El buen pan de esta panadería forma parte de la vida cotidiana y su éxito supera claramente el barrio Montchapet. Además, el trato es encantador. Preparado con las mejores materias primas, palillos de brateón, panecillos de campiña y baguettes de grano a base de semillas no te dejarán tiempo para ir a casa para probarlos, la tentación será demasiado fuerte. El clásico, la pastelería es sobre todo muy apetitoso: higo, millehoja y compañía… sin olvidar el Mozart, la especialidad de la casa: un mousse chocolate negro y una crema quemada con naranja. También se observó una serie de meriendas que sólo pedían que se comieran. El pequeño Mozart da a la versión salada con algunas tartas, entre ellas la de Vieiras y la famosa Dijonnaise (Comté, tomate, mostaza). En materia de pastelería, tenemos el placer de señalar después de haber tocado dos deliciosas especialidades: el Cappucino, una versión musculosa de vainilla, hum, demasiado bueno y la región de Pavonnaise, que hace maravillas con la asociación praliné pistache y bávaro cassis. ¡Un verdadero delirio! No hay cambio en la panadería, el pan siempre es excelente. Un buen lugar.
A very good bakery, the bread as well as the patisseries/croissants are very nice nice.
They also do sandwiches which are very nice.