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Áreas protegidas

Portugal ha creado parques naturales para preservar su patrimonio. Entre las áreas notables de la región se encuentran las siguientes:

Parque Natural de Ría Formosa. Situado en el sureste del Algarve, protege toda una franja de costa entre Quinta do Lago y Cacela Velha, y protege ecosistemas notables (lagunas, barra de dunas, islas). Es un hábitat para muchas aves -incluido el pollo del Sultán, el símbolo del parque-, y también es el hogar de especies marinas, incluida una de las mayores poblaciones de caballitos de mar del mundo (caballitos de mar de hocico largo y de hocico corto), que podrá observar durante las excursiones. Este parque es de gran belleza y puede ser descubierto en barco, a lo largo de los canales, o en bicicleta a lo largo de las marismas saladas.

Parque Natural del Sudoeste del Alentejo y de la Costa Vicentina (compartido entre el Algarve y el Alentejo). Protege una franja costera particularmente salvaje de playas, hábitats de dunas y acantilados escarpados, santuario de muchas aves (incluidas cigüeñas, garzas y flamencos).

Reserva natural do Sapal de Castro Marim. Esta es la reserva natural más antigua del país. Protege los ecosistemas vinculados a la zona húmeda del río Guadiana (incluida la marisma de Castro Marim), y alberga una gran diversidad de aves y especies acuáticas (crustáceos).

Cabo São Vicente. Situado en el extremo suroeste del país, el Cabo de San Vicente tiene todas las características de un finisterrae con su faro y su antiguo monasterio, colgado de las últimas murallas del Atlántico. Sus acantilados son un lugar único para observar el océano, pero también las poblaciones de aves que pasan por este mágico lugar.

Ponta da Piedade. Considerada por algunos como "la playa más hermosa del mundo", está situada en las inmediaciones de Lagos y se puede acceder a ella a pie. Sus acantilados albergan cuevas de piedra caliza, accesibles en barco.

Fuente de Benémola. El sitio es rico en biodiversidad. Existe una flora notablemente vinculada a los humedales como los cañaverales y los sauces, pero también una población de murciélagos. También contiene los restos de antiguos sistemas de irrigación (norias).

Rocha da Pena. Situada en el Barroco, esta zona protegida contiene, además de restos arqueológicos, una geología y una biodiversidad notables (peonía de Brotero, algarrobo, rata de faraón, murciélagos, salamandras, Búho Real, etc.).

Fuentes de Estômbar. Se trata de un parque municipal, situado en la orilla izquierda del estuario del río Arade. Además de nadar en la laguna formada por manantiales naturales, puedes visitar un molino de mareas.

Un territorio sujeto a incendios forestales

El interior se caracteriza por la presencia de macizos forestales. La mayor parte de la vegetación es de tipo mediterráneo (con la excepción de la Serra de Monchique) y en ella se pueden encontrar especies endémicas(Ophrys algarvensis, Rhododendron algarvense, Sideritis algarviensis, etc.). Los incendios forestales, que son cada vez más devastadores, son el resultado de varios factores. Una de ellas es la elección de especies, en particular el eucalipto, una especie altamente inflamable introducida para la fabricación de pasta de papel. Esta especie está presente en la Sierra de Monchique, donde el fuego persistió durante nueve días durante el gran incendio de 2018. También se puede señalar la falta de un verdadero sistema de prevención de incendios forestales en el país, junto con una política de austeridad que ha socavado el personal de los servicios forestales y privatizado los activos aéreos (canadenses). Sin embargo, están surgiendo iniciativas en respuesta a esta situación. Un ejemplo es el uso del pastoreo como medida preventiva. Desde 2018, más de 18.000 escarabajos han estado limpiando áreas no mantenidas. Se ha llevado a cabo un experimento piloto en las cercanías de Vermelhos. Coste de la operación: 25 euros por hectárea despejada. La revista del New York Times elogió a estos "bomberos de bajo costo" en sus columnas. Desde 2017, los científicos y las ONG han estado advirtiendo de incendios más impredecibles y violentos. Se dice que la frecuencia de ocurrencia de estos eventos extremos o "mega incendios" está relacionada con el cambio climático.

Los desafíos del clima y la transición energética

Portugal aprovechó la crisis del petróleo de 2008 como una oportunidad para iniciar su transición energética. El objetivo principal era limitar la dependencia del petróleo. Por lo tanto, el país ha desplegado una política verdaderamente proactiva, basada tanto en la eficiencia energética como en el desarrollo de las energías renovables (eólica, solar, hidráulica). En marzo de 2018, Portugal produjo más del 100% de energía renovable durante unos días. En otras palabras, el país produjo más energía renovable de la que consumió. Basándose en este éxito, Portugal se ha fijado el objetivo de alcanzar el 100% de la producción anual de electricidad a partir de energía renovable para 2040. Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero del país han disminuido en un 22% entre 2005 y 2017, las energías de carbono (especialmente el carbón) siguen estando bien representadas en la combinación energética del país. Otro desafío es el uso del excedente de energía renovable. Como la energía no puede almacenarse, el objetivo es desarrollar la interconexión con los países de la Unión Europea (la UE ha fijado un objetivo de interconexión del 10% entre los países miembros para 2020) y Marruecos (proyecto en curso). Portugal también se está posicionando como un importante productor de litio, que se utiliza para las baterías de almacenamiento.

El turismo con múltiples impactos ambientales

La artificialización de la tierra acelera los fenómenos de erosión, contribuye a la fragmentación de los ambientes naturales y a la pérdida de la biodiversidad. La urbanización masiva de la costa con fines turísticos también ejerce presión sobre los recursos (agua, energía), genera residuos y descargas significativas de agua a las plantas de tratamiento y luego al medio ambiente natural. Por lo tanto, sólo podemos invitar al viajero que sale para el Algarve a un uso razonado de los recursos.