Expatriados e Inmigración
Es cierto que aquí se reúnen todos los elementos para una jubilación dorada: no hay excesos climáticos, no hay riesgos de atentados y se ofrece una bella imagen a las poblaciones del norte de Europa, pero también a las personas activas más jóvenes que buscan reorientar su vida profesional. Esta ganancia demográfica es un regalo del cielo porque también pretende impulsar la economía de la región. La propaganda de atracción continúa, con grandes campañas publicitarias, servicios e incluso ferias especializadas. No cabe duda de que este flujo migratorio moderno no está a punto de agotarse. Según la Oficina Europea de Estadística, la población regional aumentará un 30% hasta 2030 gracias a la inmigración.
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Hace seis años, Nuno Campos Inácio comenzó a dedicarse al estudio de la genealogía del Algarve y a la creación de un árbol exclusivamente regional para registrar a todas las personas nacidas, casadas o fallecidas. Para ello, el investigador consulta diversos documentos de más de un siglo de antigüedad, como cancillerías reales, procesos inquisitoriales, libros de registro y, sobre todo, registros parroquiales. El investigador señala que "la ciencia nos ha demostrado a través del ADN que somos portadores de los genes de nuestros antepasados desde hace miles de años". El investigador algarvío, cuyo último trabajo fue el levantamiento histórico y genealógico de la parroquia de Alferce de Monchique, afirmó que los linajes algarvíos más antiguos con conexiones hasta la fecha son los resultantes de la descendencia de la relación de D. Afonso III con Madragana ben Aloandro, hija de Aloandro ben Bekar, Alcaide de Faro durante la conquista final del Algarve. En la actualidad, el fascinante estudio, que promete ser largo, cuenta ya con cerca de 190.000 personas registradas, todas ellas vinculadas genéticamente al Algarve.
¿Quiénes son los Algarvios?
La población del Algarve es una mezcla de todos los pueblos que han pasado por la región a lo largo de los siglos, pero la prolongada presencia de los moriscos ha dejado probablemente su huella más que ninguna otra. Como consecuencia, la mayoría de los algarvíos tienen la piel más bronceada que sus compatriotas portugueses del valle del Duero y llevan un estilo de vida de influencia mediterránea. Esta presencia morisca es visible no sólo en las características de la población local, sino también en la arquitectura, la producción agrícola y el vocabulario únicos de la región. En general, los algarvíos son gente fácil, humilde y hospitalaria que se ha aclimatado bien a los cambios que ha traído consigo el desarrollo del turismo en las últimas décadas. El Algarve es diferente del resto de Portugal, y también lo es la personalidad de sus gentes. Con una actitud relajada hacia los visitantes, siempre dispuestos a ayudar y orgullosos de su cultura, no dude en pedirles ayuda si la necesita. La generación más joven habla inglés, pero el esfuerzo de acercarse a ellos con sencillas palabras de cortesía portuguesas como "com licença " u "obrigado " siempre le hará más amable y respetuoso.
Un estilo de vida de contrastes
Tradicionalmente dependientes del mar, los habitantes de la costa siguen organizando su vida en torno a la pesca, y no es raro ver escenas locales de pescadores remendando sus redes en la arena o pintando sus barcos con gestos ancestrales. Sin embargo, conviven tolerantemente con sus coetáneos del sector servicios, siendo las diferencias mucho más notables entre los habitantes de la costa que trabajan en el turismo y los de las regiones montañosas. Hay que adentrarse en el interior para sentir el latido de la región, y una visita puede parecer un viaje en el tiempo, ya que los métodos tradicionales de cultivo, la artesanía local, la gastronomía y la arquitectura han conservado su sabor original. En las estrechas calles de los pintorescos pueblos, con sus casas encaladas y elaboradas chimeneas, a veces se ven ancianas con sombreros de paja o fieltro que se esconden del sol tras sus sombrillas negras. Los carros tirados por bueyes provocan a veces atascos en las carreteras rurales: a este ritmo, hasta los más estresados acaban por relajarse. Los mercados semanales, las lonjas y las subastas matinales de pescado son también lugares estupendos para observar de cerca a la población, todo ello en un ambiente agradable.
El niño rey
En el Algarve, como en el resto del país, la propensión lusitana es alabar a toda la descendencia: no sólo se adora a los niños, sino que se les considera un regalo del cielo, según la lógica religiosa. Servicios de canguro en los hoteles, menús especiales en los restaurantes, módulos de juegos en los centros comerciales o en las autopistas... Todo se hace para facilitar la vida de los padres. No es para mañana que los childfree ganen su caso.
A pesar de la idolatría de los niños, cada vez se procrea menos y algunas ciudades del Algarve tienen malos resultados y dejan envejecer a su población. Es el caso de la localidad de Alcoutim, junto al río Guadiana, donde el alcalde ha decidido ofrecer a los padres jóvenes una ayuda a la natalidad de 5.000 euros, con el objetivo de impulsar la natalidad del municipio y atraer a los jóvenes. Es cierto que con sólo 3.000 habitantes, este pequeño municipio en crisis está prácticamente desierto. Alcoutim ha perdido un tercio de su población en 20 años y su tasa de fecundidad, de 0,9 hijos por mujer, es una de las más bajas de Portugal. El problema es nacional, un clima desfavorable a la natalidad se ha instalado en la sociedad portuguesa con la crisis y las medidas de austeridad introducidas en 2011. Las condiciones de vida más precarias han llevado a las parejas a suspender sus planes de tener hijos. El Estado, por su parte, escucha los gritos de alarma de los pequeños municipios y adopta medidas nacionales para reforzar las iniciativas locales.
Sin embargo, si las cosas no cambian en términos de fecundidad, el país podría perder cerca del 20% de su población de aquí a 2060, pasando de 10,5 a 8,6 millones de habitantes, según el Instituto Portugués de Estadística.
