La deforestación y la caza furtiva: dos grandes desafíos

La deforestación es uno de los principales retos medioambientales a los que se enfrenta Costa de Marfil. Los bosques, sobre todo los primarios, son a la vez sumideros de carbono y reservas de biodiversidad. Están amenazados por la fragmentación, la invasión de tierras agrícolas (mediante técnicas de tala y quema), la tala industrial, la leña y la tala ilegal (tráfico de maderas preciosas), así como el pastoreo excesivo. Su desaparición amenaza todo el equilibrio natural, el clima y la biodiversidad. La caza furtiva, que ha aumentado durante los conflictos armados, representa un riesgo de destrucción para las especies animales y vegetales. Las "especies clave" -entre ellas algunos monos herbívoros- diseminan semillas. Ante estos retos, se han realizado esfuerzos a varios niveles, pero siguen siendo insuficientes hasta la fecha. Además, la última crisis sociopolítica ha frenado las anteriores iniciativas de gestión sostenible. La tasa de deforestación del país es una de las más rápidas del mundo. De 16 millones de hectáreas en la década de 1960, los bosques sólo representarán 2,97 millones de hectáreas en 2024. Recientemente se han introducido nuevas políticas de reforestación. El Ministerio de Aguas y Bosques ha plantado 100.000 hectáreas de bosque degradado en 2023, casi tres veces más que en 2022 (37.000 hectáreas). El objetivo es alcanzar una cubierta forestal de 6,5 millones de hectáreas en 2030.

Un país sujeto a contaminación múltiple

Las ciudades, sobre todo las capitales, están expuestas a numerosos problemas medioambientales, agravados por el crecimiento demográfico. En Abiyán, por ejemplo, la gestión de residuos es un problema importante. La ciudad no dispone de un sistema de recogida de basuras en todos sus barrios, por lo que muchos residuos se vierten en el campo y son arrastrados por la lluvia hasta la laguna de Ébrié. Los residuos recogidos por la ciudad se llevan al vertedero de Akouédo, una instalación sin sistema de protección medioambiental. Como consecuencia, los residuos líquidos también acaban en las aguas de la laguna. La minería también es una fuente de contaminación (uso de productos químicos y mercurio) y deforestación.

Iniciativas prometedoras

Se están poniendo en marcha proyectos con múltiples socios en todo el país, en particular con el apoyo de instituciones internacionales. Los programas de microfinanciación se utilizan para trabajar directamente con las comunidades locales en la gestión sostenible de los recursos. Por ejemplo, se han llevado a cabo con éxito proyectos de restauración de manglares. En el Parque Nacional de la Comoé, un proyecto en el que participan ganaderos y agricultores no sólo ha calmado los conflictos, sino que también ha contribuido a proteger los entornos naturales mediante el establecimiento de corredores de trashumancia y la gestión concertada de los puntos de agua. El país aspira a la neutralidad en carbono de aquí a 2030 y a la neutralidad en términos de degradación del suelo. En la laguna cercana a Jacqueville, el pueblo de Adoukro se convertirá en una ciudad moderna y ecológica centrada en la sostenibilidad, con un distrito comercial, un parque ecológico y un paseo a lo largo de la laguna. El proyecto, que forma parte del plan de desarrollo urbano del Gran Abiyán que se pondrá en marcha en 2024, cuenta con un presupuesto de 100.000 millones de francos CFA.