Crepería familiar que ofrece una selección de galletas y crepes.
En este barrio renacentista alejado del hiper centro, es una crepería familiar que regala los habituales como los nuevos con siempre tanto placer. Durante casi 30 años, la crepería Kerangal ha elegido la sencillez, el buen humor y la autenticidad. La decoración es sobria, algunos cuadros marinos, una colección de luces, regalos de clientes vestidos con paredes claras. La crêgia acoge unos 40 cubiertos. A la carta, la selección es amplia, no es menos de una treintena de tortas y se proponen unos cincuenta crepes. Mención especial a la Loctudy, guarnición de anguila y de compota casera. Para los sabores dulces, la Pontivy forma parte de los clásicos que siempre gustan: caramelo, helado de vainilla y almendras. Hay que destacar que los helados son artesanales. Aquí se aprecia la ligereza de la cocina y las tortas bien guardadas. Podrá disfrutar de un poco de Bretaña y de sus tradiciones en esta acogedora crepería.
Cependant le serveur avait l'air tout triste et faisait la tête.. mais service rapide ! Je recommande vivement ce restaurant !