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Una población compuesta

En cuatro décadas, una comunidad sin salida al mar que sobrevivía de la ganadería y la escasa agricultura se ha convertido en un moderno mercado turístico orientado a los servicios Estos cambios se ilustran con cifras demográficas espectaculares: de 5.000 habitantes en 1940, la población pasó a 35.000 en 1980, a casi 66.000 en 2000 y a más de 75.000 en 2010. En el momento de las últimas estimaciones (2022), ¡se situaba en 77.975 habitantes! Durante el siglo pasado, Andorra fue un refugio para las personas que huían de los regímenes fascistas, y luego un empleador, ya que la construcción y el funcionamiento de las nuevas infraestructuras necesarias para este nuevo dinamismo económico requerían una gran mano de obra. Por ello, los andorranos son actualmente minoritarios en su territorio: de los aproximadamente 78.000 habitantes, el 35% son andorranos, el 40% españoles, el 10% portugueses, el 7% franceses y el 8% de otras nacionalidades. También hay que señalar que la población andorrana es más bien masculina, ya que la mano de obra extranjera es tradicionalmente masculina, y la población extranjera está bien representada en el grupo de edad de 20 a 64 años, mientras que la andorrana es mayoritaria entre los menores de 20 años. Debido a la topografía montañosa del principado, el 88% de sus habitantes se concentran en zonas urbanas: Andorra la Vella, la capital, representa casi el 30% de la población total y su vecina Escaldes alrededor del 20%, y sólo las dos ciudades concentran la mitad de los habitantes del país. Las parroquias de Encamp, Sant Julià y La Massana también están bastante pobladas, mientras que las de Canillo y Ordino sólo representan el 7% y el 5% de la población total, respectivamente.

El catalán y el "espíritu andorrano

Los andorranos son poco conocidos en el extranjero y a menudo sufren la imagen de ser contrabandistas o habitantes de un paraíso fiscal. Si se le pidiera a un andorrano que se expresara, diría: "Pueblo cerrado pero amable, se caracteriza por ser muy solidario con sus conciudadanos y está dotado de un espíritu flexible de apertura hacia sus visitantes y, más particularmente, hacia sus vecinos, de los que desconfía y se protege igualmente. Fiel al lema del país "La unión hace la fuerza, tócame si te atreves" "el andorrano tiene el mérito de saber hacerse respetar en la vida como en los negocios. ».

Aunque en Andorra todo el mundo habla castellano y un buen número de franceses, la lengua oficial del principado sigue siendo el catalán, aunque la Cataluña española lucha constantemente por dar a esta lengua su papel oficial. A pesar de que los problemas entre los catalanes y los andorranos son considerablemente diferentes -sobre todo en términos económicos-, la identidad catalana une a las dos entidades, aunque sólo sea por su apego al único club de fútbol que les es querido: ¡el FC Barcelona!