Restaurantes cocina de las Américas - Caribe Estados Unidos

Este restaurante abrió en 2015 y se ha convertido rápidamente en una de las direcciones originales más populares de la ciudad. El chef Ravi Kapur, oriundo de Oahu, se inspira en la tradición culinaria hawaiana para ofrecer las delicias de su isla, añadiendo toques de cocina asiática; Corea, Japón y la India se unen a menudo con los sabores de Honolulu. Las costillas de ternera al kimchi y el pulpo a la parrilla son algunos de los mayores éxitos del menú. El bar también sirve cócteles con hibisco o mescalina.

Un restaurante en pleno corazón de Pacifica que propone especialidades tan peruanas como mexicanas. Apreciamos especialmente los platos elaborados a partir de pescado, con una excelente selección de recetas de pulpo. Los tacos y burritos clásicos de la región también figuran en el menú y merecen la pena. Ambiente agradable y ambiente acogedor.

La cena en Hugo es buena, pero se procede a sus desayunos y a su brunch, preparados a base de ingredientes orgánicos. Los huevos revueltos (scrambled eggs), los panecillos y los panes vegetarianos se combinan perfectamente con un cóctel refinado, como el Mangorita. El trofeo vuelve a Pasta Mama y Pasta Papa, dos de los platos de pasta a los huevos más adictivos.

Un valor seguro para degustar los grandes clásicos de la cocina americana. Una bonita terraza exterior te da los brazos para degustar el famoso meatloaf seguido de un postre que cae en el suelo: el plátano toffee crunch cake.

El nombre dice todo. Este restaurante es una institución en la que se sirven los platos tradicionales del sur de los Estados Unidos. Pollo frito, gofres y otros platos llenos de grasa y azúcar: Sabemos que es malo para la salud, pero es tan bueno. Con una relación calidad-precio correcta, esta fórmula atrae a los músicos de la zona, la comunidad afroamericana (sobre todo las familias) y los jóvenes estudiantes.

Esta dirección no necesita hacer toneladas para impresionar, ya que está en un "castillo", el de las estrellas. En efecto, es en este hotel donde se alojan muchas celebridades de todo el mundo cuando vienen a Los Ángeles; el restaurante, accesible a todo el mundo, está lleno de famosas cabezas. La cocina es de inspiración rústica (confitado de pato con setas, ternera bourguignon, lubina....) pero sigue siendo elegante. Incluso si, al final, nadie viene aquí exclusivamente a comer. Vamos a Le Marmont para que nos vean, especialmente si trabajamos cerca, en Hollywood por ejemplo. Los precios no son tan altos como pensamos.

Un restaurante peruano-californiano de éxito, que ha abierto varios locales en la bahía de San Francisco. Especialidades: ceviche, leche de tigre, carnes a la brasa y los famosos anticuchos, brochetas de pollo peruano con patatas chimichurri y maíz peruano. Deliciosas salsas de ají y raciones abundantes. Puedes acompañar tu plato con chips de mandioca(yuca). El ambiente es ruidoso y animado. Los cócteles también son deliciosos, como el Diablito (pisco, zumo de granada, angostura, sirope de jengibre y lima).

Este café en la calle Main está simplemente fuera del tiempo. El ambiente local y el desayuno son magníficos. Trofeos de caza y atmósfera local. ¡Muy fotogénica!

Es una de las instituciones del barrio. El menú es americano old school (cóctel de camarones, tarta de pollo, meatloaf) y atrae a la banda de creativos de Hollywood. Es justo si no se coloca a los clientes en su nivel de influencia en la industria cinematográfica. Se recomienda ensaladas Cobb y Caesar.

Noé, situado en el interior del hotel Omni, ha ganado el corazón de los Downtowners jugando el mapa de la sofisticación. Los platos no sólo son deliciosos, sino también con mucha elegancia. El menú presenta precios fijos que están justificados por el servicio y la calidad de la cocina, de inspiración francesa. El restaurante y su lounge son los lugares de encuentro favoritos del público del Walt Disney Concierto Hall y del Music Center.

El chef de Father's Office procede de la cocina gastronómica. Decidió abrir este anuncio para empezar a crear la mejor hamburguesa en la tierra. ¡Venga a probar por ti mismo! Entre sus panecillos cálidos, la ternera está coronada por roquefort, bacon y cebolla caramelizada. El bar sólo dispone de muy pocas mesas, pero la cola se extiende a menudo delante de la puerta. La selección de cervezas varía con las estaciones: una buena razón para esperar. Por el contrario, dado que el alcohol está prohibido a los 21 años, hay que dejar a los niños en casa.

