Los mejores restaurantes Louisiana

Situado al borde de la autopista, un auténtico boui-boui que hace las veces de restaurante y tienda ecléctica. Puedes pedir morcilla, chicharrones, marisco frito, po-boy o pollo frito, por ejemplo, en el mostrador y sentarte en la hilera de mesas en medio de lo que parece una tienda de comestibles de otra época. También encontrará carne congelada, especias de todo tipo, salsas picantes, recuerdos, etc.

Napoleon House es un buen lugar para comer en el Barrio Francés. Nos encanta el ambiente acogedor de esta popular taberna con su decoración vintage y sus luces tenues. Las especialidades cajún, como la jambalaya de pollo y salchichas o el gumbo de marisco, así como otros platos locales, como las muffulettas (una de las grandes especialidades del lugar), los po-boys y los sándwiches varios, son sencillos pero golosos. El patio interior también es un lugar muy agradable para sentarse. El cóctel Pimm's Cup Original es un producto imprescindible.

París vista por los americanos siempre hace sonreír, aquí todo es elegante, rosñones, crepes y Torre Eiffel… Uno se deja llevar con gusto en el cliché, justo el tiempo de una bandeja de queso o de un altaler como la abuela. Al mismo tiempo descubren asociaciones más que sorprendentes, como la crepe con salchichas (que, en realidad, son pepperoni) o camarones (bastante logrados). Una buena opción para comer.

El cangrejo de río vuelve a ser el protagonista aquí, en tarta, gumbo, étouffée, hervido, frito, con patatas fritas o maíz. Pero también hay otras opciones, como gumbo de pollo y andouille, caimán frito, gambas rellenas, media docena de ostras fritas, po-boys, jambalaya, tacos de marisco, plato de frijoles rojos y arroz, combo de pollo frito y gofres y tutti quanti. Entre los postres, recomendamos el budín de pan de Nueva Orleans o los famosos beignets fritos.

Entre el bar, que ocupa una isla central y alrededor del cual puede sentarse en un ambiente popular, las diversas salas de la planta baja o del piso superior, o el agradable patio con sus árboles y guirnaldas, hay mucho espacio en The Francis. En el menú, hay platos clásicos del sur de Estados Unidos, incluyendo especialidades de cangrejo de río, platos fritos y, por supuesto, los tradicionales po-boys. Los platos son bastante abundantes y sabrosos y el ambiente suele ser eléctrico.

John Besh es reconocido como uno de los mejores chefs de Estados Unidos. Su cocina es una reverencia a la cultura local. La acogida y el servicio son impecables, como en una gran casa francesa. El entorno del restaurante es increíble, y nada más entrar te sientes en un lugar muy chic. La cocina está a la altura de la decoración. El sabor y la calidad de cada plato son imprescindibles. Los precios son a veces demasiado altos para lo que hay en el plato, especialmente para el plato de queso. Pero comer en John Besh es una experiencia en sí misma.

Brennan's es conocido por dos cosas: su amplia carta de cócteles y su galardonado chef Ryan Hacker, que dedica sus conocimientos y su talento al menú criollo del restaurante. Puedes empezar con uno de los cócteles clásicos de la casa (apodados eye openers ) antes de echar un vistazo al atrevido menú, ya sea para el brunch o la cena. Todo está delicioso, por no hablar de la decoración, que es absolutamente suntuosa. Un pequeño patio es el lugar perfecto para tomar un café.

Tante Marie es un amplio y bonito café con un ambiente agradable y acogedor. Sirve comida casera, sencilla y deliciosa, y da el máximo espacio a la música, el arte y los encuentros entre personas de toda condición. Entre las especialidades se encuentran los donuts rellenos de boudin, la hamburguesa Jolie Pont Blue con queso azul, el bagre frito, el espresso Caramel Comfort y las mimosas para el brunch del fin de semana. Cajun jam sessions todos los sábados y domingos de 11:00 a 13:00 y ocasionalmente espectáculos en directo (ver página de Facebook).

