Turismo próspero pero controlado

En 2023, la economía de Formentera experimentó una importante recuperación, apoyada en el sector turístico, que representa alrededor del 60% del PIB de la isla. Este crecimiento se ha visto impulsado por un aumento del número de visitantes, alcanzando niveles casi equivalentes a los registrados en 2019, antes de la pandemia. El turismo representa ahora la mayor parte del PIB de la pequeña isla. Cuesta creer que en los años 60 sólo hubiera dos pensiones en la isla. En los 80, Formentera ya contaba con 2.500 camas, ¡y hoy hay más de 12.000! Afortunadamente, las sucesivas medidas han frenado la construcción y preservado la isla y su frágil ecosistema.

Acceso restringido a vehículos de motor

En Formentera se han introducido estrictas restricciones a los vehículos a motor para proteger el frágil medio ambiente y mitigar el impacto del turismo de masas. Desde la aprobación de la Ley 7/2019, la iniciativa Formentera.eco limita el número de coches y motos que pueden circular por la isla entre el 1 de junio y el 30 de septiembre. El objetivo es reducir la contaminación, preservar el paisaje natural y fomentar alternativas respetuosas con el medio ambiente como la bicicleta y los desplazamientos a pie. Para matricular su vehículo en Formentera durante la temporada de verano, visite la web oficial Formentera.eco.

Control del impacto ecológico

Como isla, Formentera depende en gran medida de las importaciones, tanto de agua como de alimentos y otros productos cotidianos. El gobierno se ve obligado a aumentar el ritmo de las importaciones para hacer frente al elevado número de visitantes que recibe la isla durante los meses de verano. La consecuencia directa es el aumento de la producción de residuos, que a su vez contaminan los mares y el suelo. Además de la contaminación por plásticos, la saturación de los mares frente a la costa también está debilitando unos ecosistemas ya de por sí debilitados por el calentamiento global. Por no hablar de la sequía y la escasez de agua, ¡dos grandes retos!

Hacer frente a la crisis migratoria

La crisis migratoria en el Mediterráneo se agrava, con un aumento de las llegadas irregulares a la UE: 264.000 migrantes en 2023, frente a 190.000 en 2022 y 150.000 en 2021. En Baleares, estos flujos se han triplicado en 2024, superando las 3.000 llegadas, principalmente procedentes del norte de África y del África subsahariana. Esta situación está exacerbando las tensiones políticas entre el refuerzo de las fronteras y la respuesta humanitaria urgente. En Formentera, las llegadas están aumentando, pero la capacidad de acogida es limitada o inexistente, y muchos migrantes están siendo trasladados a centros de internamiento en Ibiza o Mallorca.