Uno de los últimos miembros del movimiento Third Wave Coffee en Silver Lake se ha establecido en una de estas calles en desarrollo, Hoover Street. Aquí, el café es sudamericano, auténtico, generoso, cremoso y perfectamente tostado. Protegido del sol bajo un lienzo extendido en el patio, usted puede relajarse solo o con amigos, lejos del tráfico. Atmósfera latina y tamal (pan de maíz al vapor, relleno de carne, queso y vegetales) de Oaxaca para el desayuno.... una dolce vita toute angeleno.

Una steakhouse donde se coge la carne como los rancheros españoles, sobre un fuego de madera de roble rojo (red oak). El restaurante, hecho famoso por una de las escenas de Alexander Payne, Sideways, gira en este propio restaurante, propone una cocina tradicional pero inventiva. La especialidad sigue siendo la carne con ribs, filetes y pollo cocidos, pero también se deja seducir por las sopas caseras o las pastelerías. Por último, el Hitching Post tiene el mérito de producir sus propios vinos, para acompañar al máximo cada uno de los platos.

Un lugar para los gastronomías. Este café sirve cocina local y biológica, todo decorado con vinos que vienen directamente del bar de vinos bajo el mismo techo. La selección es amplia, ya que la carta de vinos tiene más de 500 vinos diferentes. La dirección es también una bodega, así que podrás ir de compras antes o después de comer.

En 1924, Anton y Julieta Andersen abrieron las puertas de lo que se convirtió en una institución de la Santa Ynez Valley. Anton, de origen danés, trabajó en la apertura del hotel Biltmore en Los Ángeles y quiso cambiar de marco. Su esposa Julieta, originaria del este de Francia, lo siguió en este proyecto gracias a sus talentos de cocinera. Es una receta para la famosa sopa de guisantes rotos… Hoy los propietarios del lugar han cambiado y el restaurante se ha vuelto más turístico. Pero Pea Soup Andersen's tiene un tramo de historia de la región. Apreciamos el interior rústico, el mini museo y la panadería artesanal.

Una mesa típica y barata. En la entrada, un cartel de humor recibe a los visitantes: «Hot Beer. Lousy Food. Bad Service» (Cerveza caliente. Comida mediocre. Mal servicio). En realidad, las cervezas son deliciosamente frescas, la comida es sencilla pero sabrosa y el servicio es totalmente correcto. Cabe destacar el desayuno y la carne (fried chicken, ribs o la inevitable hamburguesa). Por último, la decoración, aunque un poco envejecida, merece la pena visitar, con cientos de cuadros que rinden homenaje a los westerns. Un establecimiento verdaderamente auténtico.

El mejor restaurante de esta pequeña ciudad de 2.000 habitantes. Season's se diferencia de sus vecinos proponiendo una cocina internacional refinada. Algunas mesas tienen unas bonitas vistas. Los precios son un poco elevados para la región, pero el servicio y la presentación no tienen nada que envidiar a las buenas mesas de San Francisco. Platos muy sabrosos, ya se trate de salmón, de impulso o del tradicional New York Strip Steak.

Un local sin florituras en el corazón de Castro. Starbelly sirve lo que los americanos llaman comfort food: platos sencillos y sabrosos. El interior de madera y el patio exterior, perfumado con plantas aromáticas, ofrecen un marco único para el almuerzo o el atardecer. El menú cambia según el mercado y los caprichos del chef. Los platos son ingeniosos y están bien condimentados. Nos encanta la pizza de rúcula, el paté casero y el bistec de falda. Buena carta de vinos a precios razonables.

La dirección preferida de los locales. Ambiente cálido y casual para degustar una comida americana. Los favoritos son las carnes asadas a la barbacoa (chicken o ribs) o la famosa hamburguesa y su acompañamiento a elegir: patatas fritas, coleslaw, judías rojas o mac & cheese.

Este digno representante del movimiento "farm-to-fork" propone una bonita carta cuyos platos están muy orientados a la carne. Las costillas de ternera, de cerdo y de cordero se realizan a la perfección. Algunas propuestas de pescado para los que prefieren las opciones del mar. Se organizan veladas periódicas y el bar Mojo's sirve cócteles muy buenos. Uno de los mejores establecimientos de Woodland.

La entrada de este restaurante anuncia con orgullo el color: ¡The world's best hamburger! Aquí la estrella es el emblema de la gastronomía americana. Se encuentra a todas las salsas y con quesos variados y variados. Las hamburguesas son copiosas, sabrosas y muy jugosas. En el interior ambiente surtido con tablas de surf en el techo y placas de matrícula de todos los Estados americanos en las paredes. Prepárate para hacer cola un buen momento dependiendo de la hora y el día.