Hay que reconocer que el lugar no parece gran cosa. Pero confía en los lugareños, si te envían allí es por una buena razón. La comida es bastante buena y el ambiente es bastante bueno. Algunas de las especialidades que se pueden probar son: pollo frito, po-boys, bocados de morcilla y gambas fritas. Los sábados por la noche, todos los pueblos de los alrededores parecen reunirse aquí para bailar (música cajún en directo los fines de semana). La opción perfecta para reponer fuerzas después de la excursión por el pantano de Mark Miller, que sale del pontón del restaurante.

El restaurante se encuentra en una cabaña de madera, con un interior sencillo y limpio, mesas con manteles y grandes ventiladores. La especialidad del lugar es el plato de marisco frito (varias opciones incluyendo platos combinados o mitad y mitad), sin olvidar las carnes a la parrilla, el gumbo de gambas o pollo y salchichas, el plato de arroz y judías rojas, la jambalaya, etc. Todos los viernes por la noche se puede comer todo el pescado frito mientras una banda en directo se encarga del ambiente.

En Prejean's, la decoración se centra en lo esencial de la vida en el pantano. Las especialidades son el marisco, las carnes a la parrilla y los hervidos (langostas y gambas o ambos, disponibles sólo por la noche a partir de las 17:00). El menú no se detiene ahí, incluyendo casi todas las especialidades de Luisiana: gumbo, crawfish etouffee, po-boy, shrimp & grits, alligator, etc. Todo bien cocinado y recomendado por un auténtico cajún local. Además, hay música en directo varias noches a la semana, normalmente música cajún.

Todo empezó en 1962, cuando Poche's era un simple local de barbacoa y morcilla. Varias décadas después, Poche's sigue siendo propiedad de la misma familia y funciona como restaurante y carnicería. En el restaurante se sirven las carnes de la casa, pero también toda una serie de especialidades cajún con un menú diario y nocturno que ofrece varias opciones. En la carnicería, podrá abastecerse de embutidos, andouilles, carnes a la brasa, etc.

T-Coon es ciertamente cajún por sus ancestros acadianos, pero afirma pertenecer a la cultura zydeco en su forma de cocinar. Una forma de ver las cosas. Aun así, su brunch de los domingos tiene sus seguidores y es mejor reservar. Es una excelente oportunidad para tomar un auténtico desayuno local(sémola, huevos y bacon, salchichas, tortillas, tortitas, etc.) para empezar bien lo que promete ser un largo día. Para el almuerzo, los días de la semana tienen un plato destacado, además del menú regular que cuenta con muchas especialidades de Luisiana.

Productos de temporada, techos altos, ambiente familiar, estas son las principales bazas de este establecimiento que ofrece una carta muy local (gumbo, bocadillo de cochinillo, plato de bagre frito, cangrejos con etouffee de cangrejo de río, etc.). La casa también ofrece ensaladas creativas, parrillas y hamburguesas gourmet. También en el programa: buffet surf & turf los viernes y sábados por la noche y buffet Boucherie Brunch los fines de semana. Cabe destacar la acogedora y rústica terraza trasera con vistas al Bayou Fuselier.

La Mansión es el restaurante de la Plantación Nottoway. Es muy conocido en la zona y sirve auténtica cocina sureña. Situado en la casa principal, en la planta baja, tiene cierta clase, con su decoración recargada, pesadas cortinas de terciopelo y vajilla dorada. Esto es parte de lo que atrae a los estadounidenses, pero no tanto a los franceses. El segundo punto fuerte de este restaurante es, por supuesto, su vista del parque Nottoway y su menú bastante amplio. Pero cuidado, la factura es alta.

Evangeline apuesta por algunas especialidades cajun perfectamente dominadas para seducirnos. Prueba los camarones y grits (preparados de maíz) o pollo jambalaya, disfrutando del agradable patio en el que se puede cenar casi todo el año, dulzura luisianaise. Si tienes hambre, pide un plato de degustación de salchichas casquetas, el anguila, el barrino y la salchicha. Otra puesta en la boca sabrosa sigue siendo el cangrejo, preparado con la cangrejo azul del lago Pontchartrain.

