Guía de viaje Requista

El municipio de Réquista, situado a 580 metros de altitud, ha sabido integrarse en un paisaje de verdor y valles. En el pasado, el pueblo era uno de los baluartes de la región de Ségala, donde los suelos ácidos sólo permitían cultivar centeno. Este es el origen del nombre Ségala. Fue a principios del siglo XX cuando el pueblo prosperó, gracias sobre todo a la llegada del... ¡ferrocarril! En efecto, el ferrocarril permitió transportar la cal para trabajar la tierra, y Ségala se cubrió entonces de cultivos variados. Pronto se demostró que la zona era ideal para la cría de ovejas y vacas, ya que los rebaños encontraban aquí alimentos ricos, variados y abundantes durante todo el año. La ganadería ovina se convirtió así en la principal fuente de riqueza de la Ségala. Aún hoy, la producción de leche y las ovejas son el corazón de la economía local, alimentando la industria quesera del Roquefort, cuyo 25% de la producción se elabora en Réquista. Pero el pueblo es también una ciudad antigua, fundada por Enrique II, conde de Rodez, en el siglo XIII. Lamentablemente, pocos edificios de esta época sobrevivieron a los ingleses y luego a las Guerras de Religión... Pero los amantes de las piedras antiguas pueden dirigirse más al Sur, a Lincou, para satisfacer su deseo de monumentos y descubrir un encantador pueblecito a orillas del Tarn, con sus calles empedradas y su escalinata excavada en la roca.