Situado al sur de Bossier City, este café no tiene nada de particular, salvo que es especialmente patriota. Con un nombre igual, sólo se pueden comer buenas hamburguesas. Es cierto que la decoración, compuesta únicamente de banderas americanas y otros objetos a la gloria del país, es carrélica y la atmósfera no siempre es muy distinguida, pero este café es una opción barata y rápida en el barrio.

Este pequeño restaurante muy popular sirve platos de El Salvador (país de origen del chef) en un ambiente cálido y familiar. Se reconoce por la cola que hay fuera a la hora de cenar. Por supuesto, sirve las famosas pupusas salvadoreñas. Son tortas gruesas de harina de maíz o arroz, el equivalente a las arepas colombianas o venezolanas. Se rellenan de queso, chicharrón, calabaza o frijoles refritos, y se sirven con una ensalada de col picante llamada curtido y una salsa de tomate.

Inaugurado en 2014 por el chef Kerry Simon, Carson Kitchen es un gran lugar del centro de la ciudad junto a Fremont Street. Ofrece una cocina gourmet inventiva y refinada a precios bajos en un entorno moderno y elegante con un ambiente relajado. Pequeña pero cuidadosamente pensada, la carta ofrece una buena selección de platos para compartir, unas deliciosas hamburguesas, varios platos de carne y pescado, así como opciones vegetarianas. Para el postre, sólo hay tres opciones: tarta de banoffee, donut y brownie. Un verdadero favorito

Justo al lado de la calle Fremont, este moderno restaurante tiene una gran sala de estilo industrial con una cocina abierta, paredes de ladrillo, tuberías expuestas y fotos en blanco y negro. También hay una pequeña terraza en el exterior. Reservado para desayunos, brunchs y almuerzos, esta buena dirección sirve clásicos americanos sencillos y abundantes con un toque de originalidad. La comida es fresca y de gran calidad, desde las tradicionales tortitas hasta los sándwiches y una gran variedad de platos de huevos.

Este restaurante, de ambiente romántico pero kitsch -como demuestra la rosa elegida para su logotipo-, da prioridad a la carne y el marisco; ¡cuidado con los vegetarianos! Las especialidades son el escalope de ternera, el pato laqueado al bourbon de arce, el pollo a la parrilla y el buey Wellington servido con foie gras y salsa bordelesa. La guinda del pastel: la ayuda de un sumiller para seleccionar el vino. Y no olvides que la web Open Table otorgó a Hugo's Cellar su premio Diner's Choice en 2016.

Una buena cena a la antigua, abierta a cualquier hora del día y de la noche, con un bonito mostrador de madera, banquetas y sillas tradicionales en skai marrón inspiradas en los interiores de los coches antiguos americanos, sirve una cocina clásica, sencilla y correcta, del desayuno a la cena: tortillas, hamburguesas, pollo frito, ensaladas gigantes, gofres y tortitas… Algo raro en L.A. aquí se impregna todo tipo de clases sociales, del obrero mexicano al hispter de barba, pasando por las familias del barrio. ¡Un ineludible de Los Feliz!

Este es un restaurante tradicional americano, con dos habitaciones y dos ambientes distintos: el restaurante y el bar. Sea cual sea su elección, estará frente al mar, ya que el amarradero se encuentra al pie de la Marina de Guilford. El menú es fiel a los clásicos de la región: rollo de langosta, sopa de almejas, pasteles de cangrejo... más original, la paella de langosta, muy muy refrescante. El ambiente es relajado y de buen humor. El edificio que alberga el restaurante, con sus característicos muros de granito, data de 1838.

Este restaurante surca la ola del bistrot americano de moda: bar, cocina abierta, paredes de ladrillo desnudo y mesas de madera, para un resultado industrial completamente en el aire del tiempo. El ambiente es agradable y relajado y el menú está en sintonía con el escenario. Puedes disfrutar de una hamburguesa, falafels, tempura o un sándwich de cerdo. Si tienes más hambre, puedes darte el gusto de un refrescante macarrón con queso o medio pato estofado. Una cosa es segura, no encontrarás nada mejor en North Adams.

Este bistró es sin duda el mejor restaurante del pueblo de Wellfleet. Las ostras de aquí son tan traviesas que sólo se pueden disfrutar a la hora de comer, con un chorrito de limón o una salsa de cóctel casera. Así es, ¡a los americanos les encantan las ostras con salsa de tomate o picante! Por la noche, el menú se vuelve más refinado, centrándose en el pescado. A la plancha, a la sartén o frito, se presenta en muchas variedades: salmón, bacalao, lenguado, pesca del día... Preferimos el comedor principal a la terraza con vistas al aparcamiento. Servicio amable.

