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El oficio

El Ariège es cuna de numerosos artesanos, todos ellos apasionados por su oficio. En el valle de Bethmale, los zuecos tienen una leyenda ligada a un joven pastor y una mujer enamorada... Los zuecos de Pascal Jusot (uno de los últimos fabricantes de zuecos de Francia) se fabrican con madera de nogal, haya y abedul. La fabricación de estos zuecos tradicionales del valle de Bethmale requiere habilidad y paciencia, desde el desbaste hasta el acabado. Otros artesanos fabrican objetos tradicionales de gran calidad con materiales y técnicas tradicionales: el trabajo del cuerno y los famosos peines, ideales para el pelo pero también para cepillar animales, ya que evitan cualquier forma de electricidad estática. La cestería, la cuchillería y la taxidermia son ejemplos típicos, pero no hay que olvidar que estos oficios también pueden ser innovadores. Representan un rico patrimonio basado en la diversidad y la autenticidad. En cuanto a los diseñadores, representan un mosaico de actividades diversas: sopladores de vidrio, ceramistas, diseñadores de muebles, jugueteros, torneros de madera, joyeros de diseño, etcétera. Dan forma a nuestro entorno estético creando elementos de moda y decoración.

¡Comamos!

Nòu, la marca de Ariège, creada por iniciativa de la Cámara de Agricultura, presenta a los productores y artesanos que han suscrito esta carta de calidad para poder optar al sello.

Empiece sus compras con una botella de Hypocras o Sambuc y, por qué no, una de las muchas cervezas locales de Le Bison o Saint-Girons. Por supuesto, se pueden encontrar charcuterías en todas las regiones de Francia, pero las del Ariège se caracterizan por su modo de elaboración: la mayoría de las veces, se secan gracias a la calidad del aire de montaña y a la humedad. En la Francia del siglo XIX, rara vez se utilizaba el término "salchicha seca", sino "salchicha del Ariège". Y, por supuesto, no olvide traer la salchicha de hígado (seca o fresca) que se hizo famosa por la canción infantil sobre el mercader de Foix que vendía hígado en la ciudad de Foix. Una tabla de embutidos suele ir bien con una tabla de quesos que llevan los nombres de los valles donde se elaboran: Bethmale, Moulis u otros productos como el Corre elaborado con leche de vaca, de cabra, de oveja o, por qué no, una mezcla de las tres Para acompañar todas estas delicias, saboree un buen vino de Ariège, Engravies, Lèze o Plantaurel. Para terminar con una nota dulce, los gourmets pueden elegir un crumble de manzana de Mirepoix o arándanos de los puentes del Pays d'Olmes, una de las muchas mermeladas de Jougla, copos de Ariège o unas galletas caseras. Seguro que en su equipaje hay sitio para unas cuantas latas de platos preparados por nuestros artesanos o chefs gastrónomos. Mounjetades (la cassoulet de Ariège), L'Azinat y su rouzolle (una especie de garbure, pero mejor), jamones, patés y, ¿por qué no, foie gras?