Este es un restaurante de confianza en Abbeville. El menú es tradicional, con pescado frito, jugosos filetes y gumbos. Hay para todos los gustos. Para los entrantes, elegimos las berenjenas en rodajas, fritas y con salsa marinera, seguidas de las famosas gambas con sémola como plato principal. Las carnes a la parrilla también merecen la pena, especialmente el filete mignon. Lo mejor es acompañar la comida con un daiquiri, que se bebe a sorbos mientras se ven pasar los barcos por el río Vermilion. Una buena idea: el plato estrella de la noche, que cuesta menos de 20 dólares.

Situado en el distrito histórico de Donaldsonville y alojado en un edificio restaurado de los años 20, este establecimiento gastronómico ofrece una cocina que mezcla las tradiciones cajún, criolla y africana. En el menú, sabrosas carnes a la parrilla como el filet mignon, pescado y marisco, pollo relleno de espinacas y salchicha andouille, sándwiches como el po-boy con gambas fritas o a la parrilla, pasta de berenjena y cangrejo, etc. Músicos en algunas noches y exposiciones de arte visual en las paredes del restaurante.

Ubicado en un almacén restaurado a orillas del río Ouachita, con fama de ser uno de los más bellos del país, este restaurante prepara todo tipo de delicias, como pastel de cangrejo, gambas cajún, gumbo de marisco, plato de bagre o de ostras, pasta criolla o lomo de ternera USDA. Los postres son igual de tentadores, con el pudín de pan o la tarta de queso. Y, además, una hermosa terraza sobre el río.

Enclavado en los hermosos jardines Rip Van Winkle, no muy lejos de las orillas del lago Peigneur, el Café Jefferson ofrece la oportunidad perfecta para entretenerse en este agradable lugar. Entre visita y visita, siéntese a degustar un gumbo de marisco, un remoulade de gambas, un etouffee de langostinos o simplemente un buen po-boy o muffuletta. La vista del lago es especialmente relajante. Guarda espacio para el postre, especialmente para el Bourbon Pecan Pie.

Este es el lugar para ir a todo tipo de especialidades locales. Entre los platos de la carta se encuentran los po-boys muy rellenos, las bandejas de marisco frito, las cigalas hervidas (cuando son de temporada) y el gumbo de marisco o de pollo y salchichas. También hay pequeños platos para llevar, como ensaladas y hamburguesas, platos del día (cangrejo de río etouffee, cerdo asado, etc.) y la famosa barbacoa de los domingos. Nos gusta el ambiente popular, los precios moderados y el hecho de que los lugareños lo hayan convertido siempre en su cantina.

La familia Soileau lleva más de 80 años deleitando el paladar de lusos y visitantes. La tercera generación de Soileau está ahora al frente del restaurante, continuando con la tradición de una cocina cajún sencilla y económica hecha con amor. En el menú: ancas de rana, caimán en salsa picante, gumbo, po-boys, marisco hervido, a la plancha o frito, cangrejos de río en todas sus formas, pollo frito y otras especialidades locales. Tenga en cuenta que el restaurante también vende algunos productos caseros, como salsas y aderezos.

Este restaurante, situado a orillas del río Bayou Desiard, es conocido por sus parrilladas servidas en un entorno rústico encantador. Te aconsejamos el Catfish Desiard, o los Shrimp Rahkee, camarones cocinados en una salsa cremosa con champiñones y verduras. Otra opción, más ligera sería la ensalada de camarones reprimidos o el filete en la barbacoa. Reserva aconsejada los viernes y sábados por la noche.

Este pequeño restaurante es una dirección auténtica donde se puede degustar principalmente marisco hervido (cangrejos, cigalas o gambas), pero también bolas de boudin, cangrejos guisados, salmón a la parrilla, un po-boy, una cesta de marisco frito y tutti quanti. Para probar de todo, el plato de degustación con carne de cangrejo gratinada, pescado y gambas fritas y cangrejo relleno de gambas es imprescindible. De postre, el budín de pan y la tarta de queso son el toque final perfecto para esta escapada gourmet.

