974. Es fácil de reconocer: es una casa dividida en dos partes, la superior pintada de verde y la inferior con un bonito fresco que ilustra los paisajes de los alrededores. La gente viene aquí a disfrutar de una fëroyar, la cerveza local, mientras ven un partido o en las noches que hay concierto. También programan veladas de concursos, aunque en este caso es mejor dominar el feroés. El buen ambiente está garantizado.

El restaurante Ruts se encuentra en el hotel Føroyar. Por las vistas, por el entorno, pero también por su refinada cocina gourmet, que incluye platos de pescado pero también un enfoque muy vegetal. Un festín para la vista y una delicia para el paladar

Situado en el hotel Hafnia, el restaurante es famoso en todo el archipiélago por su cocina sabrosa y refinada, la esmerada presentación de sus platos y su servicio impecable. Si solo quiere picar algo, vaya al Café Kaspar. Tendrá la oportunidad de probar algunas especialidades muy locales, como el frailecillo en salsa. Las vieiras son excelentes. Los domingos podrá disfrutar de una comida típicamente feroesa a precios muy razonables. Además, podría pasarse por la sauna.

Etika, situado a tiro de piedra del café Natur, bajando hacia el puerto, sirve excelente sushi y sashimi. Es bastante original, con su arquitectura de madera negra y su césped. Parece una caja en la acera, con grandes ventanales para apreciar mejor la delicadeza de los platos. La cocina japonesa ocupa aquí un lugar de honor, y también es una oportunidad para comer salmón o bacalao de la zona. El entorno es agradable y luminoso.

Es difícil no caer rendido ante el encanto del café-restaurante Sommer: un bonito edificio de ladrillo, una preciosa terraza soleada protegida del mar, cocina danesa gourmet con un chef inventivo y un equipo joven y dinámico, una terraza íntima pegada a la roca, un interior pequeño y acogedor, sencillo y ordenado, sin adornos innecesarios... Igual que la comida: bonita, buena, sencilla y eficaz. Pescados y carnes. Le Petit Futé se lo asegura: ¡le va a encantar!

Este gran restaurante de estilo cantina situado en el paseo marítimo es inmediatamente reconocible por su inusual chimenea blanca que llega hasta el cielo. Para el almuerzo y la cena, ofrecen deliciosos bufés de pescado ahumado, traído directamente del ahumadero, en funcionamiento desde 1898. Le encantarán las especialidades de la isla: arenques al curry o marinados, rollmops, anguila ahumada, caballa ahumada, gambas, albóndigas de pescado, etc. Muchos otros restaurantes de este tipo ofrecen menús similares. El restaurante también tiene tienda.

Reconocibles en su tejado negro que termina con una larga chimenea blanca, algunos røgeri albergan pequeños restaurantes donde se pueden comer productos del mar barato. Las mesas de madera están fuera, a veces se propone un bufé de pescado. Se encuentra cerca de los puertos de Gudhjem, Allinge y Snogebaek, en Arnager (entre el aeropuerto y Boderne) o en Aakirkeby.

En el puerto de Kolding, este cotizado restaurante ha hecho del pescado su especialidad. El Admiralen se construyó en 1903 y funciona desde entonces. El local y las instalaciones se han ido renovando continuamente, en consonancia con la historia del lugar, del puerto y de los barcos que lo rodean. Una verdadera delicia en el plato, con sopa de pescado o de cangrejo y ostras asadas como entrantes, y langosta, solla o mejillones como platos principales. Algunos platos de carne satisfarán a los alérgicos al pescado.

Conrads abrió sus puertas en la Smidste Gård, que también alberga el Museo de Vejle y tiendas de antigüedades y regalos. Cuenta con un patio empedrado con paredes ocres con entramado rojo y una hermosa casa de mercaderes de principios del siglo XIX en el corazón de la ciudad. El café muestra una decoración sobria, con sorprendentes suspensiones de cobre sobre las mesas, muy al estilo de los pubs ingleses, y las paredes cubiertas con antiguas vistas panorámicas o de monumentos de la ciudad. En el menú: platos de bistró y sándwiches. Servicio en la terraza cuando hace buen tiempo.

Reconocible por su fachada amarilla con una gran entrada saliente. Situado en la plaza del museo de la ciudad, el ambiente de este café es agradable y relajado. En la planta baja, un bonito salón se abre a una amplia terraza, y en la primera planta se encuentra la barra para hacer el pedido, rodeada de algunas mesas a ambos lados. Está decorado con antiguos carteles publicitarios. La clientela es variada. Hay una buena selección de vinos y cervezas. El local es muy luminoso gracias a los grandes ventanales, y acogedor por la noche.

Entre las hileras de las casetas de los pescadores (todas pintadas de rojo vivo), donde el pescado se vende al detalle, hay un pequeño restaurante que es uno de nuestros favoritos. Hasta la noche, en las mesas de madera que dan al muelle se puede disfrutar de un bufé de pescado fresco cocinado al estilo tradicional, acompañado de una cerveza y contemplando los barcos suecos, alemanes, noruegos y daneses, en los que los navegantes también aprovechan el buen tiempo. ¡Es un lugar al que querrá volver una y otra vez!

Bienvenido a bordo. Nos hemos enamorado de este restaurante situado en el puerto, en un antiguo buque escuela holandés. Lleva el nombre de la princesa Juliana de Holanda, que reinó entre 1948 y 1980. Inaugurado en 1980, este establecimiento típicamente danés (con suelos de parqué de caoba y banquetas de cuero) ofrece cocina danesa de inspiración francesa. El lugar ideal para una cena romántica. Disfrute de las vistas sobre el fiordo desde la comodidad del puente de mando, la sala más alta del barco. Las vistas desde aquí son realmente únicas.

Una pequeña calle peatonal repleta de restaurantes de todo tipo (y de un club de striptease en toda regla...); aquí encontrará lo que busca. Cuando hace buen tiempo, las terrazas que dan a la calle adoquinada invitan a sentarse. Si durante el día predomina el ambiente más familiar, por la noche cambia por completo, es mucho más festivo y bullicioso. En cuanto al nombre de Jomfru Ane, procede de la historia de una lugareña acusada de dirigir una escuela de brujas. De noble cuna, no fue quemada viva, sino decapitada...

En la esquina de dos calles peatonales, Humlechock le da la bienvenida con buen humor. Es un local para comer o tomar una copa sin arruinarse, en un ambiente de pub joven y jazzy. Confortables banquetas invitan a sentarse alrededor de mesas cubiertas con manteles. Alargado con una terraza, el interior se caracteriza por una gran barra larga y redondeada de zinc y asientos de cuero, ¡negro por todas partes! La carta ofrece platos sencillos (hamburguesas, ensaladas, sándwiches...) pero muy bien presentados, y una selección de nueve cervezas de barril.