Semana Santa à Tarragone © alika - Shutterstock.com.jpg

Una fuerte tradición católica que pierde terreno

Aunque su constitución es laica, España sigue estando fuertemente marcada por la tradición cristiana católica y, en la década de 2000, casi el 70% de los españoles seguía declarándose católico. Pero si hasta los años 70 se mantuvo muy viva y practicada, la religión está perdiendo terreno, sobre todo entre los jóvenes. Y la Iglesia, que durante mucho tiempo gozó de una gran audiencia, está viendo cómo su influencia en la vida cotidiana de los fieles disminuye constantemente. Más de la mitad admite que no ejerce. Este declive se refleja también en su funcionamiento, con un descenso de las vocaciones sacerdotales y una considerable caída del número de órdenes monásticas. La cuestión de la enseñanza de la religión en las escuelas ha surgido en el debate político, con dos enfoques diferentes. En 2006, la votación de una ley que reducía su peso en la educación supuso una ruptura, haciéndola optativa cuando antes era obligatoria y decisiva para el acceso a la enseñanza superior y a las clases universitarias. La Iglesia y el PP (Partido Popular) se opusieron a este texto y en 2013, bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, una nueva reforma educativa volvió a poner la religión en el centro del debate: los alumnos debían elegir entre cursos de religión o de "valores culturales y sociales". En 2018, Pedro Sánchez (PSOE) se reafirmó en su deseo de que ninguna religión estuviera presente en los planes de estudio, y juró como presidente del Gobierno ante la Constitución y no ante la Biblia, algo inédito en la democracia española. Esta opción se confirmó con la aprobación de la ley Celaá a finales de 2020, que prevé que la enseñanza religiosa sea optativa sin tener que elegir una asignatura alternativa si no se cursa religión. Esta ley también incluye la enseñanza obligatoria de valores cívicos y éticos.

Particularidades catalanas

Como en el resto de España, la religión católica sigue siendo mayoritaria en Cataluña, pero no por mucho, y también aquí su influencia está disminuyendo. Según una encuesta del Centro de Estudios de Opinión publicada en 2015 por la Generalitat, sólo el 50% de la población catalana se define como católica y el 30% se declara agnóstica. El 20% restante se reparte entre varias religiones minoritarias, la mayor de las cuales es la musulmana (7,3%), principalmente marroquí. La encuesta también traza un perfil de la práctica católica según el género, la edad y el territorio. Los católicos suelen ser mujeres, mayores de 65 años y viven en pueblos pequeños. Por el contrario, sólo el 28% de los menores de 24 años se declaran católicos y suelen nacer en la provincia de Barcelona o en grandes ciudades catalanas. El mayor número de lugares de culto corresponde, con mucho, a la Iglesia católica, que ha experimentado un pequeño aumento en el número de lugares de culto en general (+1,29%), debido principalmente a la apertura de lugares de culto musulmanes e iglesias evangélicas. Para el 90% de los encuestados, este aumento de la diversidad religiosa se percibe como positivo, frente al 14% que considera que supone un riesgo para el modo de vida del país (19,5% entre los católicos). El Islam es una religión en crecimiento y también se ha introducido en las escuelas desde el inicio del curso escolar 2020 a través de un programa piloto de aprendizaje de la religión islámica en varios centros de primaria y secundaria de Barcelona, El Baix Llobregat, Girona y Tarragona. Este programa forma parte de un acuerdo de cooperación entre el Estado español y la Comisión Islámica de España. Su objetivo es garantizar el libre ejercicio del culto y mantener la cohesión social. Para ello, estos cursos no son obligatorios y sus programas serán definidos por el gobierno español.

La Semana Santa y las leyendas locales

Setmana Santa. Como en toda España, la Semana Santa recrea la pasión y muerte de Cristo, pero al mismo tiempo es una fiesta que saca a miles de personas a la calle. Desde el Domingo de Ramos hasta el Sábado Santo, se celebran cientos de actos religiosos en Cataluña. Varias ciudades destacan por la belleza de sus procesiones, como Hospitalet del Llobregat, Barcelona, Badalona, Tarragona o Gerona. Durante esta semana santa, tendrá la oportunidad de descubrir la "mona de Pâques", un pastel hecho de huevos de chocolate, así como los "bunyols", que se comen durante la Cuaresma y la Semana Santa

El Puente del Diablo en Tarragona. Una leyenda tarraconense cuenta que en el pasado, cuando la ciudad carecía de agua, se construyó un acueducto para abastecerla. Pero una noche de tormenta, la obra fue destruida. El jefe de la obra se desilusionó y declaró que sólo el diablo podía construir un nuevo acueducto, ¡y que duraría 1.000 años! Entonces apareció el diablo e hizo un trato: ofreció a la ciudad un acueducto durante la noche a cambio del alma de la primera persona que bebiera de su agua ese día. Al día siguiente, al amanecer, el maestro de obras hizo beber agua a un burro. El Diablo, disgustado por haber sido engañado de esta manera, quiso demoler el acueducto. Pero los tarraconenses lo ahuyentaron rápidamente. Tanto es así que, en venganza, el Diablo envió una horda de demonios a los valles para desviar los cursos de agua y que la ciudad no viera ni una gota

La Rosa de Reus. Desde 1592, la rosa es el símbolo de la ciudad de Reus. Esto está documentado en las actas del consejo de la ciudad del 13 de diciembre de 1592. Según la leyenda, la razón de esta elección fue una pastora llamada Isabella Basora. A ella, mientras imploraba la misericordia del Todopoderoso para que cesara la epidemia de peste que entonces asolaba la región, se le apareció la Virgen. La aparición le aseguró que si iba al consejo y encendía una vela, la epidemia cesaría. Fue, pero los incrédulos concejales no la dejaron encender la vela. La pastora explicó su miseria a la Virgen, que reapareció en el mismo lugar. Ésta le aplicó entonces la imagen de una rosa en la mejilla y la invitó a volver a intentarlo. Y esta vez, los consejeros se dieron cuenta. Y la plaga cesó.