Una de las dos direcciones del centro recomendadas por los lugareños, sin duda su favorita. Fat Daddy's tiene una decoración de los años 50 y un ambiente sin lujos para un descanso rápido sin arruinarse. Puede probar las especialidades locales: cangrejos de río, ensalada de gambas, costillas de cerdo a la barbacoa, muffulettas y po-boys bien preparados (recomendamos el Fat Daddy's Special con jamón, pavo, roast beef y quesos suizo y americano). De postre, el inevitable budín de pan no está mal, pero es la única opción.

La razón principal para venir aquí es la morcilla. Estamos en el corazón del país de las morcillas. Destaca la bola de boudin , que no llena y no pica demasiado (relativamente). El clásico boudin también es bueno, para los que les gusta crujiente. Una pequeña tienda con un gran escaparate desde el que se puede observar todo el proceso de elaboración del boudin ofrece traer la mezcla de especias para el gumbo, la receta ideal para la jambalaya, etc. Por lo demás, el menú se centra en el marisco y los filetes, como en todas partes.

Inaugurado en los años 30, Herby K's se llamaba entonces Flying Crow y alimentaba a los cientos de obreros que trabajaban en los ferrocarriles cercanos. Hoy en día, el lugar sigue siendo popular y familiar, y está en el itinerario de muchos visitantes. La comida aquí incluye abundantes po-boys, hamburguesas bastante buenas y todo tipo de platos de marisco, incluyendo ostras fritas y ancas de rana. Por supuesto, no te pierdas el gumbo, ¡acompañado de unos aros de cebolla !

Situado al sur de Bossier City, este café no tiene nada de particular, salvo que es especialmente patriota. Con un nombre igual, sólo se pueden comer buenas hamburguesas. Es cierto que la decoración, compuesta únicamente de banderas americanas y otros objetos a la gloria del país, es carrélica y la atmósfera no siempre es muy distinguida, pero este café es una opción barata y rápida en el barrio.

Esta dirección del Uptown es una auténtica pepita de oro, fundada por tres amigos que querían celebrar las alegrías del picnic. Hay cuatro cajas de picnic disponibles, cada una de ellas acompañada de al menos una galleta de mantequilla, encurtidos caseros y una selección de guarniciones (hay diferentes tamaños disponibles en función del número de personas). Por lo demás, es posible comer allí mismo en un entorno realmente bonito y moderno. Se recomienda tomar varios platos pequeños para compartir.

A dos pasos del Café de Amigos, Jacqueline te ofrecerá una cálida bienvenida. Exilada desde hace mucho tiempo, esta francesa no ha olvidado nada del conocimiento gastronómico de su país. Te presentará una carta en la que las especialidades de cangrejos se disputan la estrella con recetas francesas y conviven con po-boys americanos. No sorprende que esta mujer de carácter se haya instalado en el corazón del Acadie francés.

El nombre de este restaurante se inspira en dos personajes de ficción muy conocidos en el país cajún. Son innumerables los gags en los que aparecen, incluso hoy en día. Además de esta anécdota, Boudreau & Thibodeau's Cajun Cookin' es una visita obligada en Houma. Sirve bocados de cocodrilo, ancas de rana, gumbo, carnes a la parrilla, hamburguesas, po-boys y sándwiches, platos típicos cajún y marisco. El ambiente es agradable y el servicio es atento.

El "agujero del cangrejo de río" pone, por supuesto, a la damisela naranja en el punto de mira. Aquí se trata de colas de cangrejo de río y de la cantidad de chile que se les añade. Es cierto que hay lugares más baratos que lo hacen, pero hay que decir que el producto es de la máxima calidad. Y en Luisiana, ¡nunca se puede rechazar un plato de cangrejos de río! El restaurante también ofrece gambas en todas sus formas, ostras fritas, gumbo, po-boys y hamburguesas, pescado frito cajún y muchas otras delicias típicas.

