¿Cuándo ir a Ghana?

Aunque se puede viajar por Ghana durante todo el año, conviene tener en cuenta que en agosto las pistas tienden a volverse intransitables debido a las fuertes lluvias. Sin embargo, permaneciendo en las principales carreteras asfaltadas, no tendrá que preocuparse por desplazarse. Además, desde el punto de vista de la temperatura y el terreno, el final de la estación lluviosa (aproximadamente de mediados de septiembre a finales de noviembre) es sin duda el mejor momento para disfrutar de la belleza de Ghana. Además, los bosques y ríos se han empapado de agua durante la estación húmeda, lo que hace aún más interesante visitar los parques nacionales, donde estas bellas zonas lucen un nuevo caparazón verde. Por ejemplo, las cascadas de Wli, generosamente alimentadas, ¡están sublimes en octubre! También es la época de la cosecha y la floración en los campos de algodón.

El comienzo de la temporada de lluvias tampoco es una época desagradable. Las cortas pero potentes lluvias tropicales de junio-julio ya sacian la sed y la sequedad del suelo -de la noche a la mañana la tierra se cubre de un frágil manto de verdor que anuncia la estación húmeda-, pero no dificultan la visita a la región. Las carreteras y pistas son fácilmente transitables y los ríos ya están crecidos. En la medida de lo posible, hay que evitar los meses de febrero a abril: el aire caliente es casi sofocante y la visibilidad es escasa debido a la arena y el polvo que arrastra el harmattan (diciembre-febrero).

Guía de supervivencia del harmattan

Entre diciembre y febrero, Ghana es barrida por el harmattan, un viento del noreste procedente directamente del Sáhara. Muy caluroso durante el día y bastante frío por la noche, sopla con ráfagas que recuerdan a las tormentas de arena del Sahel, dejando los lugares por donde pasa cubiertos de una capa de polvo y arena. En cambio, las ventajas del harmattan son la escasez de mosquitos y el tiempo récord que tarda en secarse la ropa He aquí algunos consejos para sobrevivir al harmattan en Ghana.

Mantente hidratado. Durante el harmattan es probable que sudes menos, pero no dejes que eso te engañe: es esencial hidratarse con regularidad Así mantendrás tu piel sana. Recuerda también hidratar tus labios (y tu cuerpo en general), que tienden a resecarse durante esta estación: manteca de karité, aceite de almendras y otros bálsamos son tus mejores aliados

Aumenta tu ingesta de vitamina C. La temperatura puede fluctuar más de 20°C entre la mañana y la tarde durante el harmattan: ¡la temperatura puede subir de 8 a 30°C! La combinación de estas drásticas variaciones de temperatura con la humedad y el polvo favorece la aparición de enfermedades. Por ello, puede ser útil reforzar el sistema inmunitario.

Vístase para el harmattan. La variación térmica inducida por el harmattan le obligará a tener a mano ropa adecuada Recuerde también cubrirse la cara (boca y nariz) si va a estar mucho tiempo al aire libre y expuesto al viento.