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Un cine joven pero vivo

Antes de la independencia, ya se habían rodado varias producciones yugoslavas en la región de Sarajevo y sus alrededores. Ya en 1961, el cineasta montenegrino Veljko Bulajić instaló allí su cámara y dirigió Uzavreli grad, un drama ambientado en la ciudad de Zenica, entonces un bullicioso centro industrial. Bulajić rodó varias películas en la región, entre ellas filmes patrióticos que celebraban a los héroes yugoslavos contra los nazis. Kozara o Los diablos rojos contra las SS (1962) ganó el Gran Premio del Festival Internacional de Cine de Moscú ese mismo año. Dos décadas más tarde, es el serbio Emir Kusturica quien rueda su primer largometraje en Sarajevo, su ciudad natal. ¿Te acuerdas de Dolly Bell ? (1981) narra la difícil vida de Dino, un adolescente de los suburbios que se entrega al prometedor cine occidental. Su encuentro con Dolly Bell, una stripper profesional, acelera la dura transición del joven de la adolescencia a la edad adulta. Este primer trabajo le valió al director tres premios en el Festival de Venecia, incluido el de mejor ópera prima. Ese mismo año abrió sus puertas la Academia de Artes Escénicas de Sarajevo, que acogió a algunos de los grandes nombres del cine yugoslavo y luego bosnio. De esta escuela surgió Benjamin Filipović, quizá el primer cineasta nacional. De hecho, fue en 1991, en vísperas de la votación que estaba a punto de confirmar la independencia del país, cuando estrenó su primera película, Vacaciones en Sarajevo. En parte drama, en parte comedia, esta historia escrita por el poeta y guionista bosnio Abdulah Sidran narra las aventuras de una banda de ladrones de Sarajevo, de vuelta a casa para las fiestas de fin de año.

Con la guerra, el cine bosnio, que apenas había comenzado, se paralizó, aunque varios cineastas, entre ellos Filipović, realizaron documentales sobre el conflicto. Entre estas producciones, Miracle in Bosnia, de Danis Tanović (1995), relata los difíciles primeros meses del ejército bosnio, en los que participó el cineasta. En 1994, abandonó Bosnia para trasladarse a Bélgica, donde reanudó sus estudios de cine. En 2001, dirigió Tierra de nadie, su primer largometraje. Este enfrentamiento entre un serbio y un bosnio, ambos atrapados en una trinchera durante el conflicto de los Balcanes, le valió el prestigioso Oscar a la mejor película extranjera, así como el César a la mejor ópera prima y el premio de guión en Cannes. Desde entonces, es un habitual de la Berlinale, donde ya ganó el Oso de Plata en 2013 por La mujer del chatarrero, y el Gran Premio del Jurado en 2016 por Muerte en Sarajevo.

Por último, no se puede hablar de cine bosnio sin mencionar a la cineasta Jasmila Žbanić, también formada en la Academia de Sarajevo. Ganó el Oso de Oro en Berlín con Sarajevo, mi amor (2006), y recientemente marcó el año 2020 con La voz de Aida. Seleccionada en Venecia y nominada al Oscar, la historia de esta traductora de la ONU atrapada en la tristemente célebre Srebrenica en 1995 dio la vuelta al mundo. De hecho, el director ganó con ella el premio a la mejor película en la 34 edición de los Premios del Cine Europeo, donde la actriz Jasna Đuričić también fue elogiada por su poderosa interpretación. Talentos que cada vez brillan más a nivel internacional, sin olvidar las cicatrices de este pasado aún muy reciente.

¿Has visto Sarajevo?

Desde la independencia, es evidente que Bosnia no ha atraído rodajes internacionales, a pesar de la reactivación de la industria nacional. De hecho, aparte de los cineastas locales, es bastante raro ver producciones que se detengan en el país. No obstante, algunas películas sí destacan la ciudad, como Seule contre tous (2010), de Larysa Kondracki. Basada en la historia real de Kathryn Bolkovac, la inspectora estadounidense que descubrió una red de proxenetismo dentro de la misión de la ONU, la película está protagonizada por Rachel Weisz en el papel principal. Rodada en su mayor parte en Rumanía, Alone Against All recibió críticas dispares en su estreno, aunque la prensa alabó la interpretación de la actriz y el tono oscuro e inquietante de la película.

Capital del cine

Aunque Sarajevo no está representada en las pantallas internacionales, puede presumir de albergar uno de los mayores festivales de la región. Fundado inicialmente en 1995 como una llamada a la vida mientras la ciudad seguía sometida a un estricto asedio, el certamen adquirió una dimensión internacional al término de la guerra, y desde entonces ha acogido decenas de producciones de todo el mundo. Celebridades como Daniel Craig, Angelina Jolie, Gérard Depardieu y Oliver Stone han desfilado por la alfombra roja del festival, junto con más de 100.000 asistentes en 2022. Desde 2007, el Festival de Cine de Sarajevo ofrece también una serie de encuentros, parte integrante de su programa CineLink: clases magistrales, debates y conferencias que ponen de relieve el cine de Europa del Este, al tiempo que reúnen a la joven generación bosnia y a los grandes nombres del séptimo arte, Ruben Östlund, Sergei Loznitsa, Ari Folman, nombres que no serán ajenos a los más cinéfilos. En cuanto a la relajación, el periodo estival durante el que se celebra el festival le animará a aprovechar las proyecciones al aire libre, donde podrá descubrir numerosas pepitas de oro. A orillas del río Miljacka, podrá disfrutar del ambiente único que el festival aporta a la ciudad.

Algunas salas por descubrir

En Sarajevo, su primera parada será el cine Meeting Point. Pequeño cine gestionado por el Centro de Arte Obala, organizador del festival, esta sala le da la bienvenida frente a producciones europeas y americanas. Una rica programación y un ambiente agradable que continúa tras la proyección en el contiguo Meeting Point Café. A continuación, diríjase a Cinema City, el primer multicine de la ciudad, y ahora un lugar de visita obligada. Fuera de la capital, será más difícil encontrar una buena película. Sin embargo, encontrará multicines en las ciudades de Zenica, Mostar y Banja Luka a precios muy asequibles y con películas proyectadas en versión original. Esto es suficiente para satisfacer el apetito del más cinéfilo.