Todos aquellos que no pudieron encontrar un lugar en Acme se encuentran en la acera de enfrente de Felix. Este pequeño restaurante no tiene el encanto de su vecino, pero los mariscos-y sobre todo las ostras- son frescos y sabrosos.

En un entorno colorido con grandes cuadros de flores de magnolia, empresarios, jubilados y madres toman aquí su descanso para comer. La comida es casera, los sándwiches son deliciosos, las ensaladas (prueba el aderezo casero Sensation) son bastante sustanciosas. También sirven platos tex-mex y buenas pizzas. Puede que tenga que esperar un poco para conseguir una mesa, pero es una visita obligada si pasa por St. Francisville. Lo recomendamos

Es un lugar ideal para descubrir entre buenos amigos. Este pequeño tapón está bien escondido. Su entrada está situada sobre el bar Apple Barrel sobre Frenchmen. Pasa por el bar o entra por la puerta a la izquierda del edificio y sube la escalera un poco empinada. Adolfo Pérez, el chef y propietario del lugar, le da la bienvenida en un entorno que puede parecer un poco descuidado, pero la comida siempre es buena y fresca. Si las once mesas están ocupadas, puedes tomar el aperitivo en la planta baja. La cocina es media italiana, mitad español… se puede decir criolla por retomar los términos locales, con una fuerte influencia europea. Un ambiente muy acogedor.

Desde su apertura en 1840 por un francés, Antoine Alciatore, sigue siendo la misma familia la que regenta el establecimiento. En realidad, nada ha cambiado, excepto la forma en que se utiliza. El edificio cuenta con más de diez habitaciones, cada una con su propia finalidad y decoración. En el menú, el pámpano de Pontchartrain, la trucha amandine y las famosas ostras Rockefeller y su salsa de mantequilla (un plato inventado aquí). Y de postre, hay que probar el enorme Baked Alaska (una tortilla noruega). El sótano también contiene muchos tesoros. Bar Hermès al lado.

¡Cuidado con la explosión de sabores! Donald Link (socio del chef Stephen Stryjewski) se centra aquí en los cerdos locales, pero también en los productos de los agricultores y pescadores locales. La cocina sureña americana y cajún es su carta de presentación, con salsas ligeramente especiadas y platos agridulces. Tenga en cuenta que los camareros conocen bastante bien sus vinos y podrán orientarle hacia los varietales nacionales o franceses. La zona de la carnicería Cochon, adyacente al restaurante, ofrece cochones, charcutería y otros embutidos.

Fundado por Wayne Banquet Sr. y ahora dirigido por su hijo y su esposa, este restaurante del barrio de Treme es un lugar popular para los lugareños. A menudo hay que esperar para acceder a la sala, repleta y animada. La especialidad de la casa: la comida del alma y los sabores locales. Aunque la principal atracción es el pollo frito, el restaurante también ofrece gumbo, po-boys (gambas fritas, salchichas picantes o bagre frito) y bandejas de marisco frito, sin olvidar los abundantes platos del día que se ofrecen a precios bajos.

El caldo de pho es más ligero y perfumado que en otros restaurantes del mismo estilo alrededor. Los bols huecos de esta sopa no dejan de salir de la cocina. Todos los platos asados son una delicia. Por supuesto, también encontrarás el piano-boy versión vietnamita, perfecto para llevar antes o después de una visita de los bayous Jean Lafitte.

Un restaurante de renombre que sirve cocina típica cajún en el corazón del Barrio Francés. En el menú: pollo frito cajún, gumbo de marisco, jambalaya con salchicha y conejo, gambas al estilo criollo o etouffee de gambas y cangrejos de río. Y como suele ocurrir en Estados Unidos, una buena dirección significa una buena cola. Así que normalmente hay que esperar un poco para conseguir una mesa, pero merece la pena. Para pasar el tiempo, puede tomar un cóctel en la cola, una práctica muy habitual.

