Emigración
El 83% de los albaneses quiere abandonar su país según una encuesta publicada en 2023 por el Consejo de cooperación regional, la agencia de la Unión Europea para la integración de los Balcanes. De hecho, casi 80000 personas abandonan Albania cada año. Entre ellas, el 70% elige Francia y el Reino Unido. Según este Consejo, las principales causas de este éxodo masivo son el coste de la vida, el desempleo y la falta de oportunidades en materia de educación.
Pobreza
Con un salario medio neto de 700 euros por habitante en 2024, Albania es el cuarto país más pobre de Europa, por detrás de Ucrania, Moldavia y Macedonia del Norte. Aun así, su tasa de crecimiento es relativamente alta: +4,8% en 2022; +3,6% en 2023, y una previsión del +3,3% en 2024. Sin embargo, esto solo beneficia a una parte de la población. En 2022, el Banco Mundial calculaba que el 22% de los albaneses vivía por debajo del umbral de pobreza, frente al 10% en la UE. Alrededor del 14% de los habitantes vive con menos de siete euros al día. Cerca de la mitad de la población activa trabaja en la agricultura, aunque este sector solo representa el 21% del PIB. Con una tasa de desempleo que ronda el 11% en 2024, esta cifra oculta, una vez más, grandes desigualdades: entre los jóvenes de 18 a 34 años, supera el 50%.
Mafia
El término «mafia albanesa» (Mafia Shqiptare) hace referencia a las organizaciones criminales locales que han visto la luz a partir de 1990. Se estima que unos quince clanes o familias están implicados en diversos tráficos ilegales a escala internacional. Su peso en la economía nacional, aunque difícil de estimar, es considerable. Desde mediados de la década del 2010, varias instituciones y medios de comunicación señalan que Albania se ha convertido en «el principal narcoestado de Europa». No solo es el primer productor de marihuana del continente, sino que la mafia albanesa controla ahora la mayoría de las redes de drogas: desde la marihuana del norte de África, la cocaína de Sudamérica, la heroína de Asia Central y hasta las drogas sintéticas. Está también muy implicada en el tráfico de personas, con redes de trata laboral y de blancas por toda Europa.
Delincuencia y corrupción
A pesar del peso de la mafia, que se dice da de comer al 20% de la población del país, el índice de delincuencia es relativamente bajo. Sin embargo, se observa un aumento de la tasa de homicidios. En 2022, esta se situaba en el 2,1 por 100000 habitantes, más del triple que en España (0,68). Lo que resulta más opaco es el peso de la corrupción. Moneyval, el comité de expertos anticorrupción del Consejo de Europa, está preocupado por el no intervencionismo de las autoridades locales, sobre todo en materia de blanqueo de dinero. Para los residentes locales y los observadores extranjeros, no hay duda de que es el dinero sucio de la mafia albanesa el que ha permitido la construcción de las altas torres del centro de Tirana en los últimos años. El mismo dinero, por cierto, que se ha utilizado en abundancia para corromper a los políticos hasta la cúpula del Estado.
Natalidad y envejecimiento
La tasa de fecundidad, durante mucho tiempo una de las más altas de Europa, no deja de bajar. Mientras que en 1960 era de 6,46 hijos por mujer y de 2,90 en 1990, ahora es inferior a 1,40. Esto se debe a una serie de factores, principalmente la pobreza y la práctica ausencia de guarderías infantiles. La baja tasa de natalidad, unida a la fuerte emigración, hace que la población del país disminuya: 3,3 millones en 1990 frente a los 2,8 actuales. En todas las ciudades, salvo Tirana, la población está en declive. Es cierto que este descenso se está atenuando, pero a medida que aumenta la esperanza de vida (72 años hoy, frente a 54 en 1960) y los jóvenes, en concreto, abandonan el país, asistimos a un envejecimiento preocupante de la población: entre 2020 y 2050, la proporción de mayores de 65 años pasará del 15 al 26%. Así pues, aunque el turismo crece con fuerza, el sector se enfrenta ahora a un problema de mano de obra cualificada. Por ello, los hoteleros prevén recurrir a trabajadores extranjeros durante la temporada alta.
Injerencia extranjera
Italia exporta sus residuos a Albania… y sus migrantes. Roma y Tirana han ratificado un acuerdo por el que Albania acogerá, a partir de 2024, a 36000 migrantes al año interceptados por los servicios italianos en los mares Adriático y Jónico. El gobierno italiano financia dos campamentos de «tránsito» en Shengjin y cerca de Lezha. Otro campamento, otro lugar y otra forma de injerencia extranjera: desde 2018, en Manëz, cerca de Durrës, el estado albanés acoge, a petición de Estados Unidos, a 3000 miembros de la Organización de Muyahidines del pueblo de Irán (en inglés, PMOI), movimiento de resistencia armada contra el régimen islámico de Teherán. Las autoridades de Tirana también le prestan mucha atención a Turquía, China y las monarquías del golfo Pérsico, y aceptan de buen grado inversiones y financiaciones no siempre transparentes y rara vez desprovistas de segundas intenciones hegemónicas.
Gran Albania
El proyecto de una Shqipëria Etnike, una unificación de territorios «étnicamente albaneses», se cierne como una amenaza sobre los Balcanes. Desde la declaración de independencia de Kosovo en 2008, Tirana y Pristina han ido estrechando sus lazos un poco más cada año. Vaciado casi por completo de su población serbia, el país vecino se ha convertido en el segundo estado de mayoría albanesa. Al principio, para cumplir las condiciones de entrada en la UE, Albania y Kosovo declararon que querían respetar sus fronteras. Sin embargo, a medida que se esfumaban las perspectivas de integración europea, los dirigentes de ambos países hicieron cada vez más declaraciones a favor de la unificación. Los camiones kosovares tienen ahora acceso sin restricciones al puerto de Durrës, y Pristina y Tirana están creando una red diplomática y un sistema educativo conjuntos. También se está estudiando un proyecto para elegir un presidente único para ambos países. Apoyada en mayor o menor medida por Estados Unidos, esta unificación preocupa a Grecia, Montenegro y Macedonia del Norte, que temen que Tirana reclame ahora los territorios habitados por las minorías albanesas de estos tres países.