Guía de viaje Auroux

El pueblo está enclavado en el corazón del verde valle de Chapeauroux. Sus casas se aferran a la ladera y descansan sobre enormes bloques de granito. La plaza del pueblo conserva el mercado, con sus enormes pilares de granito, la fuente de granito con la estatua de Notre-Dame de Garonne y la pequeña capilla de los Penitentes, que recuerda que la localidad fue antaño sede de una cofradía. La procesión del Jueves Santo estuvo marcada por una ceremonia impresionante. Los penitentes avanzaban al ritmo de un canto fúnebre, con bonetes puntiagudos perforados en los ojos. Uno de ellos, vestido con una túnica roja y descalzo, portaba una cruz de cuatro metros de altura. La iglesia del siglo XI fue destruida en 1830 y reconstruida en 1870. Mucho más recientemente, Auroux fue uno de los primeros pueblos de Francia en electrificarse, gracias a uno de sus habitantes, Casimir Coze, que quedó prendado de la modernidad. Este apicultor de renombre, que incluso ganó el primer premio de miel en la feria de París de 1900, descubrió la electricidad en una de las ferias a las que asistía. Se llevó el principio a casa. En 1904 instaló una turbina en el Chapeauroux para iluminar su colmenar y su serrería, y en 1906 amplió la instalación a todo el pueblo. Los científicos Pierre y Marie Curie, con su hija Irène, alquilaron una casa de vacaciones en Auroux y elogiaron su aire puro. Su situación protegida y su proximidad al Chapeauroux atrajeron a veraneantes y pescadores.