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La familia, siempre la familia..

La familia sigue siendo esencial para la interacción social, ya que los niños tradicionalmente viven cerca de sus padres, para poder ayudarlos en momentos de necesidad. Las familias todavía pueden tener muchos miembros a los que les gusta reunirse en ocasiones especiales, ya que la noción de cabeza de familia o la idea de la comida familiar del domingo sigue siendo relevante. Estas celebraciones se refieren a todos los acontecimientos familiares (bodas en la iglesia, bautizos...), pero también a las fiestas populares en honor a los santos patrones que ocupan un lugar importante en el calendario: la oportunidad de salir, bailar, cantar, compartir momentos de convivencia.

Como en los países latinos del sur de Europa, a los habitantes les encanta reunirse por la tarde y discutir todo y cualquier cosa. No es raro ver a las abuelas sentadas en la puerta charlando e intercambiando los últimos chismes. Hay que decir que aquí la sensación de aislamiento es rara y los ancianos siguen siendo atendidos en casa o por sus familiares, en general.

Moral y Matrimonio para todos en Portugal

La evolución de las costumbres sigue siendo muy fluctuante según la región y el tamaño de los municipios. Por lo tanto, las costumbres de los portugueses pueden estar en las antípodas según sus respectivos orígenes y nivel de educación. No obstante, cabe señalar que, en general, gracias a las nuevas pautas de consumo y a la globalización, la sociedad está cambiando considerablemente. Esto concierne en particular a la composición de las familias y la libertad de las mujeres, y también implica otra revolución: el matrimonio gay. Al igual que muchos países de la Unión Europea, Portugal permite ahora el matrimonio entre dos hombres o dos mujeres. Sorprendentemente, incluso se encuentra entre los primeros países del mundo en permitir esta práctica. Y esta opinión favorable fue aún más sorprendente si se considera lo apegados que están los portugueses a sus principios de fe cristiana.

El matrimonio tradicional

Incluso si la globalización conduce a la estandarización de los comportamientos, seguimos muy apegados a las tradiciones del matrimonio. Por ejemplo, todavía es costumbre que el novio pida al padre la mano de su novia en matrimonio. Una vez que la preciosa bendición ha sido concedida, la novia y el novio pueden pasar a la etapa de preparación. El banquete y todos los gastos relacionados con la ceremonia y la fiesta son tradicionalmente atendidos por los padres de la novia. La familia del novio, por su parte, le da a los novios un regalo muy valioso que suele ser... una casa. Llegará el momento de elegir un padrino y una madrina que asuma el delicado papel de consejero matrimonial y los guíe durante toda su vida. Siempre se acostumbra, después de las fiestas, dejar la escena en un coche con objetos ruidosos en la parte de atrás, símbolos de alegría y euforia.

Algunas peculiaridades muy locales: los padres y abuelos de los novios asisten a las despedidas de soltero. El velo de la novia se usa para protegerla de los malos hechizos. Se acostumbra depositar el dinero en el zapato de la novia y pasarlo entre los invitados. Y, más sorprendentemente, si uno de los novios tiene un hermano o una hermana que siempre es un corazón para llevar, él o ella bailará descalzo durante la fiesta para encontrar... ¡el zapato adecuado!

La tradición dicta que sólo se celebran 4 aniversarios de boda en Portugal: 10 años, 25 años, 50 años y 60 años. Una ocasión que da lugar a una verdadera celebración, a la que se invita a familiares y amigos. Sí, sí, todo esto todavía existe.

El fútbol, una pasión nacional

El fútbol es una tradición en Portugal, casi una segunda religión. Ya sea en la ciudad o en los pueblos, cuando se disputa un partido, los habitantes se reúnen en los cafés o en casa de un vecino para estar juntos y disfrutar de la magia del deporte. Si alguien saca el tema y menciona a Cristiano Ronaldo, el multipremiado héroe nacional del Balón de Oro, detectará un orgullo sin igual en los ojos de su interlocutor portugués. Las diversas reacciones tras las victorias ilustran que el fútbol forma parte de la identidad nacional y tiene un significado profundo, un vector de afirmación en una Europa moderna.

Nunca sin mi telenovela

Portugal representa un gran mercado mundial para la telenovela, género televisivo unánimemente aclamado por el público portugués. De hecho, al no sufrir ninguna transformación de doblaje a nivel local, debido a la asociación cultural y lingüística con Brasil, se ha impuesto en el territorio audiovisual nacional. Las razones de este éxito se explican en parte por el hecho de que cumplen funciones sociales como el entretenimiento, la pedagogía y la regulación de los valores sociales. Esta pedagogía se manifiesta en la voluntad de abordar temas como la contracepción, la adolescencia o una nueva imagen de la mujer, lo que las convierte en un innegable vehículo de influencia en cuanto a normas sociales. En los años 90, el panorama audiovisual portugués se transformó con la llegada de las cadenas especializadas en telenovelas, que competían ferozmente por los espectadores. Esta recepción tuvo una serie de influencias en la sociedad, lingüísticas (expresiones como "tudo bem? " o "ta legal " se oyen con facilidad) pero también sociales. Así ocurre, por ejemplo, en la expresión del afecto: hombres de una misma familia que antes se daban la mano en señal de cariño hoy ya no dudan en besarse.

Una dimensión temporal diferente

Así como cada país tiene su propia cultura, tiene su propia versión de la puntualidad. También es lo que constituye la singularidad y el encanto de una nación. La población local tiene un carácter bastante peculiar: aquí nunca se tiene prisa. Esta despreocupación se nota a diario en el Algarve: la ausencia de grandes metrópolis y el estrés resultante hace que el ritmo de vida pueda describirse como "sin presión", ¡normal bajo el sol!