Restaurantes cocina del mundo Dinamarca

Esta pequeña posada data de principios del siglo XVII. El mismo propietario regenta el hotel Dagmar. Sirven excelente cocina danesa. Cuidado con la cabeza: la casa está dividida en varias habitaciones pequeñas con suelos irregulares y techos artesonados muy bajos. El mobiliario y la decoración son un revoltijo de antigüedades auténticas (estufa de azulejos, reloj antiguo, grandes armarios, aparadores, vitrinas, etc.). Un pequeño patio permite comer al aire libre, entre viejos muros de ladrillo. Este establecimiento también funciona como hotel.

En pleno centro de la ciudad, pero rodeado de viejos árboles y verdes prados, Orangeriet está situado en un extremo de los Jardines Reales, ocupando un antiguo invernadero. Un entorno romántico donde sirven una gastronomía inspirada en la cocina clásica danesa y europea. Una comida o cena de primera clase en un ambiente tranquilo, servida en el elegante y luminoso comedor, iluminado por grandes ventanales y engalanado de blanco desde las sillas hasta las lámparas del techo, o bien en la gran terraza con vistas a los jardines. Platos que navegan entre la tierra y el mar para satisfacer su paladar.

Varias veces elegido «mejor restaurante del mundo», el Noma no necesita presentación. El chef René Redzepi está al frente de esta versión 2.0. Su cocina es muy elaborada y creativa, con productos cultivados o pescados ¡a un máximo de cien kilómetros a la redonda! y productos olvidados desde hace mucho tiempo. Para este «chef-mago-revelador de sabores», todo es comestible: la tierra, los insectos, el musgo de los árboles... y a menudo se comen crudos. En 2024 el Noma cerrará sus puertas, ¡dispuesto a crear una nueva versión de la cocina contemporánea!

Kokkeriet exhibe discretamente su estrella Michelin. Tras los fogones hay un gran equipo de jóvenes entusiastas dirigidos por el no menos joven chef Morten Krogholm. Y si quiere, además de disfrutar de una cocina de altos vuelos, puede contribuir a cocinarla... ¡dos jueves al mes! ¡Deliciosos manjares! Sabores típicamente daneses pero inspirados en los productos de temporada, con una clara inclinación por lo crujiente... las semillas y las flores. Belleza, ¡pero sobre todo excelencia en boca!

Un ambiente acogedor para disfrutar de la comida. Siéntese en los cómodos bancos tapizados alineados a lo largo de la pared. Apoye los codos en las mesas cubiertas con manteles blancos y cuidado con las modernas lámparas colgantes que quedan un poco bajas sobre su cabeza. Comerá especialidades danesas, como el habitual smørrebrød, pero también sopa de cebolla, sopas gratinadas, carnes estofadas o mejillones con patatas fritas... Alma también ofrece tres brunch gurmé. Un lugar estupendo para reunirse con los amigos.

Esta taberna del centro de la ciudad, inaugurada en 1929, se acerca a los cien años de buen y sabroso servicio El ambiente de antaño está garantizado en Le Sans Souci. Madera oscura, fotos antiguas, bodegones colgados de las paredes, manteles a cuadros y sillas de bistró, luces tenues que le transportarán en el tiempo para tomar un bocado. Smørrebrød y otras recetas típicas para servirte. Lo más inteligente si quiere probarlo todo es compartir el copioso plato casero. Incluye: arenque marinado, gambas rosadas, asado y terrina de cerdo, ensalada de pollo y queso.

Arken significa «El Arca». Es un edificio apasionante que visitan cada año muchos estudiantes de arquitectura. Se basa en los principios de la construcción naval, con cubiertas superior e inferior conectadas por una escalera. También hay un puente de mando exterior. Además de ofrecer unas vistas únicas de la bahía de Køge, es un restaurante muy popular. Especialidades danesas (arenques, sopas, gambas), marisco (en verano) y pescado del día. La terraza con vistas al puerto es muy agradable.

No tiene pérdida: es una casita con tejado cubierto por la hierba que se asoma al llegar desde la terminal de pasajeros, sola en medio de la calle. Sigue el modelo de los cafés daneses, es decir: se puede beber y comer platos económicos aromatizados con eneldo en un ambiente acogedor. La sala no es muy grande, lo que facilita el contacto. El público es muy variado. Aquí disfrutará de un ambiente relajado y acogedor, mientras escucha un concierto los sábados por la noche, cuando la cerveza fluye a raudales. O, cómo no, tomarse un chupito de aquavit al más puro estilo isleño.

Verá este local desde lejos con su bella fachada roja a dos aguas y su juego de curvas y contracurvas realzado por el blanco en una plaza arbolada. Dirigido por una asociación de parados, el Café Paraplyen está abierto a todos. El ambiente es agradable, con espejos antiguos, paredes luminosas y velas en las mesas, con grandes ventanales que dan a la calle. Pero no espere tomarse una cerveza o un vaso de vino aquí, ya que el lugar no dispone de licencia para servir alcohol. Sin embargo, los amantes del café apreciarán sus precios tan baratos.

