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Complexe touristique à Bora Bora © Mlenny - iStockphoto.com.jpg

Cuestiones políticas clave

Aunque la situación política en la Polinesia Francesa se ha estabilizado desde 2011, y más aún desde la llegada al poder de Edouard Fritch en 2014, algunas cuestiones como la independencia y el reconocimiento del hecho nuclear siguen siendo prioritarias en Fenua.

El 12 de diciembre de 2018 se presentó en el Senado un proyecto de ley orgánica para modificar el estatuto de autonomía de la Polinesia Francesa, creada en 2004. Entre las principales medidas previstas: la confirmación del "reconocimiento por parte del Estado francés del papel desempeñado por la Polinesia Francesa en el desarrollo de su política de disuasión nuclear, y el recordatorio de que sus consecuencias deben tenerse en cuenta en todos los ámbitos"; el establecimiento, en materia de función pública del Estado, de una "concordancia entre el régimen legislativo y reglamentario aplicable en la Polinesia Francesa, y el ámbito de competencias del Estado"; o la ampliación de la posibilidad de que la Polinesia Francesa "cree autoridades administrativas independientes en todos los ámbitos de su competencia" (y no sólo en el sector económico) para llevar a cabo misiones de regulación. Así, si el debate sobre la independencia pura ya no está en el orden del día, los esfuerzos del gobierno polinesio por flexibilizar su estatuto y ganar autonomía siguen siendo constantes.

En cuanto a la cuestión nuclear, François Hollande y Edouard Fritch sí firmaron en marzo de 2017 el "Acuerdo del Elíseo", preámbulo del futuro "Acuerdo de Papeete", pero a día de hoy sigue siendo papel mojado. Emmanuel Macron ha asegurado, no obstante, que mantendría los compromisos de su predecesor; sin embargo, los polinesios siguen esperando una firma oficial.

En su felicitación de Año Nuevo 2023, el Presidente Edouard Fritch reafirmó su deseo de "permanecer en la República para velar por nuestra libertad y beneficiarnos al mismo tiempo de la protección de Francia".

En 2023, el 52ᵉ Foro de las Islas del Pacífico previsto en las Islas Cook se refiere a la revisión de la Constitución de la Polinesia Francesa.

Nuevo impulso económico

Tras la crisis económica sufrida de 2007 a 2013, y la vuelta a la estabilidad política, el país ha iniciado por fin una recuperación del consumo, la inversión y las exportaciones. Según el Instituto de Estadística de la Polinesia Francesa, desde 2017, los ingresos por exportación han subido un 4,2% gracias al buen comportamiento de las perlas, los productos pesqueros (+3% en valor) y el noni (+30% en valor y volumen). Y este impulso se confirmó en 2018. En cuanto a la apertura de los cielos polinesios en 2018, llegó en el momento oportuno para impulsar el turismo. La llegada de las compañías internacionales French Bee y United Airlines aumentó considerablemente el número de plazas disponibles para Fenua (+40%, es decir, un total de 5.000 a 6.000 plazas semanales). El número de turistas había aumentado así un 6,6 % en un año; con 450 millones de euros de derrama anual en la economía polinesia en 2017, el turismo representa el primer sector de la economía del país.

Sin embargo, la crisis de Covid ha trastocado los datos turísticos y, por ejemplo, el tan esperado proyecto Village Tahitien, que pretende impulsar el turismo en la isla de Tahití y llegar a albergar unas 1.200 habitaciones adicionales, ha reducido sus ambiciones. En la actualidad, el turismo ha recuperado la senda del crecimiento, con un aumento del 11% en octubre de 2022, más que en las mismas fechas de 2021. El número de turistas sigue aumentando.

Por supuesto, este repunte económico estará marcado por los Juegos Olímpicos de 2024 con las pruebas de surf en Teahupoo, donde se iniciarán varias obras con motivo de esta cita deportiva.

Avances técnicos y sociales

El tendido del primer cable submarino entre Hawái y Tahití en 2010 ya había permitido un claro avance de la banda ancha en Tahití; en 2018, la puesta en servicio del cable doméstico Natitua supuso un nuevo salto adelante para la apertura digital del archipiélago. Diez islas de las Tuamotus y las Marquesas disponen ahora de banda ancha y pueden así acoger nuevas empresas creadoras de empleo. Este desarrollo de las telecomunicaciones también permite al país apoyar sus objetivos en materia de sanidad, educación, administración y desarrollo turístico y comercial.

Desde el punto de vista social, en los últimos años se han producido importantes movimientos sociales en torno a la reforma del sistema general de protección social (SGPS) y, en particular, de las pensiones - la Polinesia Francesa tiene su propio sistema de seguridad social -, pero el diálogo social se ha desarrollado bien en general. El salario mínimo se ha revalorizado en los últimos años, mientras que en realidad no había aumentado desde 2014. Así, en enero de 2021 era de 152.914 CFP/mes, es decir, 1.281 euros, en enero de 2022 de 155.973 CFP y en enero de 2023 de 169.153 CFP, es decir, un aumento de más del 8% en un año.

Desafíos medioambientales

Sin embargo, el progreso económico y el desarrollo del turismo en los últimos años están debilitando los ecosistemas. La proliferación del turismo en Bora Bora y Tahití ha provocado una alarmante despoblación de las lagunas, los pescadores se quejan cada vez más de la disminución de sus capturas y varios científicos dan la voz de alarma. Sin embargo, no siempre se siguen los planes de ordenación y gestión de las zonas lagunares, los planes de gestión de las zonas marítimas y otras cartas medioambientales..

Afortunadamente, si la naturaleza se conserva en casi todas partes es porque se han hecho esfuerzos para protegerla. Bora Bora, por ejemplo, se ha equipado recientemente con un sistema de tratamiento de aguas, y en todo el territorio se hace todo lo posible para evitar el vertido de contaminación en las lagunas. También se está estudiando la posibilidad de construir arrecifes artificiales para volver a sembrar los peces de la laguna con la ayuda de buceadores... Al mismo tiempo, el problema de la ciguatera surge cada vez que se rellena la laguna con tierra. Estas algas tóxicas se forman cuando los arrecifes son atacados, ya sea por ciclones o por actividades humanas. Pero también en este caso, conscientes de que su entorno es un verdadero atractivo turístico y, por tanto, económico, las autoridades presentan regularmente proyectos de protección de la naturaleza; en este sentido, varios atolones ya han sido clasificados como reservas naturales. Sigue existiendo el problema de la gestión de residuos, que aumenta a medida que el país se desarrolla..

Así pues, la cuestión ecológica se toma en serio, y las autoridades y los polinesios se preocupan por adoptar el comportamiento adecuado para salvaguardar su biodiversidad. Dicho esto, el medio ambiente es cosa de todos y cada uno puede actuar por su cuenta: nunca hay que descuidar el efecto colibrí. En 2021, Polinesia ha optado por alinearse con los 132 indicadores del Pacífico en el seguimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) a nivel local para facilitar el diálogo con sus socios al tiempo que contribuye a la promoción del desarrollo sostenible.

Recientemente, el Presidente Emmanuel Macron habló de su deseo de celebrar en Tahití la "Cumbre de un planeta para las islas", que tendrá lugar en el segundo semestre de 2023, para debatir los problemas y retos del calentamiento global para las islas polinesias, el tratamiento de residuos y las cuestiones relacionadas con la gestión del agua potable....