Una flora rica y variada

Debido al clima mediterráneo, los bosques y montes de tipo mediterráneo cubren una gran superficie del territorio. Pero la flora también cambia según la altura. En las regiones de altura moderada se pueden encontrar tejos, arces, bojes, acebos, así como rosales silvestres y avellanos. En las zonas costeras, abundan las encinas, los pinos (verdes y de sombrilla) y las palmeras. Las zonas de matorral mediterráneo albergan la única especie de palmera autóctona, la palmera enana. Y los paisajes agrícolas serán típicamente mediterráneos, con olivares, viñedos y almendros. Ir a los parques será la mejor manera de apreciar su fauna y flora.

Parque Forestal de Poblet

Extendiéndose por la vertiente norte de las montañas de Prades (Conca de Barberà), este paraje natural, declarado de interés nacional por la Generalitat de Cataluña, alberga el monasterio cisterciense de Poblet y el nacimiento del río Francolí, que desemboca en Tarragona. Posee una hermosa vegetación dominada por encinas (la mayor reserva de Cataluña), castaños, pinos, cedros y abetos, así como la única colonia de robles tauzinos. Su punto más alto es el Tossal de la Baltasana, con 1.202 metros.

Parque Natural de Montsant

Declarada parque natural en 2002, la sierra de Montsant abarca 9.242 hectáreas de terreno escarpado formado principalmente por rocas calizas redondeadas. Los numerosos barrancos, cuevas y otras grietas que lo caracterizan, obra del tiempo y de la erosión, ofrecen al visitante el espectáculo de algunas singularidades geológicas, como las caras del acantilado Mayor, coronado por el punto más alto del parque, la roca Corbatera (1.163 m). A la sombra de las encinas, prosperan gatos y cabras salvajes, mientras que las águilas reales y los halcones peregrinos se elevan sobre las numerosas ermitas del macizo

Parque Natural de Els Ports

Dominado por el monte Caro, que se eleva a 1.141 metros de altitud, el macizo de Els Ports extiende sus extensiones de naturaleza virgen en el extremo suroeste de las Terres de l'Ebre, extendiéndose más allá de sus límites hasta Aragón y el País Valenciano. Está clasificado como parque natural desde 2001. Cubierto de bosques y espléndidos hayedos, atravesado por cuevas y gargantas por las que fluye el agua de los ríos, el parque está lleno de relieves escarpados y arboledas idílicas. Santuario de la cabra hispánica (es incluso el emblema del parque), también se pueden encontrar jabalíes, águilas reales, halcones peregrinos y buitres leonados.

El delta, un ecosistema único

Catalogado y reconocido por la Carta Europea de Turismo Sostenible, el Parque Natural del Delta del Ebro, una inmensa llanura aluvial, revela 320 km² de verdes arrozales bordeados de cañas y juncos, lagunas y playas, que albergan una impresionante fauna ornitológica. Aquí se pueden observar más de 300 especies de aves, como gaviotas, flamencos, garzas y charranes. Desde 1986, el parque incluye la desembocadura del río, las penínsulas de Fangar y Banya, así como varias lagunas.