Gastronomía especialidades locales y vinos Dinamarca

Estos dos grandes salones de cristal instalados en la casa cuadrada: uno alberga puestos de productos frescos para comer o para ofrecer, comida, manjares para picar, oler, decorar... Y, por otro lado, puestos donde se puede comer. Dependiendo de su preferencia, puede comer en el interior o en el exterior. Calidad, elección, colores, muchos sabores de aquí y de otros lugares (Francia, Italia, India...). ¡Qué felicidad! Para hacer absolutamente. Ideal si estás en un apartamento.

Este salón de té inaugurado en 1870 por iniciativa de un joven pastelero, Nicolaus Henningsen, sigue siendo una institución en Copenhague. Con sus paneles de caoba, sus vitrinas a la antigua y su mostrador de latón, es un establecimiento de visita obligada en el país de los dulces. Podrá probar la especialidad que da energía, el sportskage o «pastel del deportista». Comprenderá enseguida que necesitará mucho aliento para acabarse los generosos y cremosos trozos que sirven. El helado es, obviamente, una de las especialidades que hay que probar. Si está a dieta, la fachada de la tienda es suficiente para alegrarse la vista.

En cuanto vea el escaparate se le hará la boca agua. Buka es una pequeña panadería situada cerca de Kongens Nytorv. Una modesta tienda con techo alto y unas cuantas mesas de bistró, una trastienda con obradores de pan y una diminuta cocina abierta con una magnífica barra de cobre donde los clientes pueden sentarse a ver trabajar a los chefs. Es relajado, el lugar perfecto para disfrutar de un tentempié con una copa de vino o una cerveza artesanal, o para una merecida pausa para picar algo después de un ajetreado día de visitas.

Todo empezó con una historia de amistad entre dos colegialas de la isla de Bornholm, Tina y Charlotte, a las que se les ocurrió la idea de elaborar estos deliciosos caramelos de fabricación local. Los hay de todos los sabores. Tras practicar en su cocina y encontrar por fin la técnica adecuada, abrieron su taller-tienda en 2006. Los caramelos tienen nombres originales: rocking stone o granito para los caramelos duros; summer flirt (coqueteo veraniego), touch of sun (toque de sol) o dusk (atardecer) para los blandos.

Vinborsen es una tienda delicatessen para gourmets. Su amplia selección de productos le inspirará para traerse un recuerdo gourmet de su viaje a Copenhague. Está especializada sobre todo en licores, tés y chocolate. Aunque los productos internacionales ocupan un lugar destacado, no se pierda las especialidades danesas. A saber, las distintas cervezas: Amager Bryghu, Fanø, Man behind, Hvide sande o Skagen. Y los amantes del cacao pueden optar por los chocolates daneses Summerbird, chocolates ecológicos que se elaboran desde hace treinta años, presentados en delicadas cajas blancas.

Una delicatessen con un concepto epicúreo... ¡Francés pero no sólo! En los estantes, una amplia selección de vino, pan fresco, queso y otras delicias nacidas de la experiencia artesanal. Una cálida decoración inspirada en las tiendas de antes de la guerra, las bodegas y la despensa de las cocinas traseras donde era bueno robar algo para picar Daniel Letz, nativo de Alsacia, puso sus conocimientos sobre el ahumado al servicio del salmón y el arenque de la casa. Se organizan regularmente degustaciones de convivencia alrededor de la larga mesa de la granja.

La decoración es la de una cafetería a la antigua usanza: paredes de ladrillo, techos de madera, iluminación tenue y sillones anticuados pero reconfortantes, igual que el café que sirven. Su especialidad es un espresso 100% arábica: Sweetmocca. Notas de caramelo, miel y almendras tostadas. Es una mezcla de tres países: Etiopía, Guatemala y Brasil. Situado junto a la estación, este café es frecuentado sobre todo por estudiantes. Le recibirán con una sonrisa. Podrá disfrutar de tartas de queso, tartas de fresa y batidos, sin olvidar una amplia selección de tés.

La «lonja de pescado», en funcionamiento desde 1958 hasta su cierre en 1999, es un enorme centro comercial, el tercero más grande de Dinamarca. En varios niveles, hay 120 tiendas de todo tipo (incluido prêt-à-porter), un multicine IMAX y CinémaxX con doce pantallas y quince establecimientos de comida clásica y rápida. En el atrio, una enorme escultura, Shoal nº 8, formada por 8500 piezas de acero, recuerda la antigua actividad del lugar. Es obra del estudio Scabetti. Una visita obligada aunque no le guste ir de compras.

