Educación y patrimonio familiar
El sistema escolar es el mismo que en cualquier otro lugar de Estados Unidos. Las universidades de Luisiana gozan de gran prestigio y atraen a muchos estudiantes de otros estados y del extranjero (sobre todo del Caribe), debido a la calidad de los cursos de francés (campus de la Universidad de Luisiana en Lafayette) o de los cursos tradicionales. Sin embargo, el conjunto del Estado sufre un déficit educativo, sobre todo entre las capas más desfavorecidas de la población.
El abandono escolar y el analfabetismo son lacras que el gobierno de Luisiana se esfuerza por combatir a través de diversos programas educativos. Aunque los padres tienen menos influencia en la educación escolar de sus hijos, se preocupan mucho por transmitirles lo mejor del patrimonio de Luisiana: el amor por el campo y sus paisajes, y el gusto por las grandes reuniones familiares en las que la cocina y la música desempeñan un papel esencial. Los abuelos intentan transmitirles la lengua francesa, aunque los más pequeños no le vean sentido a hablarla fuera de casa. Para muchos padres, sobre todo en el sur de Luisiana, es habitual salir con sus hijos a pescar o cazar en los pantanos durante un fin de semana. Por último, los jóvenes de Luisiana están expuestos a la música desde una edad muy temprana. Hay innumerables grupos jóvenes de música cajún que están muy orgullosos de su herencia.
En el trabajo
Luisiana tiene una población activa de más de 2 millones de personas, con una tasa de desempleo del 4% en junio de 2024 (la media nacional es del 4,10%). En algunas regiones del estado, como Nueva Orleans-Metairie-Kenner, la tasa de desempleo es la más alta de todas las grandes ciudades de Luisiana. Hay que decir que las disparidades en la igualdad de oportunidades siguen siendo frecuentes, y estas tasas de desempleo también ocultan otra realidad: la de la inseguridad laboral. Un número considerable de ciudadanos estadounidenses tienen que mantener varios empleos, a menudo con salarios muy bajos, para poder subsistir.
Protección social
Es responsabilidad del Gobierno federal y tradicionalmente ha sido limitada en Estados Unidos. La cuestión del apoyo estatal al sistema sanitario - "Obama Care" en 2012- ha provocado un acalorado debate. Los republicanos conservadores son extremadamente hostiles a la intervención del gobierno federal y se oponen ferozmente a la idea de un sistema público de bienestar, que creen que sólo conduciría a la creación de una sociedad de beneficiarios de la asistencia social, aprovechándose de un sistema excesivamente generoso y sin voluntad de trabajar.
Esta es la opinión predominante en el Sur, gobernado mayoritariamente por republicanos. Determinadas categorías de la población se benefician de ayudas públicas como Medicare, para los mayores de 65 años y los discapacitados, y Medicaid, para los indigentes, que el gobernador John Bel Edwards se ha preocupado de extender a más de 600.000 habitantes más de Luisiana desde el inicio de su mandato en 2016. Sin embargo, la mayoría de los ciudadanos deben suscribir planes privados de seguro médico. Lo mismo ocurre con las pensiones, extremadamente bajas en el sector público. El sistema de capitalización, que utiliza fondos de inversión, es el más extendido. También hay otros programas de ayuda para quienes cumplen los requisitos, como cupones de alimentos y subsidios de desempleo, pero en la mayoría de los estados no hay permiso parental remunerado, salvo para los empleados federales.
Diversidad sexual
Dado que Luisiana está situada en el famoso Cinturón de la Biblia, un grupo de estados muy conservadores donde reina el protestantismo evangélico, no es de extrañar que tenga una puntuación muy baja en lo que se refiere a igualdad y oportunidades para todos, y que sus políticas y legislación dirigidas a la comunidad LGBTQ+ brillen por su ausencia. Dicho esto, las ciudades de Nueva Orleans y Shreveport han tomado iniciativas locales, sobre todo contra la discriminación de género en el empleo y la vivienda.
Aunque estas dos ciudades son más gay-friendly, no ocurre lo mismo en el resto del estado. En Nueva Orleans, la comunidad LGBTQ+ exhibe ostentosamente susbanderas arco iris, sobre todo en Lavender Line. Contribuyen activamente a la vitalidad y restauración del centro histórico de la ciudad. La comunidad está muy bien aceptada, atrae a muchos miembros del colectivo LGBTQ+ de todo el país y organiza actos muy populares, como el New Orleans Pride en junio y el Southern Decadence el fin de semana del Día del Trabajo (septiembre).
Moral y conservadurismo
A los norteamericanos siempre les ha parecido escandalosa la influencia francesa en Luisiana, donde la moral estaba más liberada que en otras partes del país. Los turistas estadounidenses aún intentan comprender el concepto de "garçonnière" que se encuentra en las plantaciones o en la ciudad. Los chicos de buena familia se instalaban o recibían allí a sus amantes con toda tranquilidad. El Barrio Francés conservó esta reputación sulfurosa hasta bien entrados los años sesenta. Verdadera "ciudad del vicio" para la recta sociedad estadounidense, albergaba una próspera industria de la prostitución y florecientes burdeles.
Aquellos tiempos pasaron, pero hoy Nueva Orleans sigue atrayendo a muchos turistas estadounidenses, porque simboliza la tolerancia hacia una moral más libre. Luisiana es uno de los pocos estados que ha legalizado el juego dentro de sus fronteras.
Numerosos casinos han florecido aquí, ayudando a impulsar la economía local, pero no todo el mundo está a favor del juego, y algunos políticos piden que se prohíba. En general, las zonas rurales son más conservadoras, tanto en las urnas como en la calle. El norte es más tradicionalmente baptista; hablar del aborto en un café no sería necesariamente bien recibido allí. A veces, palabras bíblicas y/o vengativas decoran jardines o muros bajos. ¿Puritanismo? Tal vez. El hecho es que expresar las propias ideas se hace con tacto y respeto.