La importancia de la música popular
En la Costa de Ópalo, los numerosos carnavales, entre ellos el famoso carnaval de Dunkerque, son el escenario de fabulosas fanfarrias y armonías con tambores, pífanos, acordeón, etc. Grupos como Cap'Trad se han hecho un nombre. En las canciones y danzas tradicionales también intervienen la gaita, el violín, la espineta y la piposa... con artistas como Marieke, Jean-Jacques Revillon y el Trío Rococco Rijsel. Ningún gran festival está completo sin una melodía musical, ya sea tradicional (como los chanteys de mar de la Fête de la mer de Boulogne-sur-Mer) o más moderna. No importa, siempre que el ambiente sea el adecuado
También hay muchas canciones infantiles en ch'tis (la lengua de Picardía), entre ellas una de las más conocidas, "Le P'tit Quinquin" de Alexandre Desrousseaux, que muchos norteños sabrán cantar al menos en parte.
La Côte d'Opale también cuenta con una gran variedad de actividades musicales, como las asociaciones de la Délégation Musicale de la Côte d'Opale y la amplia oferta de música amateur: bandas de viento, coros, orquestas sinfónicas, acordeones, numerosas escuelas de música... Hay mucho para cultivar el gusto por la música y sus múltiples instrumentos.
El Norte, tierra de inspiración para muchos artistas
Desde hace muchos años, el Norte de Francia y su particular historia no dejan de inspirar a los artistas. A veces apreciada por su identidad, a veces realzada por su historia y sus paisajes singulares, la región es a veces sólo una mención, y otras veces el corazón de verdaderas obras maestras que perdurarán en la memoria.
En 1967, Enrico Macias se deshacía en elogios hacia "Les gens du nord", que "tienen en los ojos el azul que falta en su decoración (...), tienen en el corazón el sol que no tienen fuera". El artista Pierre Bachelet rindió homenaje a los mineros en su tercer álbum, en 1982, con la canción ya legendaria "Les Corons". Otros artistas son Bourvil y su "Clair de lune à Maubeuge", Renaud y su "Chtimi rock", Claude Barzotti y su "Fille des Flandres", y Louis Arti y su "Plage de Dunkerque".
Numerosos eventos musicales a lo largo del año
Con tanta actividad, no es de extrañar que haya tantos y tan variados festivales de música en la región de Hauts-de-France. Desde principios de verano hasta finales de año, no pasa un mes sin que se celebre un festival de música.
A partir de marzo, el festival Paradis Artificiels, en el área metropolitana de Lille, ofrece una serie de conciertos en torno a la música contemporánea.
En mayo, el festival Musica Nigella da el pistoletazo de salida a las festividades con una celebración de la música clásica que acoge a varios miles de visitantes en lugares muy poco habituales. A finales de junio, el Mid-Summer Festival celebra los vínculos franco-británicos en el Théâtre d'Hardelot con música barroca, teatro, danza y ópera.
En julio se suceden los festivales: el de la Plaza Mayor de Arras, el de la Côte d'Opale, que celebra la chanson francesa y sus grandes nombres con una docena de conciertos de Boulogne-sur-Mer a Hardelot, y las Nuits Secrètes y su célebre "Parcours Secrets" en Aulnoye Aymeries. En el mismo mes, el festival de Hardelot ofrece un ambiente más "clásico"... celebrando tanto la música clásica como el jazz. Los conciertos son de gran calidad, con interpretaciones de obras de grandes compositores a cargo de artistas consagrados.
En septiembre, el Poulpaphone celebra el inicio del nuevo curso escolar Detrás de este nombre atípico, que ya marca el tono, se esconde un festival de música moderna y eléctrica en la región de Boulonnais. Del rock y el electro al pop y el hip-hop, el festival celebra la creatividad y presenta artistas de todos los horizontes.
En noviembre, puede optar por el jazz con Tendances Jazz y sus conciertos, encuentros y masterclasses, o por la música más contemporánea con Intramurock. En Lille también se celebra el festival Le Père Noël est-il un rockeur, al que hay que llevar un regalo en lugar de una entrada (los beneficios se destinan a obras benéficas).
Y en diciembre, las bandas de música se encargan de caldear el ambiente en los tradicionales mercados navideños Es imposible no encontrar el festival de música de sus sueños en nuestra hermosa región.
Teatros de arte e historia
El teatro también ocupa un lugar importante en la región, con varios teatros emblemáticos. Empecemos por el Gran Teatro de Calais. Ya en el siglo XV hay constancia de representaciones teatrales en la ciudad, en aquella época frente a la iglesia de Notre-Dame. El primer teatro de Calais se construyó en 1725, en la actual "Rue de la Mer", y consistía en una sencilla plaza con bancos, un escenario y tres lienzos pintados. Tuvo varias juventudes antes de convertirse en el teatro municipal que conocemos hoy. Hoy es un lugar muy apreciado, con capacidad para 1.390 espectadores. Además, es el tercer teatro de Francia que tiene toda su maquinaria escénica de hierro.
Más inusual, el teatro de madera de Hardelot es el primer teatro isabelino de Francia, y fue galardonado con el premio a la mejor construcción de madera del mundo en 2017. Inaugurado en 2016, es una maravilla arquitectónica que distingue a Hardelot y rinde homenaje a los vínculos franco-británicos. La madera está omnipresente, desde el abeto al alerce, pasando por el roble pulido. Un lugar popular, también acoge regularmente conciertos y festivales locales.
En la capital de Flandes, la bella ciudad de Lille, hay varios teatros entre los que elegir, incluido el renombrado Théâtre du Nord, un edificio protegido ubicado en un antiguo cuartel de guardia. También está el Théâtre Sébastopol, inaugurado en 1903.
La región también cuenta con una docena de teatros clasificados como "scène nationale", entre ellos el Phénix de Valenciennes, La Rose des Vents de Villeneuve d'Ascq y el Théâtre du Manège de Maubeuge. Este sello, creado en 1991, lo concede el Ministerio de Cultura francés con el fin de promover el desarrollo cultural de las ciudades y regiones. Hay casi 80 scènes nationales en Francia y en el extranjero.