Una casa con entramado de madera y un letrero oscilante con una foca feliz. En el interior de este edificio protegido, de cuatrocientos años de antigüedad, se respira un ambiente acogedor. Aproveche el jardín interior o la pequeña terraza a orillas del río Å. El menú incluye pescado fresco (solla, arenque o gambas). Pruebe el baksuld, especialidad de Jutlandia occidental: salazones secas y ahumadas servidas con pan de centeno y huevos revueltos. Antiguamente, el pescado se cocinaba sobre brasas, envuelto en papel de periódico.

Skovmøllen es un molino de viento de 350 años de antigüedad situado en medio del bosque de Moesgård. Un lugar romántico bajo un tejado de paja: el entorno es idílico. La comida es muy danesa, con una presentación cuidada y decididamente moderna —con nuevos sabores—, y da prioridad a los productos locales de temporada. El restaurante está dirigido por Rune Aaby y su joven y dinámico equipo. Se trata de uno de nuestros locales favoritos, que combina el pasado y la arquitectura tradicional con una cocina contemporánea y gourmet. El brunch del fin de semana es un auténtico festín. Se recomienda reservar.

Antigua posada del siglo XVIII donde cada otoño se celebra la caza. El edificio fue una pocilga, un establo y una oficina de correos antes de convertirse en restaurante en 1945. Los propietarios han conservado las tradiciones y el ambiente típico de la región de Fionia a través de la encantadora decoración del comedor y la fusión de sabores de los productos locales de su huerto. Hoy en día, podría clasificarse como una posada rural gourmet. Todo te sumerge de inmediato en el pasado y en la frescura de los platos que se degustan en el comedor o en el jardín. Más bien de lujo.

¡Bajo el reloj! Así se llama este establecimiento donde sirven platos tradicionales acompañados de cerveza casera y smørrebrød a la antigua. Un ambiente familiar y acogedor. Solía ser el lugar favorito de los trabajadores, que venían a comer aquí con sus familias y amigos. Los clientes habituales tenían su propio vaso marcado con su nombre. Uno de ellos era el pintor y escritor Hans Scherfig, que rara vez tenía para pagar, así que dejaba uno de sus cuadros como garantía. Hoy, sus obras se exponen en museos... ¡y también están en las paredes del restaurante!

Un lugar cargado de historia y con más de 250 años de antigüedad. El marco es encantador y el servicio esmerado y profesional. Manteles de cuadros verdes y blancos, colgantes florales de cristal de estilo Art Nouveau, paneles de madera en las paredes. Un toque de nostalgia se apodera de uno al entrar en este restaurante que ha hecho las delicias de tantos comensales desde 1761. Es perfecto, sobre todo porque disfrutará de la cocina típicamente danesa, incluidos los famosos smørrebrøds o los frikandel servidos en sartenes directamente a la mesa. Le recomendamos reservar los fines de semana, ya que es un establecimiento muy popular.

Un pequeño pero amistoso establecimiento, situado justo en frente de la Iglesia de Mármol, ¡de ahí su nombre! La habitación es, como siempre, medio sótano. Dentro, hay algunos mostradores a lo largo de la pared, pero sobre todo una larga mesa donde los invitados pueden compartir su comida. La dirección es frecuentada principalmente por sus pizzas basadas en productos 100% orgánicos de comercio justo. ¡Probablemente el más barato de la ciudad y ciertamente entre los mejores! A la carta, con hermosas y abundantes ensaladas y sándwiches bien rellenos. ¡Bienvenida amistosa!

Este albergue atraerá a todos aquellos que quieran probar la cocina tradicional danesa... y eso significa arenques! A la hora de comer, el bufé es una opción económica, ya que permite probar las diferentes recetas, unas diez en total, servidas con patatas pequeñas, pan de centeno y mantequilla. Por último, no hay nada como un vaso de aquavit para redondear una comida danesa digna de tal nombre. La casa dispone de una veintena de aguardientes afrutados o especiados. Cada año, en febrero, se celebra aquí el campeonato nórdico del arenque.

Restaurante de renombre que sirve una cocina de las islas y nórdica revisitada a base de cordero (a veces fermentado) y pescado. El encanto del lugar hace casi imposible no quedarse. El edificio es de arquitectura tradicional, con muebles antiguos, casi como si fuese una casa familiar. El servicio es acogedor y sonriente. Aquí encontrará sobriedad, autenticidad, y originalidad en la decoración y en el plato, sobre todo si le toca la mesa con forma de barco vikingo. En verano, la terraza ofrece una vista panorámica del puerto. En resumen, ¡le encantará!