iStock-1289615363.jpg
shutterstock_128255948.jpg

Agua: nada puede ir mal

El crecimiento demográfico de Las Vegas es impresionante: de 262.000 habitantes hace cincuenta años, la ciudad cuenta ahora con 2,8 millones, y se espera que supere los 3 millones en 2025. Todo ello en pleno desierto de Mojave, el más árido de Norteamérica Esta población creciente demanda cada vez más agua, pero los acuíferos y el lago artificial Mead se van agotando a medida que crece la población. Las capas freáticas, sobreexplotadas, se hunden y crean grietas, mientras que el nivel del lago Mead desciende año tras año debido al bombeo excesivo y a la falta de precipitaciones río arriba. Sin embargo, el lago Mead desempeña un papel vital, suministrando agua no sólo a la capital del juego, sino también a California y Arizona.

Para hacer frente a la crisis, cualquier medio es bueno. Las Vegas ha creado una Policía del Agua, , para rastrear el más mínimo despilfarro. Las fugas, el uso de aspersores automáticos fuera del horario autorizado y otras irregularidades son objeto de multas. Al fin y al cabo, son los residentes quienes consumen la mayor parte del agua, no los hoteles y casinos. También hay subvenciones para ayudar a los propietarios a sustituir el césped por plantas respetuosas con el desierto. El programa "Dinero por césped " ofrece incluso 3 dólares por cada metro cuadrado de césped eliminado

Clima: ¿la suerte está echada?

Los caprichos del tiempo son cada vez más inciertos, y el Valle de la Muerte no parte con las mejores cartas en la mano. Posee el récord mundial de temperatura más alta: 56,7°C en Furnace Creek en 1913. Pero el calentamiento global no hace más que empeorar la situación, hasta el punto de que Las Vegas batió su propio récord de temperatura durante la ola de calor extremo que barrió el Oeste americano en el verano de 2021, con 47,2°C registrados. Sin embargo, este récord está destinado a batirse, ya que Las Vegas es la segunda ciudad estadounidense que más rápido se calienta, según la ONG Climate Central. Desde 1970, la temperatura media de la ciudad ha aumentado 3,5°C. La única ciudad estadounidense que lo hace peor, Reno, también está en Nevada. El problema de Las Vegas se debe tanto a su clima árido como a sus grandes instalaciones. Los miles de sistemas de aire acondicionado contribuyen a calentar el aire, del mismo modo que las carreteras negras en medio del desierto absorben el calor.

Las Vegas apuesta por el medio ambiente

Sin embargo, Las Vegas está tomando numerosas medidas para combatir el calentamiento global, hasta el punto de haber obtenido la certificación de oro LEED(Liderazgo en Energía y Diseño Medioambiental). Este sistema pretende evaluar la eficiencia medioambiental de los edificios. La ciudad ha utilizado LEED como base de su plan de desarrollo urbano a 30 años: el Plan Maestro 2050. Incluye la Iniciativa del Árbol de Las Vegas, cuyo objetivo es plantar 60.000 árboles de aquí a 2050, que refrescarán la atmósfera gracias a su sombra y evapotranspiración, además de absorberCO2 con un efecto descontaminante.

A menor escala, muchos hoteles están redoblando su inventiva ecológica y han obtenido ellos mismos la certificación LEED. Tal es el caso del Venetian-Palazzo, que fue el primero de la ciudad en recibir la certificación en reconocimiento a su iluminación de bajo consumo, productos de limpieza ecológicos, materiales de construcción certificados, sistemas de fontanería que ahorran agua y estaciones de carga de vehículos eléctricos. El hotel explota incluso fuentes de circuito cerrado y abastece sus famosos canales con agua no potable filtrada in situ.

Póquer de energía

No es de extrañar que Las Vegas consuma mucha energía. Es incluso la quinta ciudad de Estados Unidos que más electricidad consume, a pesar de que solo ocupa el puesto 28 en términos de población Sin embargo, también es una de las pocas ciudades que ha logrado la hazaña de alimentarse al 100% con energías renovables, y lo lleva haciendo desde 2016. Esta fecha corresponde a la puesta en marcha del parque solar de Boulder, que abastece a los 150 edificios de la ciudad, su alumbrado público y todas sus infraestructuras.

Premio gordo para los amantes de la naturaleza

Lejos de las coloridas luces de neón, Las Vegas es la puerta de entrada a espectaculares paisajes naturales. Además de los tres parques nacionales de Nevada, es la puerta de entrada a otros en California, Utah y Arizona. El Parque Nacional del Valle de la Muerte es mucho más californiano que nevadense. Con una superficie de 13.600 km2, es el mayor parque nacional de Estados Unidos, sin contar Alaska. Aunque pueda parecer contraintuitivo dado su clima, el parque es de especial interés botánico, ya que alberga al menos mil especies de plantas, 23 de las cuales son endémicas. Entre ellas, la Mimulus rupicola, con sus soberbias flores de color marrón violáceo, sólo se encuentra entre los límites del parque.

Aunque el Parque Nacional del Gran Cañón es bien conocido por su interés geológico, su interés faunístico es menos conocido. Y sin embargo, es un santuario de aves tanto más crucial cuanto que alberga unos cuantos cóndores de California (Gymnogyps californianus), una especie carroñera en peligro crítico de extinción. Antaño abundante en los cielos norteamericanos, su población se vio diezmada por los insecticidas y la contaminación por plomo, hasta el punto de que a finales de la década de 1980 sólo quedaban 27 ejemplares. Todos estos raros supervivientes fueron capturados y confiados a zoológicos para evitar la extinción de la especie. Las aves de cabeza desplumada se reintrodujeron en el Gran Cañón en 1996, y ahora hay 60 ejemplares en el estado.

El Parque Nacional del Cañón Bryce alberga otro tesoro: los hoodoos. Estas formaciones geológicas, a veces conocidas como chimeneas de hadas, son el resultado de la lenta erosión de rocas sedimentarias extremadamente friables, que formaron paredes. Con el tiempo se perforaron en su punto más débil, formando arcos, que a su vez se derrumbaron para crear estas columnas y este paisaje lunar.