Una casa de más de 500 años de antigüedad, con un tranquilo patio ajardinado ideal para sentarse a leer una buena novela.
No muy lejos de la iglesia de Notre-Dame y de su lechuza, tan querida por los habitantes de Dijon, se alza otro de los edificios más famosos de la ciudad: ¡una casa de más de 500 años! Construida en 1483 para los comerciantes de paños Guillaume Millière y Guillemette Durand, es un bello ejemplo de casa medieval. Su distribución incluye una tienda en la planta baja y un apartamento en el piso superior. Sus arcos de medio punto y sus entramados en forma de cruz de San Andrés, rellenos de ladrillos, ilustran perfectamente los métodos de construcción del siglo XV. En el siglo XX, un gato y un búho real ocuparon su lugar en el tejado, como guiño al cercano Búho y al Palacio de los Duques, a pocos metros Y si ve en la fachada un escudo con las iniciales del comerciante y su esposa, no dude en sumergirse aún más en el lugar entrando. Es como hacer un viaje en el tiempo, y apreciará especialmente la tranquilidad del jardín interior en verano, cuando puede sentarse a leer tranquilamente una buena novela. La planta baja ha quedado como una boutique en la que encontrará una gran variedad de objetos y productos regionales para ofrecerle como recuerdo de su estancia. También puede relajarse en el salón de té de la casa o degustar los platos regionales en el restaurante de la planta superior. La casa, llena de carácter y declarada Monumento Histórico desde 1943, sirvió incluso de decorado para el rodaje de Cyrano de Bergerac, de Jean-Paul Rappeneau.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre MAISON MILLIERE
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
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Highly recommend the hotel chocolate with e'spices (reminded me of Christmas!) and spiced chai.
Be ready to wait as sometimes there is only one person manning the cafe and he is really doing his best!!
Un patron génial que nous avons écouter chanter avec son ami pianiste et raconter ses petites histoires avec un grand plaisir.
Je vous recommande le kir Impérial... Un pur délice.
Merci au patron pour notre petite dédicace.