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Preservar los entornos naturales

El Principado alberga tres espacios protegidos, que pretenden conciliar la preservación del medio ambiente con la acogida y la sensibilización de los ciudadanos.

Parque Municipal del Valle de Sorteny: situado al norte del país e integrado en el Parque Pirenaico de las Tres Naciones, protege cumbres, pero también humedales notables, clasificados RAMSAR. Se puede descubrir a través de sus senderos, pero también de su jardín botánico y de un centro de interpretación.

Valle del Madriu-Perafita-Claror: situado en el sureste del Principado y representando cerca del 9% de su superficie, este valle glaciar es Patrimonio Mundial de la UNESCO por sus paisajes culturales. Además de su biodiversidad, conserva los rasgos de una agricultura y un pastoreo ancestrales.

Parque Natural de los Valles del Comapedrosa: situado al oeste del país, alberga el pico más alto del país (Pico Comapedrosa). Existen senderos para descubrir estos magníficos parajes, que protegen una gran diversidad de flora y fauna.

El Principado y el cambio climático

El cambio climático en curso podría aumentar la vulnerabilidad del territorio andorrano, con una mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos (inundaciones, incendios forestales, corrimientos de tierras), todos ellos fenómenos que favorecen la erosión del suelo y la degradación de los entornos naturales, impactando tanto en la biodiversidad como en las actividades humanas. Ante esta situación, el Principado, que declaró el estado de emergencia climática y energética en 2020, se ha comprometido a alcanzar la neutralidad en carbono en 2050, de acuerdo con los Acuerdos de París. La hoja de ruta de Andorra incluye acciones en el ámbito de la eficiencia energética de los edificios y el desarrollo de la producción de energías renovables (incluida una red de calefacción urbana mediante cogeneración y fotovoltaica), que también contribuirían a reducir su dependencia energética.

Otros proyectos incluyen el de las "escuelas verdes". Se trata de un programa iniciado en 2010 cuyo objetivo es "ecologizar" el funcionamiento de la escuela (reciclaje, ahorro de energía, etc.), así como la enseñanza, mediante la inclusión de materias relacionadas con el medio ambiente y las buenas prácticas. El Principado también desea comprometerse en una gestión más eficaz de sus residuos, en un enfoque de economía circular. En cuanto a la agricultura, Andorra pretende diversificar su producción, con cultivos adaptados a sus condicionantes montañosos, con vistas a la resiliencia del territorio. Otro ámbito de mejora es el sector de los transportes, uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero. Andorra está iniciando acciones en favor de la movilidad blanda (bicicletas eléctricas) y la intermovilidad. El Principado es accesible en tren (Andorra - estación de L'Hospitalet o Latour-de-Carol) y autobús lanzadera. Las rutas a pie y en bicicleta permiten un acercamiento más auténtico y respetuoso al territorio. El Principado cuenta con una vía verde, el Camí Ral d'Ordino, que con el tiempo unirá Andorra la Vella y Escaldes-Engordany.

El país pretende implicar a los ciudadanos en su transición ecológica y energética. También se hablará del impacto del sector bancario andorrano, que se extiende más allá de las fronteras del Principado.