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La Constitución de 1978

En Cataluña, como en el resto de España, es la Constitución de 1978 la que fija las reglas del juego político. Desde entonces, España se ha convertido en una monarquía constitucional con Felipe VI como jefe de Estado, sucediendo a su padre Juan Carlos I, tras su abdicación en 2014. La misma Constitución otorgó un importante poder de decisión a las regiones, y desde el 17 de enero de 1980 Cataluña es una de las 17 comunidades autónomas de España. En la parte ejecutiva, el gobierno local está representado por la Generalitat, encabezada por un presidente, y en la parte legislativa, el parlamento (135 diputados elegidos por 4 años) es el dueño de la materia.

Bloque contra bloque

En enero de 2020, Quim Torra, presidente de la Generalitat, anunció su intención de disolver el parlamento catalán, una decisión presentada como consecuencia de la ruptura entre los partidos independentistas (ERC y Junts). Esto llevará a la convocatoria de elecciones regionales anticipadas el 14 de febrero de 2021. Marcadas por un alto índice de abstención, estas elecciones dieron la victoria a la mayoría independentista que, por primera vez, es mayoritaria no sólo en términos de diputados, sino también en términos de votos emitidos (50,8%). Sobre el papel, se trata de una coalición independentista que debería ejercer el poder al acumular los 33 escaños de ERC (izquierda catalana independentista), los 32 de Junts (centro-derecha) y los 9 de Cup (extrema izquierda), superando así los 68 escaños necesarios para obtener la mayoría. Una coalición de izquierdas sería teóricamente posible dados los buenos resultados obtenidos por Salvador Illa (PSC -33 diputados, igualando a ERC) si sus diputados se sumaran a los de ERC y a los de los "comunes" (8), la variante local de Podemos. Ya que la abstención de los diputados de ERC en la votación de investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020 le permitió ejercer el poder y este partido también votó sus últimos presupuestos. Sin embargo, esta hipótesis fue barrida por el acuerdo previo firmado por los partidos independentistas que excluía cualquier acuerdo de gobierno con el partido socialista. Estas elecciones también han estado marcadas por otros resultados que arrojan luz sobre la evolución del panorama político catalán y español. En primer lugar, la debacle vivida por Ciudadanos, que sólo obtuvo 6 diputados frente a los 30 conseguidos en la anterior legislatura del parlamento catalán en 2017 y sigue pagando caro su deseo de adelantar al PP en lugar de jugar el papel de engranaje centrista. Pero esta votación también estuvo marcada por la espectacular entrada de la ultraderecha de Vox, que obtuvo 11 diputados. Se trata de una primicia en Cataluña, donde el voto popular se había mantenido hasta ahora en la izquierda. Tras los resultados, el ERC pidió inmediatamente la celebración de un referéndum legal de autodeterminación bajo la supervisión de observadores internacionales. Esto fue rechazado por el PSOE.

El peso de la industria

Tradicionalmente basada en la industria desde el siglo XIX, Cataluña vive ahora de su sector terciario, que representa el 60%. Su industria sigue siendo una parte importante de su economía, pero ahora se basa en la construcción, los servicios y el turismo. Durante mucho tiempo, Cataluña estuvo empatada con Madrid en el título de región más rica de España, pero en los últimos años ha sido superada por esta última. En 2019, la comunidad madrileña generó un PIB superior al de Cataluña por cuarto año consecutivo. Según las cifras publicadas por el INE (Instituto Nacional de Estadística) en marzo de 2021, la comunidad madrileña generó en 2020 un PIB de 216.527 millones de euros frente a los 212.931 millones de euros generados en Cataluña. La comunidad de Madrid también mantiene su liderazgo en términos de PIB per cápita: 32.048 euros, frente a los 27.812 euros de Cataluña. Esta cifra es aún más elocuente si la comparamos con sus resultados de hace cuarenta años. En 1980, ya aportaba el 19,1% del PIB español, casi lo mismo que en 2020 (20%), mientras que la contribución de la comunidad de Madrid pasó del 15,7% al 19,9%. La mayoría de los economistas explican esta tendencia por tres razones principales. En primer lugar, el mayor peso de la industria en la economía catalana (17,4% frente a sólo el 6,4% en la comunidad de Madrid, menos de la mitad) ha hecho que se vea muy afectada por las dificultades económicas que vive toda la industria europea. Además, el crecimiento de los servicios provocado por la "terciarización" de la actividad española habría beneficiado sobre todo a Madrid, beneficiándose de un "efecto capital" (+4,1% del PIB de los servicios de mercado en Madrid, frente al 2,4% en Cataluña). El impacto negativo en la economía de las tensiones políticas es mucho más difícil de medir, aunque se menciona a menudo. Se han trasladado 4.000 sedes sociales fuera de Cataluña desde el referéndum de octubre de 2017 sin que se haya realizado un estudio sistemático del impacto de estos traslados.

El turismo, uno de los pilares de la economía catalana

En 2019, Cataluña acogió a 19,2 millones de visitantes, un incremento del 0,6% respecto al año anterior, y gastaron en ella más de 21.200 millones de euros (+800 millones respecto al año anterior). Así, el auge del turismo registrado desde 2013 ha continuado en los años siguientes. Contribuyendo muy significativamente a su PIB. Se estima que en 2019 este sector aportó un 12% al PIB catalán, lo que lo convierte en uno de los "pilares" de la economía catalana. Hay que decir que, al igual que el resto de España, Cataluña se ha beneficiado en los últimos años del desplome de algunos destinos turísticos mediterráneos como Egipto y Túnez, y la salida de la crisis le ha llevado a mantener un modelo turístico basado en una alta urbanización de la costa. Sin embargo, la pandemia ha supuesto un importante freno para el turismo. En 2020, sólo 18,9 millones de turistas extranjeros visitaron... ¡toda España! ¡Una cifra inferior a la de Cataluña solo el año anterior! La última vez que España registró tan pocos visitantes fue en 1969. En 2021 se percibió una mejora, con 31 millones de visitantes en España.