Gestión medioambiental de los grandes lagos

La ubicación de los Grandes Lagos, su proximidad a grandes bosques y sus abundantes recursos hídricos han favorecido la implantación de numerosas industrias depredadoras del medio natural: metalurgia, papeleras, químicas y automovilísticas. Las actividades residenciales y terciarias urbanas, así como la agricultura, también contribuyen a la degradación y contaminación de los ecosistemas. Concretamente, los efluentes acuosos y atmosféricos (procedentes de la lluvia ácida) se depositan en las aguas de los lagos y contribuyen a la contaminación de toda la cadena alimentaria: metales pesados, incluido el mercurio, microplásticos, hidrocarburos aromáticos policíclicos, nitrógeno, cianobacterias, contaminantes orgánicos persistentes, etc. En una muestra de grasa de beluga del estuario del San Lorenzo se encontró un cóctel de diferentes contaminantes. Desde 1978, los acuerdos entre Canadá y Estados Unidos han tenido como objetivo mejorar la calidad del agua de los lagos y del San Lorenzo y han dado lugar a programas de acción de varios socios para reducir la contaminación. Los resultados siguen siendo desiguales y hay que continuar con ellos. Los primeros ministros de Quebec y Ontario, así como los gobernadores de los ocho Estados americanos afectados, firmaron la Carta de los Grandes Lagos en 1985, con un anexo en 2001. El "Acuerdo sobre los recursos hídricos sostenibles de la cuenca de los Grandes Lagos y del río San Lorenzo", ratificado en 2005, se añade a este marco y sienta las bases de una gestión concertada entre los dos países.

Además de los Grandes Lagos, los parques nacionales

Los Grandes Lagos son también un mosaico de paisajes notables, zonas que se prestan a la contemplación y a las observaciones naturalistas, a los paseos a pie, en bicicleta o en canoa. Varios parques nacionales protegen estos ecosistemas excepcionales

Parque Nacional de Isle Royale: situado en una isla, es un verdadero remanso de paz que puede descubrirse en canoa o a pie. Este pequeño espacio natural hará las delicias de cualquier visitante que busque paz y tranquilidad. También alberga poblaciones de lobos y alces, que se están estudiando en el marco de un programa científico.

Pictured Rocks National Lakeshore: esta zona protegida situada al sur del lago Superior es recomendable para todos los amantes de la naturaleza. La mejor manera de explorarla es a pie o en kayak. La parte occidental ofrece magníficos acantilados de colores, mientras que la parte oriental se caracteriza por sus paisajes de dunas. Estos entornos albergan una flora y una fauna extraordinarias, como las aves, pero también los osos negros y los lobos.

Parque Nacional de las Islas Apóstoles: esta cadena de islas (21 en total) es un paraíso de cuevas, acantilados y bosques. Es una parada migratoria que alberga casi 300 especies de aves. Las islas pueden explorarse a pie o en kayak en los meses de verano.

El Parque Nacional de Pukaskwa, situado en Ontario, al noroeste del Lago Superior, también puede descubrirse a pie o en canoa. Hay muchos senderos para descubrir sus ecosistemas: las orillas de los lagos, los bosques. Para los más aventureros, recomendamos la ruta del puente colgante del río White.

En 2018 se creó una nueva zona protegida en Canadá, a orillas del lago Superior. Se trata de la Zona Protegida de la Bahía Negra, cuyo objetivo es proteger espacios notables: bosques, ríos y orillas de lagos, hábitats de especies de aves amenazadas, como el papamoscas oliváceo, el gorrión de Le conte, la grulla cenicienta o el pelícano americano. La flora de estos entornos también es frágil, como la orquídea conocida como malaxis de pantano.

Chicago: la ciudad jardín

Chicago fue concebida de forma poco natural, ya que sus constructores emprendieron un gran proyecto para drenar el subsuelo y construyeron los cimientos a más de 30 metros por debajo del lago Michigan. Además, la ciudad está elevada para evitar las molestias del agua desbordada. Desde la década de 2000, la ciudad trabaja con la naturaleza para convertirse en un modelo de ciudad verde. Su lema "urbs in horto " significa la ciudad en un jardín. En concreto, la ciudad ha avanzado hacia la creación de huertos comunitarios (jardines compartidos) y granjas urbanas, plantando árboles y reverdeciendo sus tejados. Esta acción de reverdecimiento, que dio lugar a otro apodo para la ciudad (Green roof city), fue sin duda la más emblemática y visible. Además, el Plan de Acción Climática de Chicago (CCAP), lanzado en 2008, establece el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% para 2050, en comparación con los niveles de 1990, mediante el aumento de la eficiencia energética de los edificios, la optimización del transporte y el uso de energías renovables. También pretende reducir los residuos y la contaminación urbana. Sin embargo, todavía hay que hacer muchos esfuerzos. Aunque Chicago es la segunda ciudad del país, después de Nueva York, por el número de sus espacios verdes (parques y jardines), un estudio realizado por el Distrito de Parques de Chicago reveló que en 2011 la proporción de espacios verdes por habitante era de 11m2, lo que es bastante bajo, ya que París, por ejemplo, se sitúa en 14,5m2. Entre los 570 parques municipales, recomendamos un paseo por Lincoln Park, que incluye un jardín botánico, pero también por Grant Park, situado a lo largo del lago Michigan, o por Jackson Park, para la observación de aves. Los planes de desarrollo de la ciudad incluyen objetivos de "infraestructura verde" y biodiversidad. Sin embargo, estos documentos no tienen valor jurídico, ya que no son oponibles a terceros. Otra cuestión es que no todo el mundo se beneficia de los huertos comunitarios, aunque algunos estén situados en barrios pobres. Los estudios demuestran que el movimiento de la agricultura urbana o "urban ag" en Estados Unidos beneficia más a las categorías socioprofesionales acomodadas, que se preocupan por una alimentación sana y equilibrada. En cuanto a la oferta "verde" de la ciudad, muchas señales son verdes: bicicletas de autoservicio, tiendas ecológicas y negocios, desde tiendas de comestibles hasta peluquerías, que favorecen los circuitos cortos y locales. Los visitantes podrán disfrutar plenamente del turismo ecológico.