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Una religión dominante

En Guinea, todo hombre debe ser creyente y practicar o al menos seguir los preceptos de una religión. En cualquier caso, es difícil para los jóvenes en particular afirmarse sin religión, o incluso como ateo, en un país donde la religión está omnipresente en la vida cotidiana y donde determina las relaciones sociales para muchos. Por lo tanto, es de buena educación ser discreto con aquellos que desean entregarse a ciertas prácticas no recomendadas o incluso prohibidas. La mayor parte de la población guineana es musulmana (85%) y el Islam se practica generalmente de forma moderada. Por ello, esta religión da ritmo a la vida de la sociedad a través de las oraciones y de las distintas fiestas de su calendario: Tabaski, Ramadán, etc. Sin embargo, hay que señalar que desde mediados de los años 2010 está creciendo un movimiento wahabí más riguroso, sobre todo en Fouta Djalon, tierra histórica del Islam en Guinea. Esto puede verse, por ejemplo, en el aumento del número de mujeres que llevan el velo completo fuera de sus casas. Esta nueva situación pone en tela de juicio los equilibrios locales y las tensiones entre las distintas obediencias se hacen sentir cada vez más, pero hasta ahora sin grandes sobresaltos. En la Alta Guinea, otra tierra histórica del Islam, esta realidad también existe, pero a pesar de ello, las fiestas tradicionales musulmanas, como el Tabaski, siguen siendo el punto de partida de festividades que dan lugar a fenomenales espectáculos de danza, llamados Mamaya, y que son puntuados por la música de los griots.

Respeto a las minorías religiosas

Los cristianos representan aproximadamente el 10% de la población, dividida entre católicos, protestantes y otros evangelistas. Los Testigos de Jehová también son bastante activos en el país. Los católicos están presentes sobre todo en Guinea Forestal, pero también en el norte de Fouta, en Koundara. Monseñor Sarah, una figura de la Iglesia romana, procede de esta región. Pero el cristianismo fue introducido en Guinea en Boffa a finales del siglo XIX por tres jóvenes que fueron enviados a Senegal y volvieron a casa bautizados. Su comunidad pidió misioneros y se creó la misión católica de Boffa, la primera del país. Desde entonces, Boffa se ha convertido en un lugar de peregrinación para todos los católicos guineanos. En Guinea Forestal, el cristianismo es practicado por el 25% de la población. Esto se debe a que los católicos han luchado menos frontalmente contra las prácticas animistas ancestrales que los musulmanes. Pero el animismo sigue estando muy presente. La iniciación, que es obligatoria, sigue marcando el paso a la virilidad. Los bosques sagrados, las danzas rituales y las máscaras tienen un impacto tradicional inalterable en esta región. El sincretismo es la regla aquí. Al respetar las diferentes creencias, ofrece cierta serenidad a los creyentes.