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Mamíferos

Aunque los ungulados siguen siendo muy numerosos, con una gran población de jabalíes, ciervos, corzos y muflones, el más emblemático de los Pirineos es sin duda el isardo. Elegante y ágil, hace girar su pelaje marrón en los prados de altura y sus finos cuernos en forma de gancho son reconocibles entre miles. La cabra montés, aunque presente en el territorio desde la prehistoria, ha sido cazada como trofeo durante demasiado tiempo y ahora se beneficia de un plan de reintroducción. En las praderas altas, escuchará el silbido de la marmota al acercarse Escondido en una madriguera bajo los cobres o las rocas, afronta lentamente los meses de frío al igual que el oso pardo, rey de la hibernación. Un total de 39 úrsidos se encuentran en los Pirineos en las vertientes francesa y española. El armiño agita con gracia su hermoso pelaje, que se vuelve blanco en invierno. Desde el campo hasta las cumbres, su legendaria curiosidad recorre los páramos con una agilidad excepcional. Desde 2008, el armiño de montaña es el orgullo del valle de Aure, donde se ha registrado. Sólo la encontrará allí, es la especie más rara de la región. Es tan frágil como amenazada. El lobo, la cabra montés y el lince han desaparecido de los Altos Pirineos.

Reptiles y anfibios

Si hay un pequeño habitante en el departamento, es el lagarto, ¡y habrá muchos de ellos a lo largo de las rutas de senderismo! Algunos son incluso objeto de toda la atención, ya que las zonas Natura 2000 garantizan su protección. Un ejemplo es la bien llamada lagartija pirenaica de montaña, cuyo reciente descubrimiento se suma a la especie. La víbora áspid se deleita en los suelos rocosos de las alturas. Fácilmente reconocible por su pequeña cabeza triangular y su hocico curvado, requiere mucha precaución ya que es venenosa y puede ser mortal. En estos humedales, las salamandras y los tritones han encontrado la felicidad, así como las ranas (¡de los Pirineos!) y los sapos, incluido el raro sapo. Su hábitat se encuentra exclusivamente por encima de los 2.500 m y, sin embargo, puede vivir más de 30 años. En la actualidad, su supervivencia está en peligro, sobre todo a causa de un hongo que ha diezmado la especie.

Pájaros

Vuelan por los cielos con gracia. Las aves rapaces han encontrado en los Altos Pirineos un hábitat que parecen dominar. Su presencia es sencillamente excepcional, encontrará numerosos buitres y halcones, pero también espléndidas águilas reales como la Circaète Jean-le-Blanc que acude en verano a darse un festín de serpientes. En los acantilados, el buitre leonado vigila y no podrá confundirlo con su característico vuelo lento. Le gustan los pastos de montaña y su tamaño casi competiría con los 3 m de envergadura del "rompehuesos". Este es el nombre que recibe el inofensivo quebrantahuesos, una de las aves rapaces más emblemáticas y raras. La perdiz nival o perdiz de las rocas es también una especie endémica. Si tiene mucha suerte, podrá observar al tímido y discreto urogallo, comúnmente conocido como urogallo, cuya increíble belleza de plumaje es encantadora.

Pescado

Sus 2.500 km de ríos drenan una rica población que los pescadores conocen bien y la trucha salvaje ha encontrado su reino en los Altos Pirineos. El más rebelde pero también el más apreciado es el famoso fario que, desde su introducción en la Edad Media, ha visto multiplicarse su número de adeptos. Se puede admirar en las aguas de los 220 lagos de montaña, en los que nadan con toda tranquilidad las arcoíris, las truchas de arroyo, los salmones y algunas raras truchas árticas, reconocibles por su color azulado. Las masas de agua albergan peces blancos, carpas y carnívoros.

Especies acuáticas

El desmán es un pequeño insectívoro de 60 g de peso, semiacuático e hiperactivo, con pies palmeados y una curiosa probóscide que le ha valido el apodo de "trompeta de rata". Casi ciego, este pequeño emblema del departamento vive en las orillas de los ríos. Más fácil de encontrar, el euproctus se reconoce entre mil: ¡es el único tritón con uñas! Su piel gris tiene puntas córneas. Se trata de un patrimonio fabuloso, pues ya existía en la época de los dinosaurios. Le gustan las aguas claras y frías de los lagos y arroyos donde vive. Dos especies raras, que hay que proteger y abordar con toda la delicadeza que merece su fragilidad.

Árboles

Con la llamada vegetación escalonada, el territorio pasa de los 900 m a un auténtico reino de la montaña repleto de bosques. El haya, el abeto y el pino silvestre se suceden antes de dar paso al nivel subalpino salpicado de pinos ganchudos que pueden alcanzar los 500 años de edad, rododendro de hierro, cuyas flores fucsias y carmín son una delicia, sorbo de pájaro y abedul. Este encanto verde cambia a partir de los 2.500 m, donde los sauces enanos resisten las duras condiciones y, más allá, sólo los líquenes hacen frente al clima.

Flores y plantas raras

Con 1.700 especies, 160 de las cuales sólo se encuentran en los Pirineos, el departamento cuenta con una flora excepcional. A partir del mes de mayo, podrá admirar el cardamomo de hoja ancha, la valeriana de los Pirineos, el cardo carlino, los gispets o los grémiles de Gastón. De 2.500 a 3.000 metros, las flores son de colores vivos, como la silena sin tallo, la amapola perfumada o la saxífraga de Irat. En este ramillete de delicadeza, los racimos amarillos y brillantes del lirio de los Pirineos, cuyo tallo puede alcanzar un metro, el lirio azul con su tonalidad oscura y viva o la ramonda de los Pirineos, que se aferra a las rocas, son sublimes con sus pétalos púrpura y su corazón naranja. Especies raras y únicas en la zona.

Vegetación subacuática

Algunas de las flores del departamento sólo pueden prosperar en un entorno acuático, como la saxífraga de flor blanca que crece a lo largo de los arroyos. Entre las especies destacadas, la frágil y rara subularia acuática es objeto de un plan de rescate local. Esta pequeña planta con flores en forma de cruz sólo se encuentra en los Pirineos y únicamente en la laquette del bajo Orédon, en el Parque Natural Nacional de Néouvielle.