Esta fábrica de chocolate existe desde 1923, e incluso hoy en día los bombones se elaboran en las propias instalaciones. Una dirección gourmet dirigida por Tina Jacobsen. Ofrecen una selección de chocolates clásicos, así como muchos nuevos. La especialidad de la casa: la bola de nieve, con una base de gofre y un poco de nata fresca... ¡solo un poco! Una idea cuando menos original: ¡puede comprar su propio árbol de cacao de su plantación colombiana! Es una forma estupenda de apoyar a los agricultores locales y darse un capricho al mismo tiempo. En la cafetería contigua sirven chocolate caliente y helados.

Amantes de la comida, ¡no se lo pierdan! Una dirección inspirada en los recuerdos de postres de la infancia. Una magdalena francesa sin Proust Podrá admirar los deliciosos pasteles en el escaparate y disfrutar de un delicioso momento de indulgencia. Aquí podrá disfrutar de pasteles con un toque especial. A Le Petit Futé le encantó la Dolce tentation: un shortbread de crema Alpaco de pistacho y chocolate con ganache de azahar y pistacho. ¡Imposible resistirse! Para un tentempié o un almuerzo, elija la opción bistro.

Se dice que esta pequeña panadería del corazón del Barrio Latino es la más antigua de Copenhague. Siempre han preparado bollería típica y diversos tipos de pasteles para llevar. La especialidad de la casa es el tebirke, un brioche hojaldrado relleno de mazapán y espolvoreado con semillas de amapola. Pero solo los miércoles se puede probar el onsdagssnegle, un delicioso rollo de canela. No se preocupe, no será el único que haga cola fuera. ¡Cada miércoles se venden más de cuatro mil!

Ambiente retro y mucha gente. No es fácil encontrar esta dirección algo perdida en la isla de Amager. Pero verá a muchas familias con sonrisas en sus rostros, exhibiendo helados gigantes. ¡Sigue la cola! Una dirección abierta todo el año. Además de los sabores ligeros y afrutados del verano, el otoño y el invierno ofrecen sabores más cremosos, como el helado de Baileys o el sorbete de champán. Helados ecológicos, sin aditivos y de calidad, para degustar en la terraza o en el bonito salón decorado con brillantes azulejos verdes Ambiente sesentero garantizado.

Tres locales en Vesterbro y Nørrebro para deleitarse con un nuevo tipo de helado. Nicecream Copenhagen, fundada en 2015, elabora helados vegetales. Sí, son helados 100 % veganos elaborados con leche de coco ecológica, azúcar de caña ecológico e ingredientes de alta calidad. Pero eso no significa que las bolas no sean cremosas y sabrosas. Hay seis sabores clásicos y uno de temporada. Los reconocerá por su logotipo: ¡un simpático oso panda con un gorro de Papá Noel en la cabeza!

Cuando pasees por Vesterbro, te llamará la atención el cartel de Siciliansk Is. Y con razón: hay mucho para salivar. Una mano sosteniendo un cucurucho de helado señala... una heladería. Una heladería danesa inspirada en sabores sicilianos como la mandarina, el limón y las almendras, deliciosos a más no poder. Le encantará el helado de azafrán, rosa, pistacho, ralladura de limón y aceite de oliva. Pero no se olvida de los sabores locales: koldskaal (yogur fresco que se toma cuando hace buen tiempo) o los inevitables lakrids (regaliz).

Amplia selección de cervezas, vinos y licores.

No tiene pérdida: la fábrica de cerveza está al otro lado de la terminal del ferry, cerca del museo, con su emblema pintado en todo el lateral: un carnero visto de frente. Puede visitarse. Es la mejor cerveza del archipiélago. En 1883, Símun F. Hansen fue a Dinamarca para aprender el arte de la elaboración de cerveza. Cuando regresó a las islas Feroe en 1888, creó su propia fábrica de cerveza en Klaksvík, la segunda que se estableció en el país. La primera era Restorffs Bryggjarí. Desde 2009, tras abrir una oficina en Reykjanesbaer, la empresa empezó a exportar sus productos a Islandia.

Es el establecimiento del monopolio estatal. Los feroeses pueden comprar aquí licores y vino, y los turistas, algunas cervezas locales de mayor graduación que las de la ciudad. Las islas Feroe tuvieron el período más largo del mundo de ley seca, de 1907 a 1992. En 1985, un referéndum nacional sobre el comercio de cerveza y vino y la venta de licores abolió la prohibición. No obstante, el comercio estatal sigue existiendo para prevenir el alcoholismo. La edad mínima legal para comprar alcohol es de 20 años, y es una ley que no debe tomarse a broma.