Los más bellos edificios religiosos Languedoc Roussillon

La abadía de Saint-André y sus Jardines Notables están frente a Aviñón. Al visitante lo recibe un vídeo explicativo y un circuito histórico le guía hasta las cocinas de la abadía. Desde allí se puede pasear por los magníficos jardines de balcones creados por Roseline Bacou. Estos jardines, etiquetados como Jardín Notable, están clasificados como Monumentos Históricos. Los jardines italianos y mediterráneos que rodean el palacio abacial del siglo XVIII ofrecen vistas panorámicas al palacio de los Papas y Alpilles.

En cuanto llega el buen tiempo, muchas actividades y exposiciones dotan de vida a los jardines. Los «Encuentros en los jardines», en primavera, entre paseo poético y bailes renacentistas con traje de época, le muestran los jardines bajo otra perspectiva. Desde finales de agosto hasta principios de septiembre, el Abbyac es una exposición de arte contemporáneo que se instala en los jardines durante unos diez días. Allí podrá encontrar ceramistas, artistas plásticos, pintores o vidrieros. Las visitas guiadas, con cita previa, le harán descubrir el palacio abacial y sus exposiciones permanentes.

El placer de realizar una excursión fácil hasta el Ermitage podría seducir a los paseadores, cuando los bordes del Gardon se llenan. Se trata de un sendero arbolado de km que tendrá acceso a la ermita de Notre Dame de Laval, un lugar ocupado desde la prehistoria, en la época galo-romana. Una capilla pre-romana después reconstruye a lo largo de los siglos, desde los siglos VIII a XIII. Ideal para los caminantes que apreciarán, durante el suave ascenso, el descubrimiento de la lira sombreada, los aromas de la garrilla, los cultivos de la meseta y el descanso bien merecido al santuario.

En el corazón de un bosque de encinas, encaramada en un espolón rocoso que domina el macizo de los Aspres, esta pequeña iglesia fue construida a finales del siglo XI por los campesinos locales. La riqueza del interior del priorato es deslumbrante. Los capiteles y las esculturas románicas de mármol rosa de Vilafranca de Conflent ilustran el arte religioso de los siglos X a XII de la región del Rosellón. Abundan los detalles: animales mitológicos estilizados, grifos, leones, serpientes, águilas con las alas desplegadas y toda una flora donde destacan las rosas y las hojas de acanto. La tribuna, especialmente notable, está considerada como el mejor ejemplo de escultura románica de la región catalana. El mármol del Conflent contribuye a engrandecer esta obra maestra sin firma realizada hacia 1150. Esta divide la nave en dos partes, una reservada a los canónigos y la otra accesible a los fieles. Con una balaustrada incompleta, la plataforma albergaba el coro.

Alrededor del priorato se ha instalado un jardín botánico de unas cincuenta hectáreas que invita a descubrir sus aromas. Los alrededores de Serrabona son también un lugar mágico para realizar estupendos paseos en el corazón de los salvajes Aspres: bosques, prados, pequeños arroyos… Este encantador entorno seducirá a los amantes de la naturaleza y, sobre todo, aquí encontrará un ambiente tranquilo y bucólico frente al bullicio de la costa. Una visita a Serrabona es la excursión perfecta para una tarde en familia. El lugar no deja a nadie indiferente.

Vestigios de la Capilla de los Pentents Azules en Marseillan en 1596, cuya fraternidad se disolvió hacia 1720.

Tras sufrir años y conflictos, la hermosa fachada barroca de la iglesia fue restaurada en 1984, revelando su belleza a los visitantes. En su interior se puede observar la presencia de piezas inscritas como Mobiliario Histórico como la pila bautismal del siglo XIX y el gran órgano construido en 1856 por Aristide Cavaillé-Colls. Sorprendentemente, el campanario de la iglesia se apoya en una antigua torre de vigilancia, lo que le confiere una silueta poco vista.