Dans les rues de Tarragone © caesarjulivs - Shutterstock.com .jpg

Una población creciente gracias a la inmigración

Con 7.750.000 habitantes a principios de 2022, Cataluña se mantiene demográficamente bastante estable en comparación con los dos años anteriores. Entre 2019 y 2020, sin embargo, el territorio había registrado un nuevo aumento de su población (+1,34%). Un movimiento que continúa la tendencia iniciada en los últimos diez años. Con una pequeña novedad, ahora es la inmigración de países extranjeros la que garantiza esta progresión demográfica. Anteriormente, la inmigración procedente de otras regiones de España, principalmente Andalucía y la Comunidad Valenciana, también ha sido responsable de este crecimiento en los últimos años. En 2018, su migración neta con el resto de España fue negativa por primera vez, y esta tendencia se ha mantenido desde entonces. En España, es la comunidad cuya población ha crecido más, por delante de Madrid y la Comunidad Valenciana. Por otro lado, al igual que el resto de España, Cataluña no se ha librado del envejecimiento de su población (1,4 millones de mayores de 65 años en 2018), de nuevo como consecuencia del descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida. Un aumento de la población combinado con un envejecimiento de la misma, y un aumento de la inmigración extranjera, estos diferentes datos que marcan la demografía catalana deberían mantenerse en las próximas décadas si nos creemos las proyecciones realizadas por el Idescat (Instituto de Estadística de Cataluña). Publicados en 2018, estiman que el número de habitantes en Cataluña será de 8 millones en 2030 y más de 8,77 millones en 2060. Estos aumentos deberían deberse siempre a la contribución de la inmigración extranjera. Se espera que la esperanza de vida alcance los 88 años para las mujeres y los 83,2 para los hombres (frente a los 86,3 y 80,8 de 2016). Lógicamente, este cambio demográfico permite poner en marcha un sistema sanitario adaptado a esta nueva pirámide de edad, en la que los mayores de 65 años (estimados en un 22,3% del total en 2030 y en un 29,8% en 2060), e incluso los mayores de 85 años, son cada vez más predominantes. Y que el sistema también podrá financiar un número cada vez mayor de pensiones. A corto plazo, el estudio también estima que las regiones que se beneficiarán de este aumento demográfico serán las del litoral: Girona, Barcelona y Tarragona, con la excepción de la costa del Ebro. En la actualidad, más de la mitad de la población de Cataluña reside en el área metropolitana de Barcelona (la ciudad y 25 kilómetros a la redonda). La segunda zona urbana más grande es Reus-Tarragona. El resto de la población se distribuye principalmente por la Costa Brava, la Costa Daurada, el valle del Llobregat y las ciudades de Lleida y Girona.

El catalán y el castellano, lenguas oficiales

En Cataluña, dos lenguas tienen el estatus de oficiales, el castellano y el catalán. Aunque esta última se considera la lengua "propia" de Cataluña, por ser originaria de su territorio histórico. Esta situación es el resultado de un proceso de varias etapas. Excluido bajo la dictadura franquista, el uso del catalán se benefició por primera vez del estatus legal otorgado a las lenguas por la Constitución española de 1978. El artículo 3 de esta Constitución especifica que el castellano es "la lengua española oficial del Estado" y reconoce las demás lenguas oficiales de las distintas comunidades autónomas, de acuerdo con su estatus. Sobre esta base, el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 convirtió el castellano y el catalán en lenguas oficiales de Cataluña. El Estatuto de Autonomía de 2006 especificará entonces que "todas las personas tienen derecho a utilizar ambos y que los ciudadanos de Cataluña tienen el derecho y el deber de conocerlos." Este estatuto también establece que la lengua propia de Cataluña es el catalán y como tal el catalán será la lengua de uso "normal y preferente" en las administraciones públicas y en los medios de comunicación catalanes. También se utilizará como "vehículo" para la educación. Ese mismo año, el aranés, la lengua que se habla en el Valle de Arán, se considerará lengua del territorio y será también lengua oficial.

Diferentes prácticas en diferentes regiones

El catalán es una lengua indoeuropea que pertenece a la rama occitano-románica de las lenguas romances. Al igual que las demás lenguas románicas, deriva del latín "vulgar", es decir, de la lengua común hablada por los romanos que se instalaron en Hispania. La forma en que se habla en Cataluña distingue dos grandes bloques: el catalán "norte", que incluye también el catalán "central" y que se escucha en las "comarcas" del norte y en Barcelona, y el catalán "occidental", que, más al sur de Cataluña, tiene similitudes con el valenciano. Aunque el uso del catalán se mantuvo en términos absolutos entre 1980 y 2010, descendió proporcionalmente en el periodo comprendido entre 2003 y 2008, principalmente como consecuencia de la fuerte inmigración (unas 500.000 personas en este periodo), de las cuales el 36% habla castellano. Sin embargo, los catalanes de hoy son generalmente bilingües y dominan el catalán y el español. Según un estudio realizado en 2015 por el departamento de cultura de la Generalitat, el 94,3% de la población catalana entendía el catalán, el 84,4% lo hablaba, el 82,4% lo sabía leer y el 60,4% lo sabía escribir. Según el mismo estudio, el 36,3% de la población catalana habla catalán como lengua habitual, mientras que el 50,7% habla español. Casi el 7% indicó que ambas lenguas les eran familiares. Este resultado general mostró diferencias entre las regiones. En cinco comarcas (incluidas las de la provincia de Girona), más del 50% de los habitantes consideran que el catalán es su lengua habitual (hasta casi el 74% en las tierras del Ebro), mientras que en las otras tres (área metropolitana de Barcelona, Penedés y campo de Tarragona), este porcentaje se sitúa por debajo del 40% (-30% en el área metropolitana de Barcelona). Estas cifras reflejan obviamente la presencia de una mayor inmigración, tanto de otras partes de España como de América Latina.