Aquí todo proviene de los prados más exuberantes de los Estados Unidos: ya sea la carne o la ensalada. Todo es fresco, agradable y sabroso. Puedes elegir entre la ensalada al azul y las manzanas, o la hamburguesa con queso ahumado y bacon. Incluso se pueden montar los dos tomando una hamburguesa y una ensalada, o transformando la ensalada en plato, añadiendo pollo, bacon etc…

Este restaurante lleva muy bien su nombre y la carta hace honor principalmente a la cocina del sur de los Estados Unidos. A saber, las mesetas de parrilladas de carne, platos gigantescos de pescado y crustáceos fritos, hamburguesas variadas, todo acompañado de salsas especiadas, cubiertas y coloridas. Se puede incluso pedir al "Tailgate menú", traducido por menú picnic, sabiendo que "tailgating" significa abrir la parte trasera de su camioneta para sentarse en la caja fuerte y picnic.

Este es el templo del fast-food local, es decir, hamburguesas (el pan se fabrica sobre el terreno), los po-boys y otros platos de pescado frito. Es grasoso, ágil, dietético y francamente americano. Si quieres jugar local en Shreveport, aquí es donde tienes que venir. En postre, pruebe los cinnamones rollados, pequeños pasteles de canela.

Se puede hablar de cocina contemporánea para describir el mapa de Abby Singer. Todo el interés del establecimiento reside en que se puede llevar su comida al teatro. Abby Singer hace referencia a una expresión nacida en los estudios de cine, cuando la productora Abby Singer decía a sus técnicos que trabajaban entre seis y ocho películas al mismo tiempo: " giramos la última escena del día y luego una siguiente ".

Como capital "mundial" del arroz, Crowley debe tener su palacio del arroz. Este restaurante familiar hace referencia a la referencia en materia de comida cajún y criolla. Las principales especialidades están preparadas: picota, po-boys, pero también, para los grandes golpes, entrecruzada, con cerdo, pollo frito y otras maravillas del sur americano.

Para comer una hamburguesa gigante rodeada de patatas fritas, cebollas y pickles (estos grandes cornisos casi dulces), Gabe's es el lugar que hay que elegir. Los locales vienen a la pausa del mediodía, los viajeros paran en la carretera para Nueva Orleans. En resumen, es un buen punto de partida en Rayne para una parada realmente nutritiva.

Situado fuera del centro histórico de la ciudad, en la nueva ciudad, Southern Classic es uno de los lugares de almuerzo no apreciados de los locales. Se come el mejor fried chicken de la ciudad, es decir, postes y alas de pollo frito. Esto no es ligero, no es dietético y es totalmente americano. 

Si quieres saber cómo se come a los Luisianais en casa, The Kitchen, La Cuisine, es una opción agradable. Aquí se sirven deliciosos desayunos validados por las abuelas de Monroe, así como por las buñuelos de pollo y los brotos de pollo aprobados igualmente. En los brocolis tenemos una duda, pero sobre los monodotes,¡se cae!

Verona acaba de instalarse en Alexandria. Si dudes de la italianidad del lugar, habla un poco con Tony Ferratti, el chef. Da la vuelta a cada mesa, asegura que todo el mundo utiliza una porción razonable de parmesano, vigilando a los pequeños sabores que quieren cortar sus espaguetis y mantener un ambiente familiar, cálido y totalmente italiano en su restaurante. Los cannelloni son simplemente mágicos, y la salchicha italiana en antipasto es una maravilla siciliana. Quizás uno de los mejores restaurantes italianos de Luisiana. 

Sin duda, la carta es variada y honra a Luisiana. Ostras fritas, catfish frito, cangrejos picante en temporada, tarta de nueces de pécan y breadpudding para terminar. Si la fritura se realiza con brillantez, el servicio deja mucho que desear. No te apures, los servidores no lo son… En resumen, concentrémonos en su plato, es el principal.