¿Cómo se llega a Portland sin ceder a la canción de la langosta? Durante años, la Compañía de Langosta de Porland ha recibido premios por el mejor rollo de langosta y el mejor marisco de la ciudad. Situado en el Waterfront, este restaurante siempre está lleno en un día soleado y su terraza es tomada rápidamente por la tormenta. La langosta se sirve a precios de mercado, al vapor, en ensaladas, sándwiches y sopas. También puedes disfrutar de deliciosos pescados y patatas fritas, hamburguesas o almejas. Una institución en Portland que no se puede perder bajo ninguna circunstancia.

Este pequeño establecimiento es más un bocadillo para llevar que un restaurante. Sin embargo, encontrará algunas mesas altas para disfrutar de su comida. Si hace buen tiempo, ¿por qué no tomar una de estas deliciosas especialidades mexicanas preparadas con cuidado por los jóvenes locales y disfrutarlas a orillas del Río Loco? La comida viene principalmente de las granjas locales. Muchos preparados de cerdo orgánico. Los tacos, enchiladas o burritos son sabrosos y están muy lejos de los insípidos platos en cadena que existen en el país.

Bienvenidos al Templo de la Cena Burlington. El establecimiento, abierto desde 1925, ha estado a cargo de la misma familia desde el decenio de 1960. La decoración no ha cambiado en mucho tiempo y los taburetes amarillos del bar skai o el largo bar azul nos sumergen en remolinos de torsión y helados tan de los años 50. En el menú, sólo los clásicos, desde hamburguesas hasta carne en conserva casera, pueden ser disfrutados temprano en la mañana o durante el almuerzo. El café es todo lo que puedes beber, por supuesto. Siéntese en una cabina o a lo largo del bar, y déjese llevar por la atmósfera.

Este restaurante tex-mex es literalmente asaltado todas las noches, y la espera puede ser bastante larga, especialmente los fines de semana. Pero vale la pena. Los tacos están a punto de caer, especialmente el que tiene peces a los que no puedes resistirte. El ambiente es cálido y relajado, una gran terraza le permite relajarse en verano bajo el sol, y el menú de tequilas y mezcales muy bien proporcionado le permite calentarse incluso en invierno! Posibilidad de llevar sus tacos con usted si la espera de una mesa es demasiado larga.

Este restaurante tiene un ambiente marinero, tanto en el menú como en el decorado gris azulado con un poco de rojo para animarlo. El resultado es bastante chic. Los chefs Douglas Paine y Christopher Lataille dejan que su inspiración navegue con las mareas y revisitan los grandes clásicos de la costa: pasteles de cangrejo, bogavante de Maine en bullabesa, fish & chips, "ratatouille" de pez espada... Los amantes de la carne no se quedan fuera con un copioso confit de pato. Una buena carta de vinos, con algunas buenas botellas francesas. Bastante acertada.

Este restaurante lleva muy bien su nombre y la carta hace honor principalmente a la cocina del sur de los Estados Unidos. A saber, las mesetas de parrilladas de carne, platos gigantescos de pescado y crustáceos fritos, hamburguesas variadas, todo acompañado de salsas especiadas, cubiertas y coloridas. Se puede incluso pedir al "Tailgate menú", traducido por menú picnic, sabiendo que "tailgating" significa abrir la parte trasera de su camioneta para sentarse en la caja fuerte y picnic.

Como capital "mundial" del arroz, Crowley debe tener su palacio del arroz. Este restaurante familiar hace referencia a la referencia en materia de comida cajún y criolla. Las principales especialidades están preparadas: picota, po-boys, pero también, para los grandes golpes, entrecruzada, con cerdo, pollo frito y otras maravillas del sur americano.

Para comer una hamburguesa gigante rodeada de patatas fritas, cebollas y pickles (estos grandes cornisos casi dulces), Gabe's es el lugar que hay que elegir. Los locales vienen a la pausa del mediodía, los viajeros paran en la carretera para Nueva Orleans. En resumen, es un buen punto de partida en Rayne para una parada realmente nutritiva.

Si quieres saber cómo se come a los Luisianais en casa, The Kitchen, La Cuisine, es una opción agradable. Aquí se sirven deliciosos desayunos validados por las abuelas de Monroe, así como por las buñuelos de pollo y los brotos de pollo aprobados igualmente. En los brocolis tenemos una duda, pero sobre los monodotes,¡se cae!

Este restaurante está situado frente a Baton Rouge, en Brusly, al otro lado del Misissippi. Se come comida tradicional que hace honor a nombre del restaurante. Todas las platos están preparadas el mismo día, a petición, y el sabor cajún para la buena cara se siente en cada plato. Pruebe el bufé, para una gran variedad de especialidades, o pide a la carta según tu humor.